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BARÇA - ATLÉTICO (2-3)

El Barça se desintegra en Yeda

El equipo azulgrana se deja remontar un partido que tenía ganado (2-3) y permite al Atlético acceder a la final de la Supercopa ante el Madrid

Messi, Suárez y Alba, abatidos tras la derrota ante el Atlético.

Messi, Suárez y Alba, abatidos tras la derrota ante el Atlético. / periodico

Albert Guasch

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Cuando apareció su nombre por las pantallas del estadio de Yeda, el abucheo que recibió resultó imponente. Parece que Ernesto Valverde gusta a los aficionados barcelonistas de Arabia Saudí tanto como la carne de cerdo. ¿Les dio ayer motivos para cambiar de opinión? Pueden aceptar que las mujeres entren en los estadios de fútbol, pero por lo visto ante el Atlético de Madrid, la reconciliación con el técnico va a ser pedirles demasiado. Ni cuando el Barça jugaba más que decentemente, los espectadores le tuvieron piedad al volver a ser enfocado. El equipo perdió la compostura en el tramo final ante un Atlético gallina al que le crecieron las garras a tiempo y les amputó las piernas sin verlo venir (2-3). Un duelo madrileño resolverá esta Supercopa artificial. Y en Yeda no verán más a Messi en esta edición. No se lo van a perdonar a Valverde en tierras árabes.

El partido parecía encarado hacia la encumbración saudí de Messi. Pero entre el VAR, que anuló dos goles azulgranas, uno del argentino, otro milimétrico de Vidal, y la pasmante descomposición final, devolvieron a la expedición barcelonista a casa con el ánimo de nuevo decaído. Es solo una Supercopa, pero hasta en el día que el Barça reencontró una versión aseada de sí mismo podrá lanzar confetis. Parecía haber localizado un oasis de juego a 4.000 kilómetros de Barcelona y acabó tragando arena del desierto.

Aire de verano

El partido respiró un aire de visita real, como un acontecimiento pensado para rendir pleitesía al monarca Messi. Cualquier balón que acariciaba el argentino, no importaba la zona del campo ni la intención, era celebrado con un entusiasmo tan entrañable como descontextualizado por los espectadores (pocas mujeres, más extranjeros que saudís). 'Gracias MBS', rezaba una pancarta en alusión a Mohamed bin Salman, el príncipe heredero que hace y deshace en el país del petróleo.

Por eso tuvo la cita algo de amistoso de gira veraniega. No faltaron las olas del público y eran palpables las ganas de emociones. Y si las proporcionaba Messi, mucho mejor. Y este correspondió a la apasionada hospitalidad con las mejores florituras de la velada.

 Casi marca pasados los 20 minutos tras una pared con Alba que rechazó Oblak con los pies. Lo intentó de nuevo un rato después con un zambombazo lejano. Y siempre percutió. Y si él se tomaba en serio la visita a Yeda, por mucho que Valverde no comulgue con el formato, el resto del equipo se prestó a intentar como corsarios el abordaje a la nave del Atlético.

Muy atrás

Simeone, cómo son las cosas, recibió los parabienes de la grada saudí cuando se le mostró en las pantallas. No les importó que les llevase un espectáculo pobretón la mayor parte del partido, arrugado como un dátil, echando el culo atrás, como si temiera quedarse enseguida sin aire. Una infamia futbolística que validó Oblak.  Paradón al remate de Messi, a un mano a mano con Griezmann y a una intentona más de Suárez. Y alguna más.

El fútbol resultó muy generoso con Simeone. Metió a Koke tras el descanso y al minuto el centrocampista adelantó a los rojiblancos. En el país de las máximas injusticias, las más abominables posibles, el fútbol proporcionó la suya con esa victoria momentánea. Hasta que intervino el rey de este deporte y decretó con la derecha la igualada. Y no impuso el segundo por el VAR. Rabia en el estadio.

El bajón general duró poco. Apenas un par de minutos. Enorme pase en rosca de Alba, macizo remate de cabeza de Suárez, que rechazó el portero esloveno, y Griezmann, colocado por una vez en el sitio adecuado, insertó el balón en la red con la frente. Una remontada ante el Atlético, aun en la versión floja y miedosa de ayer, constituía un caso de meritocracia muy resaltable.  El VAR volvió a interponerse en el que parecía el 3-1 de Piqué.

Y a partir de ahí, el desplome. ¿Cómo pasó? Difícil de entender. El Barça se hizo papilla. Atrás flojearon todos. Los pases se volvieron blandengues. Y la conservación del balón se tornó imposible. Empate con un penalti transformado por Morata a ocho minutos del final. Y Correa, escurridizo como es, sentenció en el minuto 86. A Valverde esto aquí no se lo perdonan. Y Simeone, mientras, tan rácano y tan feliz. 

Barcelona, 2 - Atlético, 3

Barcelona: Neto (7), Sergi Roberto (6), Piqué (6), Umtiti, (5), Jordi Alba (5), Busquets (6), De Jong (6), Vidal (5), Messi (8), Suárez (6), Griezmann (6). Cambios: Rakitic por Busquets (m. 85), Ansu Fati por De Jong (m.87).  

Atlético: Oblak (9), Trippier (6), Savic (6), Felipe (4) , Lodi (5), Herrera (4) , Thomas (5), Saul (7), Correa (7), Morata (6) , Joao Felix (5). Cambios: Koke (7) por Herrera (m. 46). Vitolo (7) por Lodi (m.67). Llorente (7) por Koke (m.72). 

Goles: 0-1, Koke, (m.46) tras un despiste general; 1-1, Messi, de empalme con la derecha (m.51); 2-1, Griezmann, de cabeza (m. 62); 2-2, Morata de penalti cometido por Neto sobre Vitolo; 2-3, Correa, tras otro error global de la defensa azulgrana.

Árbitro: José Luis Gonzalez González (castellanoleonés), (7). Tarjetas: Piqué (m. 31), Thomas (m.33), Savic (m. 46), Suárez (m. 46), Felipe (m. 64), Vidal (m. 76), Neto (m. 86).

Espectadores: 58.410.