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Nadal: "Me gustaría ser quien tenga más títulos de Grand Slam"

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zentauroepp49742770 rafael nadal of spain celebrates his victory against matteo 190907203740 / AFP / DON EMMERT

Idoya Noain

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Posiblemente no lo habría dicho si un periodista no le hubiera hecho la pregunta pero, sea como sea, Rafael Nadal por fin ha verbalizado su ambición de estar en los libros de historia como el ganador de más títulos de Grand Slam. "Por supuesto me gustaría ser quien tenga más", afirmó en Nueva York.

El de Manacor se acababa de imponer en la semifinal del Abierto de Estados Unidos a Matteo Berrettini tras fundir en un 'tie break' no apto para cardíacos el gran tenis desplegado por el joven italiano de 23 años en el primer set y fulminarle en los dos siguientes, para acabar 7-6 (8-6), 6-4 y 6-1. Alcanzaba así su vigesimoséptima final de un grande, quinta en Nueva York, tercera del año en un 'major' tras la de Australia y la que le llevó a su histórico duodécimo título en Roland Garros. Y aunque aún le queda superar el escollo más difícil que podía encontrar, un duelo este domingo con el joven meteoro ruso Daniil Medvedev, el mallorquín está a solo un paso de conquistar su cuarto título neoyorquino, el grande número 19, ese que le dejaría solo a uno del récord de 20 del suizo.

Construir oportunidades, la felicidad

Son números que dadas algunas cosas, como los 38 años de Federer y los 33 de Nadal, tientan a entregarse a esas hipótesis que tan poco le gustan al de Manacor. Pero dos veces pronunció, en inglés, esa frase de deseo de dominar el olimpo, aunque fuera matizando después, como sí acostumbra a hacer, que ese hito es importante pero no la motivación ni la meta. “La felicidad personal, la satisfacción, es producir oportunidades para luchar por los grandes, como he hecho aquí”, dijo. “Sigo durmiendo muy bien sin ser quien tiene más títulos de Grand Slam (...) No puedes estar todo el día frustrado o todo el tiempo pensando qué tiene tu vecino mejor que tú. Tienes que estar feliz contigo mismo. Tienes que hacerlo a tu manera”.

Su manera es el trabajo partido a partido, encuentros como el del viernes ante Berrettini, donde una vez superado el susto del primer set y tras lograr romper el servicio al cañonero italiano a la décima oportunidad desplegó lo que él mismo identifica como su “mejor tenis en este torneo”. Y es el que sabe que le va a hacer falta ante Medvedev.

Medvedev, "casi la perfección"

A los 23 años, parecía inevitable que el moscovita alcanzara esta final. Es el tenista que más partidos de la ATP ha ganado este año (50 frente a los 46 de Nadal, con 37 y 21 respectivos en pista dura). Es, como recuerda el de Manacor, “quien está en mejor forma y quien está jugando al más alto nivel desde hace un tiempo”. Y en palabras de Carles Moyà se trata de "un frontón, una pared", que no solo tiene juego, mano y movimiento, pese a su altura, sino, y sobre todo, "fortaleza mental".

Si la temporada de Medvedev empezando en Australia y pasando por tierra batida ya era “asombrosa”, en palabras de Nadal, en verano ha sido “casi la perfección”. Igualando a leyendas como Ivan Lendl y André Agassi, el que será el lunes número 4 del mundo ha alcanzado las finales en Washington, Montreal y Cincinnati (donde se llevó el título) y ahora la de Nueva York. Ha ganado 20 de sus últimos 22 partidos en pista dura. Y una de esas derrotas, la de Montreal, la sufrió el ruso justamente ante Nadal, que en meros 70 minutos lo destrozó con un 6-3 y 6-0.

El segundo encuentro de sus vidas, este domingo, no obstante, es diferente. Un escenario mayor, mucho más en juego. Y aunque Medvedev en dos partidos en Flushing Meadows se ganó la furia del público y la lluvia de abucheos por gestos de nula deportividad, ha estado haciendo propósito de enmienda, disculpándose reiteradamente, prometiendo esfuerzos para “ser mejor persona en la pista”. Lo que fue un diluvio de abucheos en los últimos dos encuentros ha sido, como mucho, sirimiri, con los espectadores más entregados al aplauso de su buen tenis. Y de ese tiene a raudales.

Lo sabe Nadal, que cuando el viernes supo que Medvedev le acababa de definir como una “máquina”, “una bestia en la pista”, hizo algo más que agradecer los halagos. “Espero ser así este domingo”, dijo riendo; “lo voy a necesitar”.

Nadal, según Moyà

Es algo de lo que también es consciente Moyà. Este sábado, tras el penúltimo entrenamiento en Flushing Meadows, el entrenador mostraba satisfacción por la forma en que Nadal ha llegado a la final, "con altibajos pero algo común en los momentos menos buenos: el saber competir, el darle la vuelta a las cosas cuando se estaba complicando todo".

Moyà valoraba también los aspectos fortalecidos del juego del campeón. "El saque le ha dado mucha vida en este torneo y de fondo ha estado bien", decía. "La tranquilidad del saque y jugar casi siempre en posiciones ventajosas durante el punto al final hace que las siguientes bolas sean más fáciles, que pueda seguir dominando con lo cual acorta el tiempo en pista, acorta el riesgo de lesiones... Es todo un conjunto de cosas".

Es el fruto de un trabajo "fundamental" en el que comenzaron a trabajar el año pasado, que ya empezó a dar frutos en Australia y que ahora ha reforzado al campeón, especialmente con su mejorado segundo saque., completado con cambios de velocidad, de direcciones... 

Todo eso da algo de tranquilidad al equipo de Nadal, que según Moyà además "todavía tiene margen para jugar mejor" el domingo. "Rafa tiene las armas para hacerle daño pero Medvedev también tiene las suyas. Quien imponga su fuego es quien tendrá las de ganar", concluía.