El Atlético sigue lanzado y deja tocado al Mallorca

Con su versión de máxima solvencia en las dos áreas y gracias a dos goles de Morata en la primera parte, en otro gran día de Llorente, el Atlético dio continuidad a la imagen que está mostrando después del confinamiento con victorias (cinco en los últimos seis partidos) que le han asentado en la tercera plaza, con cinco puntos de colchón para mantener el cuarto puesto que se convirtió en el objetivo de la temporada, aunque con un ojo puesto en la Liga de Campeones. 

Casi al final, el tercer gol de Koke certificó para el Mallorca una derrota que le deja a cinco puntos de la salvación que marca el Celta, todavía el que mejor lo tiene de los tres de abajo, pero aun así más cerca de lo imposible que de lo probable.

La energía de Llorente y Kubo

El Mallorca empezó tocando el balón con criterio, pero al cuarto de hora la mejor ocasión había sido para un Atlético que atacó a chispazos, impulsado por la energía desbordante de un Llorente que volvió al centro del campo, pero desequilibró igual que cuando juega como segundo punta.

El desborde en el equipo de Vicente Moreno, desde el inicio, lo aportó indiscutiblemente un Takefusa Kubo rápido, dinámico, desbordante e incisivo; aún así, llegar con ventaja a las inmediaciones del área de Oblak parecía una utopía, salvo a balón parado. 

Volvió a rendir a buen nivel Carrasco, aunque el que no demostró estar demasiado inspirado fue un João Félix que falló dos ocasiones claras en el área, resueltas con disparos deficientes. 

Penalti repetido

Tampoco apareció con mucha regularidad Morata, pero consiguió forzar un penalti con un buen desborde y un envidiable uso de su cuerpo. El delantero falló el primer intento desde los 11 metros, lo paró un Manolo Reina que estaba pisando la línea con un pie, pero se repitió el lanzamiento por la invasión del área del mallorquinista Sedlar, autor de la falta, que despejó el rechace. A la segunda marcó Morata y el Mallorca se quedó desconcertado entre las protestas y la desilusión.

Aunque el Atlético permitió que el rival se recompusiera, en la última jugada antes del descanso volvió a aparecer Llorente, tras otra mala acción de João Félix, para sacar un centro potente y profundo que Morata, bigoleador, empujó casi sobre la línea antes de agradecer la asistencia. 

La segunda parte se presentó como un trámite y el Mallorca no consiguió darle emoción, pese al buen desempeño de Kubo. Simeone movió el banquillo con la tranquilidad que transmitían las pocas cosas que pasaban en el partido, hizo cuatro cambios a la hora de partido y el Atlético, después de estar refugiado refugió atrás y atacar a cuenta gotas, encadenó minutos de juego como para merecer ampliar la ventaja en el marcador.