A 10 puntos de la salvación... y espera el Camp Nou

Solo los pericos más optimistas hacen ya cuentas pensando en sus opciones de salvación. Otra nefasta combinación de resultados, pero sobre todo sus propios pecados, dejaron este domingo al Espanyol a 10 puntos de la zona de permanencia. Con solo seis jornadas por disputarse, el drama empieza a estar asumido entre la parroquia blanquiazul, que al menos espera que el descenso no se consume en el Camp Nou. El Espanyol visitará el estadio azulgrana dentro de 10 días, con solo tres jornadas más por disputar. Que siguiera sin haber público sería un mínimo consuelo.

No se sabe cuándo se jugará el próximo derbi, ni cuándo volverá el Real Madrid a visitar Cornellà. La primera mitad del partido fue un resumen de lo que ha sido el Espanyol en este retorno a la competición: un arranque esperanzador para soñar, con las ocasiones de Darder y Wu Lei, un regreso a la realidad, con el progresivo dominio blanco, y un puñetazo al mentón que tumba cualquier ilusión, materializado en el caño de tacón de Benzema a Bernardo que Casemiro envió a la red. No necesitó más el Madrid.

Incapacidad perica ante el Madrid

RDT, instrascendente

El estreno  de Rufete en el banquillo no supuso un vuelco respecto a la etapa de Abelardo. Su primer once no trajo ninguna revolución. No está claro que se pudiera hacer. Volvió a la titularidad Raúl de Tomás, el goleador que hizo soñar con el milagro pero que volvió seco del confinamiento, lastrado por una tendinitis eterna. Contra el equipo con el que hizo la pretemporada apenas se le vio en los 90 minutos. En la medular Darder le ganó el sitio a Melendo y Víctor Gómez se hizo con el carril derecho de la zaga a costa de un Javi López que suele ser la diana de parte de la afición blanquiazul. En el resto hubiera coincidido quienquiera que se hubiera sentado anoche en el banquillo local. Es lo que hay.

Pedía Rufete en la previa, apenas unas horas después de bajar del despacho al vestuario y cambiar el traje por el chándal, que el equipo se creyera que podía ganar al Madrid, que compitiera. Lo hizo mientras pudo, o quizá hasta cuando quiso su rival, que jugando al trantrán se llevó la victoria. Si merecía la pena echar una mano al Barça dada la situación era otro debate abierto entre algunos aficionados.

No se podrá reprochar al cuarto técnico de la temporada el esfuerzo. "Había que dar un paso al frente y aquí estoy", había señalado. Raúl Tamudo estuvo  su lado en el calentamiento y, al no tener carnet de entrenador, siguió el partido desde la grada. Ataviado con camiseta de entreno, pantalones cortos y gorra (en un enorme contraste con Zinedine Zidane), Rufete no paró de dar instrucciones en la banda, corrigiendo y espoleando, pero sin poder evitar la victoria número 104 del Madrid sobre el Espanyol en la Liga. Nadie ha perdido tantas veces contra otro equipo en la competición, pero a día de hoy todo el españolismo firmaría sumar dos derrotas más la próxima temporada. No será posible.

"Una losa enorme"

"Matemáticamente no hemos bajado, pero es muy difícil, tenemos una losa enorme", reconoció Joan Capdevila ya en el descanso, que eligió un mal año para convertirse en portavoz del club. "Pelear es la palabra que nos define. Hasta que los números digan lo contrario vamos a hacerlo hasta el final", añadió con poca fe.

"El objetivo tiene que ser dar pasos adelante, ninguno atrás, y hoy hemos dado un paso adelante", valoró Rufete. "Hoy he echado de menos a la afición. Creo que si están en el estadio, el Espanyol no pierde el partido", añadió.

"Hemos competido contra un grandísimo equipo y esa es nuestra inteción en cada partido. El de hoy era dificilísimo después de una temporada complicada, pero hemos minimizado sus opciones, sobre todo en la segunda parte", analizó el portero, Diego López. "Hemos estado en el partido hasta el final", añadió el guardameta gallego sobre el partido. De la Liga no se puede decir lo mismo.