PLANETA OVALADO

Duelo de hemisferios para decidir el Mundial de rugby

Inglaterra parte como favorita frente al muro sudafricano en la reedición de la final del 2007

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zentauroepp50612272 mako bunipora eng during the japan 2019 rugby world cup se191101195603 / AFP / KISHIMOTO

Rafael Tapounet

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Con un melón de cuero sintético en disputa, Inglaterra y Sudáfrica reproducirán el sábado la guerra de los bóers en el Estadio Internacional de Yokohama (10,00 horas, #Vamos). La final de la Copa del Mundo de rugby enfrenta, en un duelo de hemisferios, a los de la Rosa y los Springboks 43 días después del 'kick-off' que abrió el torneo en el partido inaugural entre Japón y Rusia. Han sido 43 días de planeta ovalado. Ni siquiera el súper tifón Hagibis, que obligó a cancelar dos encuentros, ha podido minar el impacto global de un acontecimiento que ha atraído la atención de medio mundo hacia el deporte de los hombros dislocados, las narices rotas y las orejas de coliflor.     

La final es una reedición de la que en el 2007 dio el título mundial a los 'bokkes' por segunda vez en su historia. En aquella ocasión, el entonces entrenador sudafricano Jake White reclutó como ayudante al australiano Eddie Jones, cuyo trabajo con la línea de tres cuartos resultó determinante para la victoria final de los de verde y oro. Hoy el viejo zorro de Tasmania se sienta en el banquillo de Inglaterra, equipo del que se hizo cargo no sin controversia tras el fiasco inglés en el Mundial del 2015 (Jones es el primer extranjero que dirige a la Rosa) y al que ha convertido en el gran favorito para hacerse con el cetro mundial tras su impactante triunfo en la semifinal ante Nueva Zelanda.

Liderados por Maro Itoje, Tom Curry y Sam Underhill, los ingleses bajaron a la tierra a los legendarios All Blacks con una 'master class' defensiva y están a 80 minutos de repetir la gesta del 2003, cuando se convirtieron en el primer (y único hasta la fecha) equipo europeo capaz de ganar un Mundial.

Entre ellos y la gloria se alzará en Yokohama el imponente muro sudafricano. Fieles a su tradición de choque y patada, los Springboks, dirigidos por Rassie Erasmus, se han plantado en la final con un rugby ultrafísico, de puro desgaste, que les permitió doblegar en la semifinal a los corajudos galeses y que quieren llevar hoy hasta sus últimas consecuencias para consolidar la hegemonía del sur en una competición en la que el norte aspira a volver a reinar.

La almendra decidirá.

El bronce, para Nueva Zelanda

En un duelo marcado por las despedidas (las de los entrenadores Steve Hansen y Warren Gatland y los capitanes Kieran Read y Alun Wyn Jones), los All Blacks se impusieron con autoridad (40-17) a una selección galesa lastrada por las ausencias para concluir en tercera posición su paso por el Mundial de Japón. Moody, Barrett, Mo'unga, Crotty y Ben Smith (por partida doble) posaron el balón para los kiwis mientras que Amos y Adams firmaron los ensayos galeses.

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