PRIMER PARTIDO EN VALDEBEBAS

El estadio Alfredo di Stéfano, el campo de los pajaritos

El tamaño de las gradas y el silencio imperante en Valdebebas dieron al Real Madrid-Eibar un aire de torneo veraniego infantil

Panorámica del estadio Alfredo di Stéfano de Valdebebas durante el Real Madrid-Eibar.

Panorámica del estadio Alfredo di Stéfano de Valdebebas durante el Real Madrid-Eibar. / periodico

José María Expósito

José María Expósito

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Los domingos por la tarde las mocitas madrileñas ya no van alegres y risueñas caminando a Chamartín. Nadie, ni siquiera un espontáneo, estuvo presente este domingo en el primer partido del Madrid en el estadio Alfredo di Stéfano, donde disputará sus choques como local a priori en lo que resta de Liga (Valencia, Mallorca, Getafe, Alavés y Villarreal tienen que pasar por ahí). Alejado del mundanal ruido, sin posibilidad de aglomeraciones en los aledaños como en el derbi sevillano ni de vecinos con vistas como en Vallecas, los pájaros pusieron sonido ambiente a un choque resuelto muy pronto. Ni los entrenadores gritaban. Un paraíso para ornitólogos futboleros.

Una pancarta con el lema 'En nuestros corazones' y un enorme crespón negro lució durante todo el partido en la grada para quienes no optaran por seguirlo por televisión con público y sonido virtuales. En pocas ocasiones estará más justificada esa opción, pues la sucinta grada del Di Stéfano, sumada al silencio imperante, daba al partido un aire de torneo de Brunete impropio de la mejor Liga del mundo.

Lo que no quiere decir que la ciudad deportiva blanca no cuente con todas las comodidades para los futbolistas. De hecho, a diferencia de otros estadios, donde los suplentes ocupan los asientos de plástico de la grada, aquí no echaron de menos ni sus cómodos sillones del banquillo, pues se instalaron en la grada los que usan habitualmente en el Bernabéu (todo el mundo sabe que cuando hay obras se llena todo de polvo).

Quizá los jugadores fueran los que menos notaron el cambio. Ipurúa tampoco es Maracaná, y en el Madrid muchos habían competido en ese estadioZinedine Zidane, que cumplió 200 partidos como entrenador del primer equipo, empezó en él su andadura como técnico dirigiendo al Castilla; Carvajal, siendo un niño, puso la primera piedra de Valdebebas junto a la propia 'Saeta Rubia'; esta misma temporada, Rodrygo había marcado dos goles ahí... Incluso Sergio Ramos había celebrado un gol, pues abrió el marcador en su inauguración en el 2006 contra el Stade de Reims, un club de grato recuerdo para la afición blanca.