REIVINDICACIÓN SALARIAL

Las guerras por el poder abocan a la huelga al fútbol femenino

El último intento de mediación, por parte del Gobierno, fracasó ante la falta de nuevas vías de financiación para los clubes

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Alejandro García

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La negociación para desbloquear el inminente paro laboral en la Liga Iberdrola hace tiempo que sobrepasó a los principales agentes implicados. Con las jugadoras y los clubes en disposición de llegar a un acuerdo, una ramificación de la guerra del fútbol que enfrenta a la Federación con Mediapro ha terminado de abocar al fútbol femenino a la huelga.

A dos días de que se aplacen los primeros partidos de la Primera División femenina, parece inviable que se llegue a un acuerdo que garantice el salario mínimo que pide la Asociación de Futbolistas Profesionales (AFE) tras los fracasos en los diversos intentos de mediación.

El último en interceder para propiciar un acuerdo fue el Gobierno, a través de la Dirección General de Trabajo; que hizo una propuesta sin una vía nueva de financiación que los clubes rechazaron al no poder afrontar las condiciones. La llave para desbloquear la situación la mostró el presidente de la Real Federación de Fútbol, Luis Rubiales, que ofreció a los clubes aportar la diferencia de dinero necesaria para satisfacer las demandas sindicales de, al menos, el 75 por ciento de la jornada. 

La contrapartida que pide la Federación es que los clubes se adhieran al Plan Élite y permitan retransmitir por televisión sus partidos como local, lo que entra en conflicto directo con el contrato que tiene suscrito la Asociación de Clubes Femeninos (ACFF) con el operador Mediapro, que paga 9 millones de euros por los derechos televisivos de los asociados (13 clubes de Primera, todos salvo el FC Barcelona, el Athletic Club y el CD Tacón) hasta 2022.

LA SALIDA AL BLOQUEO

Los clubes y Mediapro aportaron una salida al bloqueo: romper el acuerdo que tienen firmado a cambio de que el operador pueda retransmitir dos partidos semanales en su canal Gol. Sin embargo, Luis Rubiales reiteró después en varios foros el veto federativo a Mediapro desde el pasado mes de abril, tras constatar en un informe de Compliance que las empresas de Mediapro aceptaron su culpabilidad en un caso de sobornos. El operador televisivo inició entonces acciones legales para defender su reputación, pero el caso aún está en los tribunales y la reconciliación tan lejana como el levantamiento de la huelga.

Los clubes ya han comunicado que no pueden hacer frente a las exigencias sindicales sin el soporte económico que desbloquearía el acuerdo entre Federación y Mediapro, pero la guerra por el poder que tiene maniatado al fútbol español no hace prisioneros y ha malogrado la que se atisbaba como la última solución posible.