ATLETISMO

Poca broma con Cheptegei

El atleta ugandés apunta, con 23 años, a ocupar el trono del keniano Eliud Kingchoge, que cumplirá los 36 en 2020

Joshua Cheptegei, en el distrito de Kapchorwa, en Uganda.

Joshua Cheptegei, en el distrito de Kapchorwa, en Uganda. / periodico

Gerardo Prieto

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Solo el espectacular éxito de Eliud Kipchoge corriendo un maratón por debajo de las dos horas en el Prater de Viena el pasado 12 de Octubre, ha eclipsado esta temporada la explosión del ugandés Joshua Cheptegei, un corredor cuya proyección le sitúa como posible sucesor natural del plusmarquista oficial y oficioso de los 42 kilómetros.

Cuenta Cheptegei que su padre corría tras las vacas, “para que no se las robaran”, y de ahí le viene la afición. La vaca es un codiciado tótem en el Cuerno de África, un salvavidas milenario,  aprovechable hasta el rabo. El tamaño del rebaño importa en esta parte del mundo y sigue marcando estatus. Tradición manda: Eliud Kipchoge posee una granja Eldoret desde su triunfal debut en el maratón de Hamburgo hace seis años y Geoffrey Kamworor (con tres victorias en  Nueva York) cuenta con 14 frisonas, “el Ferrari de las vacas lecheras” dicen los kalenjines.

Las conversaciones de los nuevos ricos del Rift Valley giran en torno a las marcas y tiempos de paso con la misma intensidad que lo hacen sobre la cantidad de pienso que necesita su cabaña, o  los litros de leche que producen sus reses moteadas en blanco y negro. Cheptegei, también kalejín y pese a la tradición familiar, es, de momento, la excepción.  

Ni keniano, ni etíope, ni eritreo

El ugandés cerró su mejor temporada de siempre el pasado domingo en València con una nueva plusmarca universal de 10 kilómetros en ruta, tras haber conseguido el título de campeón del mundo de campo a través en marzo, y de 10.000 metros en el caluroso Mundial de Doha.  Y no es keniano, ni etíope, ni eritreo. Con 23 años apunta a ocupar en el futuro próximo el trono vacío de Kingchoge, que cumplirá los 36  en 2020. No es el único, pero su irrupción amplía aún más los límites de la fecunda cantera del Este africano. 

Si no surgen nuevos contratiempos, Cheptegei será el gran favorito al oro en Tokio en los 10.000 metros. Para obtener esa condición, el segundo de nueve hermanos, el único corredor en la familia,  sufrió antes un calvario de dificultades y lesiones, que solucionó invirtiendo sus primeras ganancias en ingeniería antes que en ganadería.

El amo de la pista

En 2017, Cheptegei se gastó sus ahorros (30.000 euros) en construir una pista de grava sobre ferralita que resistiera la lluvia en Kapchorwa, en la falda del Mount Elgon, un volcán extinguido que limita Uganda con Kenia. La pista plana en un territorio tan abrupto evita lesiones, la mejor inversión para una carrera atlética que promete ser larga y exitosa. Pero superado el obstáculo material,  Cheptegei afrontó también con coraje y determinación su mayor decepción deportiva. 

A finales de marzo de 2017, el corredor ugandés protagonizó un dramático final de carrera más propio de un maratón que de una prueba de 12 kilómetros de campo a través. Se celebraba el Mundial de cros en Kampala, la capital de Uganda, en una jornada especialmente calurosa. Cheptegei, animado por sus compatriotas,  imprimió un ritmo suicida desde la salida y llegó al último kilómetro destacado. El público lo jaleaba y ya celebraba su victoria cuando el joven atleta ugandés, de 21 años entonces, colapsó por deshidratación y llegó a meta como pudo, finalizando trigésimo. 

El primer ministro ugandés, Yowery Museveni, tuvo la delicadeza de consolar al infortunado atleta, pero no le libró de las bromas, memes e incluso de la crítica despiadada  en los medios locales. Cheptegei no se arrugó, acabó de construir su pista y dos años después se reivindicaba ganando contra pronóstico el Mundial de cros celebrado el pasado marzo en Aarhus (Dinamarca) y facilitando el primer triunfo de Uganda sobre Kenia y Etiopía desde que el Mundial de campo a través echara a correr en 2002. Poca broma desde ese día, solo felicitaciones y un nuevo contrato con el NNRT, el club que comparte con Kipchoge y Kamworor, otro de los aspirantes a suceder al 'Filósofo' de Kapcherop.