LA ACTUALIDAD AZULGRANA

El dilema Lautaro

Lautaro, en un partido de la Copa italiana ante el Fiorentina.

Lautaro, en un partido de la Copa italiana ante el Fiorentina. / periodico

Roger Pascual

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Han pasado 20 años desde que Luis Figo cambió el Camp Nou por el Santiago Bernabéu, en el fichaje (servilleta de Messi aparte) que más ha marcado la historia reciente azulgrana. No solo por que el Barça perdió a su faro, sino porque Joan Gaspart no supo encontrar un reemplazo, dilapidando el pastizal que eran por entonces los 10.270 millones de pesetas (61,9 millones en euros) en la compra de Overmars, Gerard y Petit. Una historia que se ha repetido con Neymar. Josep Maria Bartomeu se ha gastado los 222 millones que le dio el PSG por el brasileño y 200 más en la compra de tres jugadores que no le han servido: Dembelé (tan de cristal como Overmars), Coutinho y Griezmann. Todo apuntaba a que este año habría otro fichaje de tres cifras, Lautaro, pero el impacto económico del coronavirus en la tesorería barcelonista, unido a los tres antecedentes, hace aflorar el dilema de otra inversión millonaria.

En la búsqueda del relevo de Neymar, el Barça ha ido postergando el recambio de Luis Suárez, dejando escapar por el camino perlas como Haaland. El Barça, como media Europa, dudó con él y al final la torre noruega firmó en el mercado de invierno por 20 millones (solo dos más, comisiones aparte, de los que pagaría el Barça por Braithwaite un par de meses después) a Dortmund, donde se ha hinchado a marcar goles y provocar tirones de pelos en las secretarías técnicas de los grandes clubes. Ahora las dudas y las estrecheces económicas podrían poner en riesgo la llegada de otro joven talento aunque, de momento, Lautaro solo piense en triunfar en el Camp Nou.

El delantero, que no pasa por su mejor  momento, no quiere renovar con el Inter ni escuchar ofertas

El Barça necesitaba cerrar como fuera una operación antes del 30 de junio para cuadrar unas cuentas sacudidas por el coronavirus. La venta de Arthur a la Juventus por 72 millones (más 10 en variables) sirvió para equilibar los libros de cuentas. Ahora, para hacer frente a nuevas incorporaciones como la de Lautaro, necesita primero hacer caja. El problema es que en un mercado marcado por el covid-19 la mayoría de clubes están más por hablar de cesiones y cambios de cromos que de traspasos, y menos millonarios.

Bajo el impacto de la pandemia en la tesorería, el Barça el ya dejó escapar la primera oportunidad de hacer con Lautaro al no pagar los 111 millones de la cláusula, vía de escape que se cerró el pasado 7 de julio. Le hizo saber al Inter que no llegaría a esas cifras y empezó ofrecer piezas para rebajar el traspaso: Vidal, Rakitic, Junior, Semedo, Aleñá, Emerson, Rafinha, Todibo, Umtiti son algunos de los nombres que han estado encima de la mesa ‘neroazzurra’. Prácticamente todas los descartes que, junto a Braithwaite, tiene en el escaparate del bazar culé. 

Celebración con rabia

El delantero argentino ha pasado unos meses complicados, tras el doble parón, el del coronavirus y el de su llegada a Barcelona. Ha sido suplente en varios partidos y ha logrado solo tres goles en 13 partidos tras la vuelta de la competición. «Es un chico de 23 años que puede estar en un momento de involución por todos los rumores que le rodean», sentenció Giuseppe Marotta, patrón del Inter, que insiste en renovarle.  Lautaro explotó el martes haciendo con la mano el gesto de hablar tras marcar ante el Nápoles un golazo, con un disparo desde fuera del área tras arrancar en el medio campo. Aunque las gradas estaban vacías, era su forma de rebelarse contra los que criticaban su bajón de rendimiento, que atribuían al interés azulgrana, culpándole de que el Inter se haya quedado sin Liga ni Copa y solo le queden opciones en la Liga Europa. 

Pese a la presión del club italiano para que renueve y al interés mostrado por varios equipos más, él solo tiene entre ceja y ceja jugar al lado de Messi no solo en la selección albiceleste sino también en el Camp Nou.