LOS PROBLEMAS DE UN ÍDOLO

Ronaldinho golea en la cárcel, pierde en la vida

Ronaldinho con el Balón de Oro en el 2005, en el Mundial de Rusia 2018 y arrestado en Paraguay hace unos días.

Ronaldinho con el Balón de Oro en el 2005, en el Mundial de Rusia 2018 y arrestado en Paraguay hace unos días. / periodico

Joaquim Piera

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Para la generación de jóvenes y adolescentes que no vieron su época áurea en el Camp Nou, Ronaldinho Gaucho, que fue ganando paulatinamente el mote de ‘Bruxo’ (brujo), es hoy el rey del ‘rolê aleátorio’ (paseo aleatorio, en castellano), una broma extendida en las redes en que alguien, cuando menos se espera, aparece en lugares improbables e inverosímiles. Y allí van fotos, todas ellas reales, de Ronaldinho con un gorro andino en Bolivia; o visitando el interior de una empresa con la cabeza protegida, una bata blanca y gafas de sol; o apareciendo por sorpresa varias veces en segundo plano en conexiones en directo en el aeropuerto internacional de Rio de Janeiro; o tocando batucada en la ceremonia de clausura del Mundial de Rusia 2018.

Con jocosidad, las redes celebraban ayer en Brasil el más grande de los rols que uno podría imaginarse: Ronaldinho jugando la final de un torneo de fútbol en la cárcel paraguaya donde lleva una semana encerrado, tirando paredes con policías comprados por el narcotráfico y driblando a un diputado corrupto, para ganar, como premio, un lechón de 16 kilos, tras una goleada por 11-2 con cinco goles y seis asistencias de Ronnie.  "Es imposible superar esta aleatoriedad", se pudo leer en varios tuits.

En un pozo

Un viaje a ninguna parte ha llevado a un decadente Ronaldinho al fondo del pozo. El futbolista de la eterna sonrisa que sacó al Barça de la depresión sigue detenido provisionalmente en una cárcel de máxima seguridad en Asunción (Paraguay) junto con su hermano y agente plenipotenciario, Roberto de Assis. Ambos accedieron al país con pasaportes y documentos de identidad locales falsificados en que suplantaban la personalidad a dos ciudadanas. La Fiscalía investiga si, en este caso, opera una organización criminal con tentáculos en la administración pública. De momento, ya hay 14 imputados y la supuesta cabecilla, Dalia López, la empresaria que llevó a Ronaldinho a Paraguay, en busca y captura.

Pero, ¿qué interés tendría Ronaldinho, y su 'hermanísimo' Roberto, en adquirir la nacionalidad paraguaya? La única respuesta válida está en el surrealismo, que es el movimiento que ha regido en los últimos años las actuaciones del astro que un día fue considerado en su país el heredero de Pelé.

Dinho abandonó el fútbol profesional por la puerta de atrás. Es posible que lo decidiera su hermano Roberto, que lleva ejerciendo de cabeza de familia, desde que su progenitor, João Moreira, se ahogó en la piscina familiar, cuando Assis (que era el nombre futbolístico de Roberto) había firmado el primer contrato con el Gremio y Ronaldo (no era aún Ronaldinho) tenía 8 años. "Era algo que ya estaba decidido", dejó caer Roberto en medio de una entrevista, el 16 de enero del 2018.

Apoyo de Bolsonaro

Hacía dos años del último partido de 'Ronnie', en enero de 2016, con el Fluminense, donde había aterrizado tras su aventura mexicana en el Querétaro. Desde entonces, con la trampa de estar aún en activo, se había dedicado a facturar (no a tarifa de exfutbolista) en juegos festivos por el planeta, como en la inauguración de la Super League Futsal, en India.

Fue durante ese bienio de indefinición y ocaso que Ronaldinho fue nombrado por Josep Maria Bartomeu embajador y representante del FC Barcelona. Ocurrió en febrero del 2017 y entre sus nuevas atribuciones estaba la de volver a vestirse de azulgrana en la versión de los Barça Legends.

