El Espanyol sufre un frenazo en Bilbao

La reacción del Espanyol sufrió un frenazo en San Mamés. El equipo perico duró apenas un cuarto de hora ante un Athletic superior que dominó a placer en su templo (3-0). El bloque de Pablo Machín empezó desconectado, Muniain se dio un homenaje y ya no hubo arreglo posible.

La progresión experimentada con los triunfos en Bulgaria y contra el Levante se detuvo de sopetón. En La Catedral hubo un paso atrás, el Espanyol sigue penúltimo y el calendario apremia: el sábado llega el Valencia a Cornellà y en la siguiente jornada toca visita al Atlético.

Bofetada rápida

El técnico había insistido como un martillo pilón en la necesidad de competir en Bilbao. Quería un equipo reconocible, que igualara en intensidad y concentración a un rival que llevaba cinco partidos sin ganar. El deseo de Machín se vino abajo por la vía rápida. Ni cinco minutos duró el Espanyol con la portería a cero. La bofetada llegó demasiado pronto y ya no hubo forma de levantarse. El cuadro perico no mereció más que la derrota. 

"Si queremos salir de abajo hay que ser más contundentes en las áreas. Aquí no hay efecto Machín, hay trabajo", dijo el técnico

Apostó Machín por un par de retoques en su once con la entrada de Dídac por Pedrosa en el carril izquierdo y de Campuzano por Ferreyra en la punta de ataque. No ha sido nunca un fan de amplias rotaciones el técnico soriano cuando las cosas funcionan, como ocurrió el domingo en el valioso triunfo contra el Levante.

Misil de Muniain

En Bilbao el guion se torció muy pronto. El primer ataque del equipo vasco acabó en gol. Un balón suelto en el área fue resuelto por el hábil Muniain, que se adelantó a Naldo y David López para asestar una puñalada al plan de Machín (m. 4).

No era la mejor forma de comenzar un partido en una plaza tan exigente como San Mamés pero aún podía ser peor. Con idéntico protagonista y la misma sensación de impotencia, el Athletic selló el segundo gracias a un magnífico disparo de Muniain que dejaba el duelo muy cuesta arriba para los blanquiazules, superados por la agresividad rival (m. 17).

Gol anulado a Bernardo

Viendo que el peligro no llegaría por la vía del toque, el Espanyol buscó el recurso que tanto gusta a Machín. A balón parado llegaron las dos únicas acciones peligrosas. Una falta y un córner. En la primera el árbitro anuló el gol de Bernardo después de la intervención del VAR. Fue por milímetros. En el saque de esquina, Unai Simón sacó una mano prodigiosa para desbaratar el remate de David López. La fortuna tampoco estaba del lado perico.

No cambió demasiado el relato tras el descanso. Diego López evitó el tercero en un remate de Córdoba y Machín dejó claras sus intenciones con la entrada de Ferreyra y Granero por Vargas y Marc Roca. Lo apostó todo al fútbol directo ante un rival experto en esa faceta. Lejos de mejorar, los pericos acabaron encajando el tercero en una acción desafortunada de Víctor Gómez.