MUNDIALES DE ATLETISMO DE DOHA

Peleteiro acaba sexta en una final de triple salto dominada por Rojas

Peleteiro, en uno de sus saltos de la final.

Peleteiro, en uno de sus saltos de la final. / periodico

Gerardo Prieto

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"Será una final chévere", pronosticó la nueva campeona del mundo de triple salto, la venezolana Yulimar Rojas. Lo fue para ella y todo se decidió en el primer intento. Rojas, con 15,37 metros, se puso en cabeza a la primera y a 13 centímetros del récord mundial. Lejos pero no tanto de la plusmarca de la ucraniana Inessa Kravets, que ya dura casi 25 años. Había esperanza y lo intentó hasta un último nulo, largísimo, pero nulo.  Es de momento la única atleta venezolana con título de campeona del mundo, dos sumando el oro en Londres -2017.  

La gallega Ana Peleteiro, campeona de Europa 'indoor' el pasado invierno, con 14,47 también en el primer intento, se aseguró un puesto de finalista, pero no mejoró en los cinco restantes, terminando en sexta posición. "Estar cada vez más cerca del podio me motiva para el año próximo", valoró. Misma sexta posición que el otro gallego en Doha, Adrián Ben, que fue sexto  en la final de 800 metros. La colombiana Caterine Ibargüen, vigente campeona olímpica y mermada por las lesiones este año, entró en la final por los pelos, pero fue remontando y acabó tercera (14,73). Entre venezolana y colombiana se metió la jamaicana Shanieka Rikkets con 14,85.

Inessa Kravets había pronosticado un récord del mundo de Rojas en Doha. La triplista venezolana afincada en España lleva una temporada fantástica, cuatro veces por encima de los 15 metros y siete triunfos de nueve, la última en Andújar el pasado 6 de septiembre (15,41), cuando se puso a nueve centímetros del récord de la ucraniana. Ésta no acertó su pronóstico de ayer, pero Rojas parece dispuesta a conseguirlo en cualquier momento.

La saltadora ucraniana fue superada por dos centímetros en la final olímpica de salto de longitud en Barcelona-92 por Heike Dreschler, icono del atletismo en la RDA de la pastilla azul. Decepcionada,  Kravets hizo entonces un Ruth Beitia: paró, se lo pensó mejor y volvió a la competición al año siguiente para probar con el triple salto. Tres años después conseguía la plusmarca mundial (15,50 metros) en el Mundial de Gotemburgo. "Yulimar es una grande y batirá el récord", pronosticó la compañera de generación de Sergey Bubka, ahora directivo en la IAAF. 

Pupilas de Iván Pedroso

Efectivamente, la venezolana es una mujer grande, aunque no solo compitiendo. Mide 1,93, una talla de saltadora de altura, incluso Beitia tiene 9 centímetros menos. Pero a Yulimar se le ve que disfruta aterrizando en la arena, aunque tenga que dar antes tres brincos seguidos. Sentido del ritmo no le falta, le encanta la bachata, asegura. Y la asistencia de un prestigioso preparador establecido en España, el exitoso saltador cubano Iván Pedroso, un habitual de la pista Fuente de la Niña, en Guadalajara. Pedroso es también el preparador de la gallega, conformando un grupo de saltadores envidiable.