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Tour 2005: el primero de Valverde, sin Twitter, WhatsApp e Instagram

Viendo la carrera deportiva del ciclista murciano de 40 años es fácil comprobar cómo ha cambiado el mundo en esta última década y media

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Sergi López-Egea

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Para ver y comprobar la evolución del mundo en estos últimos 15 años solo hay que fijarse en la carrera de Alejandro Valverde. Solo Raymond Poulidor ha sido capaz de llegar a París entre los 10 primeros de la general con 40 años, la edad del corredor murciano, el excampeón del mundo que buscará el próximo fin de semana en Imola un nuevo jersey arcoíris.

En el año 2005 disputó su primer Tour, que tuvo que abandonar después de haber sido capaz de batir a Lance Armtrong en la subida a Courchevel. Era, por aquel entonces, uno de los corredores del concierto internacional que más prometía, pero nadie podía pensar que 15 años después Valverde volvería a estar corriendo el Tour, y además entre los mejores.

Solo existía el Facebook

El mundo hace 15 años era muy distinto al actual. Cuando Valverde llegó al Tour por primera vez nadie estaba pendiente del Twitter, porque todavía no existía. Si se quería enviar un mensaje a través del móvil se hacia vía SMS porque aún faltaban cuatro años para que el WhatsApp, ahora tan imprescindible en la vida de todos, se incorporase a nuestros teléfonos. Nadie había oído hablar de Instagram, red social a la que todavía le faltaban cinco años para ser creada y hacía unos pocos meses que el Facebook comenzaba a circular por ese mundo, a veces real y otras irreal, que se llama Internet.

Valverde llegó al Tour de la mano de José Miguel Echávarri, ahora ya retirado, en un equipo que es el mismo en el que ahora corre, aunque en aquella ocasión se denominaba Illes Balears, al estar patrocinado por el Govern Balear cuyo presidente era Jaume Matas, quien quiso publicitar las maravillas de las islas a través de las gestas ciclistas tras una gestión de la empresa de Iñaki Urdangarín.

Los casos de Nadal y Alonso

Solo dos deportistas tan longevos como Valverde comenzaban en el 2005 a coleccionar éxitos y títulos: Rafael Nadal ganó el primer Roland Garros y Fernando Alonso el primer título de campeón de la F-1, porque Marc Márquez apenas tenía 12 años, aunque Messi ya empezaba a asombrar en un Barcelona liderado por Ronaldinho y que tenía futbolísticamente hablando a un rival madridista con BeckhamFigo y Zidane como principales atractivos.

No sabía en el 2005 que ganaría otras tres etapas del Tour, que en el 2008, el año de la victoria de Carlos Sastre, se vestiría de amarillo y que hasta el año pasado acabaría 7 veces la ronda francesa entre los 10 primeros, como mejor actuación destacada la del 2015 cuando llegó a los Campos Elíseos en tercera posición.

Para olvidar la edición del 2017, en la que Valverde apenas disputó 7 kilómetros, al sufrir en la contrarreloj inaugural de Düsseldorf una brutal caída que lo apartó muchos meses de la competición y hasta hizo temer por su retirada. Pero volvió y un año más tarde, en Innsbruck, se proclamó campeón del mundo y dos después acabó la Vuelta en segunda posición por detrás de Primoz Roglic y por delante de Tadej Pogacar.

Un ciclismo muy convulso

En el 2005 andaba el ciclismo muy revuelto y circulaba por un oscuro túnel liderado por Armstrong que ganó el sexto de los siete Tours que han sido borrados de la historia de la carrera. Un compañero de equipo, el italiano Paolo Salvodelli, se impuso en el Giro y hubo que esperar siete años, con recurso y fallo definitivo del Tribunal Supremo, para que Roberto Heras fuera proclamado como vencedor oficial de la Vuelta.

Hacía unos meses que había muerto el papa Juan Pablo II y el mundo también estaba alterado por otro virus, aunque no era tan letal y criminal como el covid-19. La gripe aviar preocupaba porque afectaba también a humanos. Solo Angela Merkel, que debutaba en Alemania, se mantiene en el cargo. Cuando Valverde comenzó su andadura en el Tour, José Luis Rodríguez Zapatero era el presidente del Gobierno español, Jacques Chirac, el presidente francés y George W. Bush, el de Estados Unidos. El mundo cambia, y en ocasiones no precisamente para mejor, pero Valverde sigue acudiendo al Tour como si todo siguiese igual.