Incapacidad perica ante el Madrid

El Espanyol, que tenía motivos para sentirse confiado camino al descanso gracias a un buen despliegue ante un Madrid poco clarividente con el balón en los pies, no especialmente vertical, con más dominio que peligro, sufrió antes del descanso una genialidad de Benzema, en medio de un ataque atropellado, que propició un gol de Casemiro que encumbró su partido. El gol allanó el camino de los blancos hacia un liderato que los pericos, aunque lo intentaron, no tuvieron capacidad de poner en peligro.

Después de otro pinchazo del Barça en Vigo, otra victoria por inercia del Madrid le deja algo más asentado (dos puntos de ventaja) en el primer puesto gracias a su quinto triunfo seguido en la Liga del coronavirus, el único equipo que cuenta por victorias todos sus partidos desde la reanudación del campeonato. 

Salvación lejana

La victoria del Eibar en Granada alejó un poco más la permanencia de un Espanyol que, a diez puntos de la salvación y con el director deportivo sentado en el banquillo cerca de la leyenda Tamudo, al menos mostró dignidad y orgullo durante 45 minutos, como había pedido Rufete en la previa. Con el marcador en contra se cayó la moral del equipo y apenas inquietó a los de Zidane en su intento de reacción.

El estreno de titular tras la pandemia de Isco, sin rotaciones en la columna vertebral del Madrid, propició una posesión más fluida, aunque con los mismos problemas para desequilibrar en el área rival. Esa disposición denigra a Valverde a una banda y deja fuera del once a Vinicius, el mejor madridista en las dos últimas victorias blancas.

El Espanyol estuvo más interesado, desde el inicio, en presionar con fuerza antes que en cerrar filas en torno a su defensa. Perfectamente dispuesto sobre el césped para contener los ataques en estático del Madrid, los de Rufete mantuvieron la compostura sin demasiados problemas, aunque un disparo desde su campo de Casemiro amenazó con romper la baraja. Fue la mejor de las contadas ocasiones blancas en la primera media hora, siempre algo atropelladas, y las más peligrosas protagonizadas por el  brasileño. 

La proyección de Wu Lei por la banda derecha fue la vía de oxígeno de los blanquiazules, que obligaron a intervenir con mérito a Courtois, y que poco a poco consiguieron salir del encierro en su campo.

Genialidad de Benzema

 Camino al descanso, el Madrid atacó la virulencia y el desorden de un final de partido y, con el Espanyol desorientado como un boxeador que está contra las cuerdas, Benzema propinó el primer golpe en forma de un taconazo que desarmó la guardia perica y tiró a la lona a los de Rufete. El francés cazó un balón que tocó Ramos de cabeza al borde del área, tras pase de Marcelo, y corrió hacia la línea de fondo para después asistir con maestría a Casemiro, el mejor madridista del partido. 

Con la tranquilidad de tener el marcador a favor, la segunda parte para el Madrid fue un ejercicio de posesión sin la necesidad frustrante de ser vertical y creativo, sin sufrimiento defensivo. Al Espanyol le costó volver a encontrar el punto de intensidad incómoda para el rival del primer tiempo, casi sin aparente capacidad para generar peligro, pero con vida en el partido. 

Zidane removió el partido con velocidad por la bandas, pero Rodrygo y Vinicius no variaron la tediosidad del partido. Aumentó la intensidad del intento de reacción del Espanyol ya en el último cuarto de hora, pero no llegó a inquietar a un Madrid sin más ambición que el 1-0.