Fútbol argentino

Mascherano falla un penalti y Milito dimite como técnico de Estudiantes

Mascherano

Mascherano / periodico

Abel Gilbert

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Gabriel Milito dimitió como entrenador de Estudiantes de La Plata después de que fuera eliminado por penales de la Copa Argentina por el Laferrere, un equipo de la modestísima de la tercera división.  Estudiantes se despidió del certamen cuando Javier Mascherano ejecutó la pena máxima y el balón se fue por las nubes. Nadie esperaba caer ante un conjunto amateur ni que la pelota se fuera tan lejos de la portería.

Quizá por la mente de Mascherano se cruzó un partido con el Barca, tres años atrás. Se jugaba contra Osasuna. Denis Suárez sufrió una falta dentro del área. Ivan Rakitic se preparó para disparar desde los 12 pasos. Pero el Camp Nou pidió a los gritos que lo hiciera Mascherano. La televisión mostró cómo Leo Messi y Luis Suárez, cómodamente sentados en el banco, acompañaron con sus risas la llegada de "el Jefecito" al punto de ejecución. Al esforzado "Masche" le habría gustado evitar las circunstancias. No quiso desairar a sus compañeros y se prestó para la humorada. El central disparó con fuerza y al medio. Fue gol y todos lo celebraron. El partido concluyó con un 7-1.

La vida deportiva del exemblema de la selección argentina siguió luego en China y Juan Sebastián Verón, su ex compañero en el combinado nacional y actual presidente de Estudiantes, lo invitó a vestir la casaca rojiblanca. Mascherano aceptó el desafío de retornar al fútbol argentino. Y, de repente, le tocó un partido ante Laferrere que en las apariencias no presentaba ningún tipo de problema, al punto de que Milito decidió que salieran a la cancha junto con buena parte de los suplentes.

Menudo papelón

Hubo empate y llegaron los penales. En las botas de Mascherano recayó una responsabilidad inversa a la de aquel partido contra Osasuna. Ya no se trataba de ampliar una goleada: había que anotar para que Estudiantes no se expusiera a un papelón. Pero el balón se fue lejos del objetivo y Laferrere ganó un partido que parecía perdido de antemano. Mascherano pidió perdón. Milito no tuvo otra alternativa de dar un paso al costado.

Su salida en rigor no sorprendió a nadie en Estudiantes de La Plata. Había llegado por segunda vez al club con un propósito que parecía de antemano destinado al fracaso: que "el León" practicara un fútbol que se emparentara más con su paso por el Barca que el estilo histórico y más especulador que llevó a Estudiantes a ganar las copas Libertadores de América y la Intercontinental.

Milito no logró buenos resultados. Los hinchas lo desaprobaron al grito de "Borombombom, es el equipo del Narigón", en honor a Carlos Bilardo, el entrenador campeón del mundo con Argentina que hunde sus raíces en Estudiantes y se convirtió a fines de los años setenta en el gran abanderado de la idea de que se debe ganar a cualquier precio.