ARRANCA EL RALLY MÁS DURO

El Dakar alcanza su meca en Arabia Saudí

Carlos Sainz, bicampeón del Dakar, con su Mini 'buggy', en el Rally de Marruecos.

Carlos Sainz, bicampeón del Dakar, con su Mini 'buggy', en el Rally de Marruecos. / periodico

Miguel Martínez

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Más arena, más dunas, más problemas de navegación, más aventura. El Dakar recupera la esencia de las primeras carreras africanas y lo hace junto a la Meca, en el desierto de Arabia Saudí, en un país que pretende abrirse al mundo pero que aún soporta una enorme carga de restricciones religiosas. Un elenco de campeones luchara por el triunfo nº 42 de las más icónica prueba de motor 'offroad'. Carlos Sainz, bicampeón del mundo de rallys y dos veces ganador del Dakar, es la principal baza española en la categoría de coches y Fernando Alonso, el debutante, doble campeón de F1 y campeón de Resistencia, es la incógnita y el gran agitador mediático de esta particular y mediática edición.

Nada parecido a este elenco de estrellas rondaba la cabeza de Thierry Sabine cuando se vio perdido con su 4x4 en pleno desierto del Sáhara. El aventurero francés vio en su odisea el núcleo de una competición que aunara deporte y aventura. La prueba nació en 1979 y creció en complejidad y popularidad, pero hace ya muchos años que no acaba en las playas de Dakar. Sabine falleció en un accidente de helicóptero y los problemas de seguridad sacaron a la caravana del Sáhara. Tras una década por Suramérica, un español, David Castera, ha asumido la dirección para elegir el desierto de Arabia Saudi en su intento de recuperar la esencia de la prueba.

La caravana del Dakar visita un país donde las libertades y garantías de sus ciudadanos distan mucho de ser las habituales de Occidente

Es verdad que el grupo ASO (organizar, entre otras pruebas, del Tour) ha encontrado en el gobierno de Riad el apoyo económico que no disfrutaba en Suramérica, pero no es menos cierto que el desierto de Arabia plantea paisajes y retos más próximos al 'espíritu dakariano'.

Demasiadas prohibiciones

A pesar de su intento de apertura, el país está regido por la “sharia”, la ley islámica. Toda la caravana del Dakar ha sido advertida de que llegan a un país donde las libertades y garantías de sus ciudadanos distan de ser las habituales de Occidente y que aplica la pena de muerte para infinidad de delitos, algunos menores según las prácticas occidentales, como el consumo de estupefacientes. En la  ”Guía Práctica de Arabia Saudí”, se puede leer que la "importación y consumo de alcohol y productos porcinos" están "terminantemente prohibidos y sujetos a procedimientos judiciales” o que "los productos culturales importados (DVD, libros, etc.) deben ser compatibles con las leyes locales de decencia”. “Lo que echaré de menos será no poder llevarme el jamón ibérico que he llevado en todas las ediciones”, lamenta Carlos Sainz, mitad en broma mitad en serio.

También se subraya que cualquier manifestación de afecto en público "como cogerse de la mano, puede considerarse ofensiva". "Las mujeres deberán llevar los hombros y las rodillas tapados en público..” y, sí, una docena de mujeres forman parte del elenco de 572 pilotos que arrancarán el domingo, en Yeda, para alcanzar Al Qiddiyah tras 12 etapas. Laia Sanz, Sara García, Cristina Gutiérrez y Mónica Plaza son las españolas a los mandos entre los 80 españoles que compiten. “Yo creo que es importante transmitir una imagen de calma. Tenemos una visión un poco distorsionada y será importante hacer de testigos y que todo vaya bien”, explica Plaza.

Más allá de todo, eso, Arabia Saudí permitirá un recorrido que en ”la primera semana es más de pistas, navegación, un poco de montaña, piedras. Hay terreno de arena, pero pocas dunas. Es más una navegación complicada, ese será su problema nº 1. Después, en la segunda semana, empezamos con dunas y más dunas, hay poco camino, siempre fuera pista con grandes espacios abiertos... 50 kms. en un rumbo, 30 en otro. La dificultad va a aumentar poco a poco", asegura Castera.

Pero lo más novedoso serán las restricciones de navegación. Nada de ayudas vía satélite, ni mapas descargados en el GPS, ni teléfonos inteligentes. Todos esos dispositivos —los equipos oficiales parecían ya una agencia de seguridad norteamericana— quedan prohibidos. El libro de ruta se entregará cada mañana media hora antes, y una cámara interior grabará a los pilotos todo el día para comprobar que no utilizan nada prohibido. Será una edición complicada, puede que más peligrosa, y eso es mucho en la disciplina más temible del motor, con casi 27 víctimas entre conductores y copilotos en 41 ediciones.