PERFIL

Mateu Lahoz, el árbitro dicharachero

El mediático colegiado valenciano arbitrará este domingo el Clásico en el Bernabéu

Mateu Lahoz parece dar indicaciones a Leo Messi antes del lanzamiento del penalti en el Barça-Betis.

Mateu Lahoz parece dar indicaciones a Leo Messi antes del lanzamiento del penalti en el Barça-Betis. / periodico

Nacho Herrero

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Antonio Mateu Lahoz (Algimia de Alfara, 1977) habla mucho, lo que para un árbitro no es muy normal. Lo hace en el césped, donde igual comenta una jugada con su protagonista que pregunta a Gerard Piqué por sus hijos. Se lo pasa en grande y se le nota. Pero también charra fuera del terreno de juego y eso en un colegiado en activo sí que es noticia. Está cómodo bajo los focos de un estadio y también bajo los de un plató. El pasado 11 de junio fue el primer árbitro en ir “a divertirse” a 'El Hormiguero'.

En el programa de Pablo Motos este profesor de educación física al que los suyos le llaman Toño habló de su pasión desbordada por el fútbol,  de cómo se empapa de la táctica de cada equipo para saber qué va a pasar en cada momento y situarse bien en el campo, pero también de su arbitraje empático.

Sin taparse los labios

Se informa de las circunstancias que rodean a los jugadores, para entenderlos y para acercarse a ellos. Esas charlas hacen las delicias de los redactores de ‘El día después’ porque Mateu Lahoz reniega de la creciente moda de taparse los labios para esquivar a las cámaras. Nunca dice nada que no se pueda saber, se justifica. Eso y que le va la marcha mediática.

Ese protagonismo que asegura que no busca cae bien a unos y peor a otros. "Lo quiero cada domingo", dijo de él Mourinho, al parecer no tanto por su palique sino porque dejara jugar. "A Mateu le encanta meterse en la fiesta", apuntó Schuster. Hubo quien, como Xavi Hernández, hubiera preferido más pito y menos cháchara. "Te desquicia futbolísticamente porque no pita faltas para ningún lado", aseguró el exblaugrana. No pensó lo mismo Unai Emery cuando en sus inicios en Segunda expulsó a cuatro jugadores de su Almería ante el Xerez.

También las ha tenido con Pep Guardiola, al que expulsó en el descanso de un City-Liverpool dándoles el recado en catalán a sus ayudantes después de las protestas del técnico mientras se retiraban a los vestuarios. "Pep està expulsat", les anunció. Porque cuando puede, trata de hablar el idioma de su interlocutor. "Le gusta ser diferente, ser especial", deslizó después Guardiola ante los medios. Pero eso, cree él, pudo tener parte de pose ya que asegura que en privado le ha dicho que le gusta su forma de arbitrar.

El tanto anulado a Messi

El diferente trato público de los que fueron técnicos bandera de Madrid y Barcelona alimentó la idea de que era seguidor del Bernabéu y las búsquedas de supuestas pruebas en Google se disparan si pones sus apellidos y "madridista". Con doce temporadas ya en Primera y firmadas las actas de 221 encuentros de la Liga, ha dirigido a ambos equipos en 30 partidos ligueros, de los que el conjunto catalán sólo ha perdido uno y el madrileño seis.

La muerte de su padre hizo que su hermano le 'empujara' a ser árbitro de Primera para superar el mal trago

El del domingo será su quinto clásico y el balance es de dos victorias blancas (incluida la final de Copa de 2013), un triunfo blaugrana y otro empates. Eso sí, en la lista de agravios de los del Camp Nou está el tanto que anuló a Messi en la última jornada de la 2013-14 ante el Atlético por no darse cuenta de que había tocado el balón en Juanfran. Con ese gol, que habría supuesto el 2-1, la Liga habría sido del Barça y no de los colchoneros. Por ese tipo de jugada se declara fan del VAR.

Sufridor del Valencia

Pero no, Mateu Lahoz no es madridista. Al menos por lo que contó en una entrevista en el periódico Las Provincias. Entonces explicó que cuando era joven a falta de uno tuvo dos equipos. Simpatizaba con el Castellón atraído por su delantero Pedro Alcañiz y sufría de verdad con el Valencia. De hecho, aún no ha olvidado lo mal que lo pasó cuando en 1993 recibió un sonoro 7-0 del Karlsruhe alemán.

Tiene sentido, porque nació en un pueblo a 40 kilómetros de Mestalla y porque llegó a jugar en la escuela de la ciudad deportiva de Paterna. Iba para zurdo de Tercera en el Estivella, cuando la muerte de su padre hizo que su hermano le ‘empujara’ a ser árbitro de Primera para superar el mal trago.

Siempre conoció a su padre enfermo, lo que a él le llevó a conocer lo que es coger naranjas a los 12 años. Tal vez por eso ahora se lo pasa también en el césped y en los platós.