ABIERTO DE TENIS DE EEUU
Pablo Carreño vuelve a las semifinales de Nueva York
El asturiano se impone a Shapovalov 3-6, 7-6 (7-5), 7-6 (7-4), 0-6 y 6-3 y se medirá a Zverev
La descalificación de Novak Djokovic dio a Pablo Carreño Busta un inesperado pase a los cuartos de final del Abierto de Estados Unidos y el asturiano no ha desaprovechado la oportunidad. La madrugada de este miércoles, tras un maratón de cuatro horas y nueve minutos que ha sellado ante Denis Shapovalov con 3-6, 7-6 (7-5), 7-6 (7-4), 0-6 y 6-3, Carreño se ha ganado de pleno derecho su retorno por segunda vez en su carrera a una semifinal de un grande, otra vez como en 2017 en Nueva York, donde el viernes le espera un reto aún mayor que la joven promesa canadiense: el alemán Alexander Zverev.
La batalla con Shapovalov, un zurdo de 21 años eléctrico, agresivo y dotado de un gran servicio, ha sido intensa. Pero Carreño, ocho años mayor, ha mostrado en un partido de altísimo nivel la fortaleza de su veteranía, en juego y en mente. No extrañaba que en la pista prácticamente desierta de Arthur Ashe, después de alzar los dos brazos apretando los puños en el aire y lanzar un pletórico “¡vamos! ¡vamos!” ya con la victoria en sus manos, se haya confesado “destrozado pero muy feliz”.
“Estoy contentísimo, la sensación es increíble”, ha dicho poco después en la rueda de prensa virtual repasando un partido en el que lo ha dado “todo”.
Una montaña rusa
Carreño ha admitido que salió “muy nervioso” y en el primer set ha abierto oportunidades que Shapovalov supo aprovechar, jugando de una manera incómoda para el asturiano y con un metralleta de saques directos. En el segundo, no obstante, Carreño hizo ajustes y el canadiense, además, empezó a combinar su brutal servicio con un alud de dobles faltas. Tras un baile de rupturas de servicio al inicio del set se acabó en el tie break, que como el del tercero Carreño se apuntó de forma brillante.
En el cuarto set reapareció el Shapovalov del primero, con una contundencia que le permitió llevárselo en blanco. La montaña rusa del partido reaparecía una vez más. Pero tras la atención del fisio antes de empezar la última manga, Carreño, “como nuevo”, frenó cualquier posibilidad del canadiense de aprovechar el tirón y desplegando una vez más su mejor juego selló la más dulce de las victorias.
Con ella Carreño se asegura las opciones de ser el nuevo jugador que sumará su nombre a la lista de campeones de grandes en este año anómalo, donde ni Roger Federer ni Rafael Nadal han competido en Flushing Meadows y Djokovic ya no está. “Será importante para el tenis que haya un nuevo campeón”, ha dicho Carreño. “Ojalá sea yo”. Y sabe que los jugadores que quedan en el cuadro, incluyendo Zverev, son “de un nivel altísimo”, pero de momento él está ahí con ellos. Y, como ha dicho, “es algo para celebrar, para estar muy contento y para seguir soñando”.
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