EL CORONAVIRUS CERCA AL DEPORTE

El confinamiento perenne de la regatista olímpica Tamara Echegoyen

Pese al aplazamiento de los Juegos, la campeona olímpica en Londres 2012 y el resto de regatistas olímpicos mantendrán su encierro en el CAR de Vela de Santander hasta que se levante el estado de alarma

Tamara Echegoyen (derecha) y Paula Barceló posan con sus medallas de campeonas del mundo de la clase 49er, el pasado mes de febrero.

Tamara Echegoyen (derecha) y Paula Barceló posan con sus medallas de campeonas del mundo de la clase 49er, el pasado mes de febrero. / periodico

Noelia Román

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Nada ha cambiado en el Centro de Alto Rendimiento de Vela de Santander desde que el pasado martes el Comité Olímpico Internacional (COI) anunció que los Juegos de Tokio se disputarán en el 2021. Los mejores regatistas españoles siguen entrenándose allí, como si la gran fiesta del deporte mundial no se hubiera movido de fecha.

"Aquí seguimos, con la misma idea y el mismo proyecto, entrenándonos para seguir mejorando como regatistas y aprovechando todas las oportunidades que nos dan", cuenta Tamara Echegoyen a EL PERIÓDICO con la energía y el optimismo que siempre desprende.

"El nuestro es un confinamiento perenne", añade, entre risas, la regatista gallega, una de las tres campeonas olímpicas de la delegación española en Londres 2012.

Con humor es mucho más fácil asumir que, ahora que los Juegos ya no están a la vuelta de la esquina, ni ella ni Paula Barceló, su compañera de aventuras en la clase 49er FX, podrán pasar los días de encierro que restan junto a sus familias. "Por responsabilidad y solidaridad", permanecerán en el CAR de Santander hasta que el confinamiento se levante.

Encierro grupal

Dos semanas atrás, la mayoría de regatistas olímpicos decidió marcharse allí al saber que el estado de alarma decretado por el Gobierno a causa del coronavirus no les permitiría salir a navegar. Y allí continuarán. Es su segunda casa y el mejor lugar para pasar la cuarentena: se entrenan físicamente, preparan sus barcos, mantienen charlas colectivas y sesionan con psicólogos y otros profesionales vía Skype.

"Trasladarnos aquí fue una decisión personal de los que estábamos en Palma. Pensamos que, si nos veníamos todos juntos aquí, no nos contagiaríamos ni podríamos contagiar, llegado el caso", explica Echegoyen a este diario vía telefónica. "Y aunque haya sido una decisión dura por la familia, creo que es de las mejores decisiones que podríamos haber tomado".

La postergación de los Juegos no le ha hecho cambiar de opinión. Para la regatista gallega, de 36 años, Tokio 2020 es un proyecto por el que luchar, independientemente de su fecha.

"Yo estoy ilusionada con este proyecto en el que me embarqué con Paula y, si bien esta es una situación extraña porque nunca hemos vivido un aplazamiento de unos Juegos, eso no cambia el objetivo", razona Echegoyen, que en Londres 2012 se subió al primer cajón del pódium en la clase Elliot y, cuatro años más tarde, en Río, se quedó a las puertas con su cuarto lugar en la clase 49er FX. "Los Juegos y los valores olímpicos son más que una fecha en el calendario", sentencia.

"Y como nosotras somos un equipo joven, esto nos servirá para seguir mejorando. Cuanto más espacio y más tiempo tengamos, más opciones tendremos en Tokio", continúa la primera mujer española en dar la vuelta al mundo en vela.

Flamantes campeonas del mundo

Lo hizo en el 2018, meses antes de iniciar su nueva andadura con Barceló, la joven médica que tomó el relevo de Berta Betanzos como tripulante. Tenían dos años por delante y muy poco tiempo que perder. Para estar en Tokio, primero debían conquistar la plaza para el barco español. Lo lograron por todo lo alto al proclamarse campeonas del mundo el pasado febrero en el Mundial de Australia. Primer objetivo cumplido. Atrás quedaban dos años de lesiones varias de una y otra y diversos parones que entorpecieron su camino.

"Hemos tenido muy buenos resultados, pero partíamos con desventaja respecto a nuestras competidoras y sabemos que aún nos queda mucho por mejorar. Por sus condiciones climáticas y por la preparación de nuestras rivales, los Juegos de Tokio serán extremadamente competitivos", asegura a EL PERIÓDICO Echegoyen, una "soñadora con predilección por los proyectos complicados".

"Con el aplazamiento a 2021, nos hemos quitado una incertidumbre de encima y eso está bien. Pero mantenemos otras: aún no sabemos la fecha exacta ni tampoco cómo va evolucionar esta situación, cuándo podremos abandonar el confinamiento o cuándo se podrán celebrar las competiciones que preceden a los Juegos", expone la experta regatista gallega, que ya había sido campeona del mundo en categoría 49er en el 2016.

Plaza olímpica asegurada

Saben, eso sí, que ellas dos seguirán siendo las representantes españolas de su categoría en los Juegos el próximo año. La Federación española ya confirmó a todos los regatistas que mantendrán sus plazas. Sobre las becas y otras ayudas económicas, aún no se pronunció.

Y así, pendiente de que ésa y otras incógnitas se despejen, la híper activa Echegoyen aprovecha el confinamiento lejos de su hogar para seguir haciendo 'check' en sus diversas listas de cosas por hacer.

En la deportiva, exprime su imaginación para encontrar alternativas que suplan los entrenamientos en el mar. "Esta situación nos está obligando a ser originales", dice con la satisfacción de quien acepta y supera el reto.

En la otra, se puede relajar un poco más: "Como todos, tengo libros pendientes de leer, series para ver y mucho que estudiar para mi máster en gestión deportiva".