MUNDIALES DE ATLETISMO

Coleman aspira al trono de la velocidad de Gatlin en la primera gran competición sin Bolt

Coleman, camino de bajar de los 10 segundos (9,98) en su serie.

Coleman, camino de bajar de los 10 segundos (9,98) en su serie. / periodico

Gerardo Prieto

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Los 100 metros dirimen quien es el atleta más veloz del planeta, aunque el más rápido de todos los tiempos empezó siendo mejor en los 200. La sombra del insustituible Usain Bolt parece alargarse más de la cuenta. "La persona que batirá mis récords (9.58 segundos en 100 y 19.19 en 200) aún no ha nacido. Me hace ilusión que mis hijos con 20 años me digan papá, sigues siendo el más rápido", afirmaba un pletórico Bolt en México a principios de septiembre, más sobrado que nunca en una sus frecuentes apariciones público-publicitarias. Su verdugo en Londres, el veterano Justin Gatlin, defenderá su título en Doha (la final masculina de 100 metros este sábado a las 21.15, TVE-TDP) junto al cachorro de 23 años Christian Coleman, 9.79 en el 2018 y 6.34 este año en 60 metros, récord mundial bajo techo.

La última pedrada a la exhausta credibilidad del atletismo en pista acaba de tener como protagonista a este joven y al parecer despistado velocista estadounidense, lejos en todo caso de los registros del 'Relámpago' jamaicano. Semanas antes de los 'trials' estadounidenses para Doha se supo que Coleman no estaba dónde supuestamente debía estar en tres controles por sorpresa en el plazo de los últimos 12 meses. "Atleta en paradero desconocido en tres ocasiones", según reveló Associated Press. La USADA (agencia estadounidense antidopaje) no ha llegado a sancionarle alegando presunción de inocencia y el detalle técnico aportado por el atleta: una de las ausencias se produjo fuera del plazo de un año, aunque fuera apenas por 26 días.

Coleman, de 23 años y favorito al título en 100, también figura en la lista de inscritos del equipo estadounidense en Doha para el relevo corto junto a Gatlin, éste sancionado por reincidente (2001 anfetaminas, 2006 testosterona) y rehabilitado desde el 2010 por "colaboración con la justicia". Gatlin llega al Mundial con las marcas de un esprínter de 37 años en el tramo final de su particular montaña rusa, tocado físicamente pero con los clavos afilados del vigente campeón.

Coleman es el favorito con fundamento: acredita una gran temporada 2019: 9.86, 9.85 y 9.81 antes de conseguir el título nacional con 9.99 a finales de Julio en Des Moines (Iowa) y el billete para Qatar. Este viernes, en las series, ha logrado el mejor tiempo con 9,98 (Gatlin se ha impuesto en la suya con 10.06). Coleman solo ha perdido por seis milésimas una carrera de 100 metros este año, a principio de temporada en Shanghái y frente a su compatriota Noah Lyles, un velocista al que, de momento, se le da mejor los 200 que el 100, como a Bolt.

El jovencísimo Lyles solo competirá en el doble hectómetro en Doha y por tanto no habrá enfrentamiento con Coleman en los 100. Su registro en la reunión de este año en Lausana (19.50 segundos) lo sitúan en la cúspide del 200, solo por detrás del Usain Bolt, Yohan Blake y Michael Johnson. Mejor incluso que el Bolt de 21 años y 19.75 como mejor marca.

Príncipe Lyles

¿Es el espigado Lyles el nuevo príncipe de la velocidad, el sucesor del inimitable astro jamaicano? Quizá. Por su gesto fácil en carrera y por el arrollador final al estilo del vegano Carl Lewis o del carnívoro Usain Bolt, Lyles atrapa. Apenas cumplidos los 22 años, el menor de una pareja de exatletas parece tener más recorrido que sus futuribles rivales.

El adolescente monoparental al que no le alcanzaba para comprar unas zapatillas de 12 dólares en el Walmart goza de un físico ideal (1,80 de estatura y 70 de peso) para correr la curva del 200, calzado ahora con lo último de una gran firma deportiva alemana. Coleman exhibe una carrocería más compacta, más de repostaje en hamburguesería tras una dura sesión de pesas.

Lyles transmite naturalidad celebrando sus éxitos deportivos y no tiene reparos en reconocer humildemente la enorme distancia que existe entre su 19.50 y los 19.19 de Bolt. Pero no soporta que se le compare con el jamaicano, prefiere ignorarlo. "Concentrarme en mis propios recursos", apostillaba el velocista de Florida en una entrevista para CNN.

 De momento, los tres estadounidenses, Gatlin, Coleman y Lyles han logrado neutralizar la abrumadora hegemonía que los jamaicanos exhibían hasta la tormentosa despedida de Bolt en el Mundial de Londres 2017. Yohan Blake se presenta en Doha con unos discretos 9.96, un sueño para un velocista europeo, un registro mediocre para quien llegó a poner en apuros al rayo Bolt.

Las jamaicanas mantienen el tipo

'No woman, no gold'. Las jamaicanas sí han sabido mantener el tipo frente a la inagotable cantera de velocistas salidas de las universidades norteamericanas. Las 'reggae nights' en el tartán son ahora protagonizadas una madre de 32 años, Shelly-Ann Fraser-Pryce, campeona olímpica en el 2008 y el 2012, y por Elaine Thompson (27), quien puede presumir de los títulos olímpicos de la velocidad en Río, 100 y 200, y cuyo dominio parece prolongarse. Ambas comparten un estimable 10.73 esta temporada en Kingston, y por lo tanto la etiqueta de favoritas en la final femenina de 100 metros (domingo a las 22.20).

El simbólico título de mujer más rápida del globo quedaría así acotado a un duelo doméstico para las velocistas de la antillana que los españoles primero bautizaron como Santiago. Solo una estudiante de 23 años en el King's College de Londres, Dina Asher-Smith, parece dispuesta a romper el contundente favoritismo de las caribe. Con un estimable 10.88, la británica doblegó sin problemas a 'mami' Fraser-Pryce (10.95) en la última reunión Diamond League de Bruselas en pasado 6 de septiembre. A priori más interesante y disputada que la final masculina, la femenina del hectómetro destila revancha.