El Ronaldinho jubilado ganó otra tarjeta de visita. El presidente de Brasil, el ultraderechista Jair Bolsonaro, retribuyó su apoyo en las elecciones del 2018, y lo coronó embajador del Turismo brasileño, junto con otros rostros conocidos. Un cargo, dicen sin retribución, que empezó a desempeñar sin poder viajar al extranjero. Sus pasaportes, brasileño y español, habían sido retenidos por la Justicia de su estado, Rio Grande do Sul, por el impago de una multa de más de dos millones de euros por un delito medioambiental. Los Assis Moreira construyeron, sin licencias ni permisos, un atracadero y una plataforma de pesca en un área de preservación en el lago Guaíba.

Carne de meme

La supuesta versión institucional de Ronaldinho choca con el proceso de 'memetización' de su imagen en su propio país, en una transformación alimentada por sus propias extravagancias. Una de ellas, nunca desmentida, era haber abrazado el poliamor. Vivía con dos mujeres en Río de Janeiro en un triángulo amoroso estable, que hizo las delicias de la prensa más fisiológica. Paralelamente, las redes sociales, que no existían en su impactante etapa en Barcelona, se salpicaban con vídeos donde el Ronaldinho civil se mostraba eufórico en discotecas.

El carisma del 'Bruxo' es ahora una gran broma. Nada ha hecho ni Ronaldinho, ni su hermano, para mantener el respeto que se profesa en Brasil a todos los campeones mundiales. Algo, por ejemplo, que si han cultivado otros tres exblaugranes de su generación, como RivaldoEdmilson e incluso Belletti, que tuvo un papel residual en el título del 2002.

La estrategia de explotación de sus derechos de imagen ha supuesto un cúmulo de quebraderos judiciales, con negocios de muy dudosa reputación, impropios de ser apadrinados por un dos veces mejor jugador del planeta.

El día que se libre de la cárcel en Paraguay, a Ronaldinho le espera una demanda colectiva de 150 personas por daños morales y materiales presentada en un juzgado civil en Goiás (en el centro de Brasil) por un valor de unos 61 millones de euros. La empresa 18kRonaldinho, de la que el 'crack' es socio, está siendo acusada por la Fiscalía de un supuesto fraude, ya que habría practicado una pirámide financiera. Se prometían a los clientes un rendimiento del 2% diario de sus inversiones, pero, hoy en día, no consiguen rescatar el dinero transferido. La causa puede entrar en la esfera penal en Sao Paulo.

En el recuerdo

Otro emprendimiento turbio es esta aventura paraguaya, de improbables consecuencias judiciales. Su agenda de cuatro días incluía el apadrinamiento de una ONG de nuevo cuño, la desconocida Fundación Fraternidad Angelical, que ofrecerá servicios sanitarios a la población infantil, la presentación de una biografía del astro y publicitar la construcción de un casino situado dentro de un hotel de lujo en Asunción.

No queda nada del Ronaldinho campeón del mundo que metió un gol antológico a Inglaterra, del que desfiló con los cascos azules en Haití antes de un amistoso de la Seleçao, del que fue nombrado embajador de la ONU, del que podría haber departido con Mandela (aunque prefirió quedarse en el hotel) en la audiencia que le concedió al Barcelona y del que se ganó la admiración global, con aplausos incluidos en el Bernabéu.

Ni el síndrome de Peter Pan endulza a un Ronnie que será cuarentón el día 21 de este mes, padre un hijo, João Mendes, de 15 años, que juega en las categorías inferiores del Cruzeiro. Su transferencia acrítica de responsabilidades hacia su hermanísimo ha dejado indefectiblemente un riego de controversia por todos los escenarios en que transita.

De la crisis paraguaya, de momento, queda para la posteridad su instantánea escondiendo su condición de esposado entrando en un juzgado y la frase de uno de sus abogados, Adolfo Marín, que suena a epitafio de este Ronaldinho que defiende a un misógino y homófobo como Bolsonaro y que viaja con pasaporte paraguayo falsificado: "No sabía que estaba cometiendo un delito porque es tonto".