DESAPARECIDA DESDE EL 23 DE AGOSTO

Montañeros voluntarios baten el monte en busca de Blanca Fernández Ochoa

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Juan José Fernández

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Cientos de montañeros voluntarios baten el monte en busca de Blanca Fernández Ochoa. Las fuerzas de seguridad los ha convocado en una explanada de Las Dehesas de Cercedilla y los ha organizado este lunes en grupos de diez, cada uno de los cuales tiene asignada una zona de batida. [Sigue las últimas noticias sobre Blanca Fernández Ochoa en directo.]

A los senderistas se les han entregado folios para alistarse de diez en diez. La instrucción que reciben es caminar "juntos, viéndose en todo momento porque no queremos que se pierda nadie más", les repiten guardias y policías nacionales que les lideran. Los voluntarios han sido aleccionados también para no dejarse ningún hueco del terreno sin mirar y no dejar de avisar de cualquier detalle sospechoso.

"No se ve nada bien, es bosque muy cerrado", dice César Pérez de Tudela, policía y decano de los alpinistas españoles, cuando evalúa la situación del operativo de búsqueda de la esquiadora.

Las fuentes del operativo preguntadas coinciden en que serán fundamentales los perros de la Policía y la Guardia Civil para descubrir lo que no puede el ojo humano entre árboles, pinaza, hierbas y helechos. La misma dificultad tienen desde arriba los tres helicópteros desplegados en la búsqueda: "Es bosque frondoso y muy lleno, y los medios aéreos lo tienen muy difícil para ver nada", explicaba al final de la tarde de este domingo el alcalde de Cercedilla, Luis Miguel Peña.

Unas sandalias en el coche

Los perros buscan a partir de señas olfativas recogidas en el coche de Blanca, localizado en la mañana del domingo. Blanca Fernández Ochoa dejó en el vehículo, entre otras prendas, dos sandalias que llevaba y que, según interpreta la familia, se quitó para calzarse adecuadamente y salir al monte.

El cuñado de la esquiadora, Adrián Frederighi, ha desmentido que Blanca hiciera movimientos de tarjeta bancaria: "No usaba visas. Estaba peleada con los bancos". Sabe que cogió material de senderismo antes de salir, pero no puede especificar si llevaba equipo suficiente como para pernoctar tantos días en los picos de la Sierra del Guadarrama, donde la temperatura desciende notablemente en las noches de esta época del año. 

El consistorio de la localidad serrana madrileña convocó para la mañana de este lunes a los vecinos, senderistas y conocedores de la montaña para unirse a colaborar en la búsqueda. El punto de concentración está en el aparcamiento del hostal Casa Cirilo, a 1.400 metros de altitud, casi en la raya de Castilla, y con las paredes de Peñalara y sus siete picos de fondo. 

"Blanca no se ha perdido, te lo digo yo: conoce esta zona mejor que nadie", decía un guarda forestal a un policía local, ambos de Cercedilla, cuando subián caminando hacia el campamento que hace de base de búsqueda. Los cercanos a la medallista olímpica desaparecida se agarran a la hipótesis de que ha podido sufrir un accidente cuando caminaba en solitario. Blanca Fernández Ochoa ama y conoce las cumbres y hondonadas de la sierra madrileña, y a menudo las recorre sin compañía, por placer y por deporte. "Por desgracia, con frecuencia sale sin móvil. A Blanca no les gustan los móviles", comenta su cuñado.

Salpicaduras de barro

Los investigadores de la Policía Nacional no hallaron este domingo signos de violencia en el Mercedes clase A de color negro de la esquiadora, que su hermano Luis encontró bien aparcado en una zona habilitada para estacionar al comienzo de uno de los muchos senderos de excursión que parten del paraje cercedillense de Las Dehesas.

Al levantar el coche para llevárselo a Madrid, los policías certificaron que llevaba días allí por las salpicaduras de barro de la parte baja, que indican que el vehículo estaba parado en el lugar cuando cayeron unas fuertes lluvias recientes.

O sea, Blanca pudo dejar su Mercedes allí el domingo 25 de agosto, primer día que un testigo refiere haberlo visto aparcado. Tuvo que ser después de que adquiriera víveres en un supermercado, el sábado 24, según una llamada de un particular a la Policía.

En el monte, participan en la búsqueda la unidad de montaña de la Guardia Civil, los GEO de la Policía Nacional, bomberos, agentes forestales, policías locales y empleados de la empresa pública Tragsa, además de un equipo de psicólogos que ofreció este domingo su ayuda a la familia. Para las fuerzas policiales se ha reservado el área más abrupta, y que puede entrañar más peligro de caídas o desoerientación.

Llamamiento a voluntarios

Durante el primer día de búsqueda, los mandos del operativo no quisieron que se sumaran particulares no profesionales, por no estropear huellas. Al final de este domingo, las dificultades para cubrir una amplísima zona de bosque les hicieron pasar a la segunda fase: de la búsqueda selectiva, a la batida.

La familia de Blanca Fernández Ochoa está "esperanzada, pero preocupada: ya son muchos días", dice el cuñado de la esquiadora, Adrián Frederighi. Los parientes rechazan que la deportista haya podido desorientarse y se inclinan por la hipótesis de un accidente durante la marcha por los picos madrileños "Resbalas, te caes y no llevas móvil... estás jodido", terciaba un miembro de la familia.

"Yo pasé seis días sin comida ni agua en el Aconcagua, y Blanca está en una forma espléndida", recordaba Pérez de Tudela este domingo a la puerta del pequeño campamento que sirve de base para el operativo de búsqueda. Son cuatro tiendas de tela en una explanada que se extiende cuesta abajo justo al lado del lugar donde fue encontrado el coche, y donde ahora braman los motores de los 4X4 de los efectivos de búsqueda, cada vez más numerosos.

Como el alpinista, los familiares también dicen que Blanca estaba bien, que no ha dejado de ir al gimnasio con su hermana pequeña, y que vive un momento bueno de forma física y de ánimo. Ya en otras ocasiones ha salido a llenarse ella sola de montaña, y esa es la esperanza de los que la buscan. "Si además tiene agua... Veremos", calculaba su cuñado esta pasada noche.