Un Espanyol muerto se hunde en Leganés

Era difícil caer más bajo, pero el Espanyol es capaz de todo. En el duelo del último contra el penúltimo quedó muy claro cuál es el peor equipo de la Liga. Es el que dirige Pablo Machín, un conjunto muerto que dio pena en Butarque (2-0) ante el entusiasta bloque de Javier Aguirre, el astro mexicano que salvó a los pericos del descenso hace siete años. Si sigue así puede repetir éxito con el club madrileño. Mucho peor pinta un Espanyol que cierra el año con las peores sensaciones posibles y abrirá el 2020 contra el Barça en Cornellà.

Horas antes del duelo decisivo Machín había dejado claro que era “el partido”. Con mayúsculas. No lo pareció en ningún momento. Sin intensidad, sin ideas y con la misma fragilidad de siempre, el cuadro catalán demostró por qué es el colista. El técnico soriano solo ha logrado un triunfo en 10 jornadas, unas cifras nefastas que le dejan en muy mal lugar. A nadie le extrañaría que se tomaran decisiones drásticas y no estuviera en el banquillo en el derbi. Rufete dictaminará, pero la imagen de este domingo es inadmisible.

El sello de Aguirre

Llegaban los dos equipos al choque igualados a puntos. Ese equilibrio se deshizo en Butarque, donde se vio a un bloque ilusionado y combativo con el sello propio de Aguirre contra un Espanyol triste y sin respuesta. Todo salió mal incluso desde el viaje. Una avería en el tren por el temporal de viento propició que la plantilla llegara a Madrid en la medianoche, cuatro horas después de lo previsto. El club pidió retrasar el inicio del choque, pero la Liga no lo aprobó. El partido empezó al mediodía, como estaba previsto, y el Espanyol no compareció.

A los 10 minutos ya vencía el Leganés tras un gran gol de Braithwaite gracias a un error imperdonable de Marc Roca. Implicados y aguerridos como todos los equipos de El Vasco, el cuadro local se zampó al conjunto perico, que firmó una actuación patética. Nada cambió tras el descanso y En Nesyri agravó la herida al culminar una buena jugada colectiva del ataque pepinero (m. 53). Un equipo que estaba agonizando hace un mes y medio cree ahora en sus posibilidades y se ve capaz de todo. Ese es el modelo que debe seguir el Espanyol antes de que sea demasiado tarde.

Sin excusas

En Butarque no hubo ni rastro de los jugadores pericos, agarrotados y perdidos en una dinámica que apunta hacia el primer descenso en 26 años. “Es una derrota durísima. Nos jugábamos mucho y cometimos errores que no se pueden admitir en Primera. No hay excusas, pero no es el momento de bajar los brazos. Vamos a pelear hasta el final. El que no crea que vamos a seguir en Primera no hace falta ni que venga después del parón”, aseguró David López.

 "¿Mi continuidad? Solo pienso en revertir la situación. No puedo perder el tiempo en tener miedos. Tengo la conciencia tranquila" (Machin)

Menos dramático fue Machín. “Ha sido un partido muy competido, ganó el que aprovechó mejor los fallos del rival. No es cuestión de fustigarnos. Las distancias no son insalvables. Necesitamos un reset después del parón”, reflexionó el técnico, que valoró su posible despido. “¿Mi continuidad? Solo pienso en revertir la situación. No puedo perder el tiempo en tener miedos. Tengo la conciencia tranquila”, concluyó.