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EL PARTIDO DEL CAMP NOU

Griezmann dirige la goleada del Barça ante el Betis (5-2)

Dos goles del francés hacen olvidar las ausencias y el Camp Nou ovaciona a los jóvenes Carles Pérez y Ansu Fati

Griezmann ha marcado en esta jugada su primer gol en el Camp Nou.

Griezmann ha marcado en esta jugada su primer gol en el Camp Nou. / periodico

Joan Domènech

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Tan convencido estaba de triunfar en el Barça, después de la negativa que le dejó en mal lugar ante los culés, que preparó la celebración del primer gol que marcaría en el Camp Nou. La presentó en el segundo, porque se estrenó en la portería contraria. Antoine Griezmann anotó ante la grada más efervescente e incondicional (la de la Diagonal) y se dirigió a una esquina para echarse encima una nube de confeti que alguien le guardaba.

Con el pie izquierdo entraron Griezmann y el Barça en casa, con una goleada sobre el Betis que el año pasado se había exhibido en otro festivalero duelo con siete goles, repartidos de forma muy distinta. Con el pie izquierdo anotaron los azulgranas los cuatro primeros que le permitieron levantar el 0-1 que amenazaba un fin más sombrío.  

De Suárez y de Messi

Señalado por omisión en Bilbao por Valverde, Griezmann se señaló a sí mismo en Barcelona con una reacción, ni más ni menos, de lo que espera de un deportista de pies a cabeza. Ejerció de delantero centro en el puesto de Luis Suárez, pero desempeñó parte de las funciones de Leo Messi, moviéndose por el frente de ataque y generando juego y espacios. Se comportó como un líder, obligado por el precio y, ayer, por las ausencias. 

Era el único delantero con cara y ojos, dicho sea con todos los respetos, acompañado por Rafinha -el primero que activó a todos- y por Carles Pérez, el último que se soltó. La ausencia de los cinco delanteros del año pasado derivó en un vendaval de frescura tan abrumador que disipó la falta de oficio de sus integrantes. Afuera esperaba Ansu Fati, el chaval de 16 años que esperaba una oportunidad en la recámara, y que solo se daría con el resultado encarrilado. Con la inocencia del adolescente que se ve de golpe en el césped del Camp Nou para un partido oficial, miró el calentamiento y empezó a hacerse a la idea de lo que podía pasar. Y pasó. 

Reconversión con formalidad

Sin portero (Joel Robles fue expulsado) ni delantero centro (Borja Iglesias) se presentó el Betis, en plena reconversión ideológica tras el paso de Quique Setién. Rubi no anda muy lejos en sus planteamientos, aunque es más formal desde el punto de vista estético. Con el 4-2-3-1 se plantó un poco a verlas venir. Pensó más en las 14 derrotas encajadas en 15 encuentros como rival del Barça que en la posibilidad de que el once de Valverde compareciera dubitativo. 

No lo hizo en absoluto. Decidido a clavar el colmillo al visitante, salió ilusionado y agresivo con una alta velocidad de balón que se frenó en seco con el gol del Betis. Hubo un antes y un después muy claro. El dedo en la llaga de San Mamés supuso la colada de Fekir, aunque no había motivos para sentirse derrotista. El Barça dominaba con claridad (¡la pérdida del 0-1 pudo deberse a un exceso de confianza!) y había hora y cuarto por delante de tiempo. 

El apagón de Fekir

Pero los prometedores inicios de Griezmann como falso delantero centro, con toda la movilidad que no tuvo en Bilbao y le exigía Valverde -una opción en el puesto de Luis Suárez interesante y explorable- se interrumpieron. El apagón fue colectivo. Con apuntar que Sergi Roberto pasó a ser el tipo más decidido de los azulgranas está todo dicho. De las botas del nuevo interior derecho (nuevo porque ha derrocado a Rakitic, suplente otra vez) nació el gol del empate. Precisamente de Griezmann. Precisamente por tirar el francés un desmarque vertical para ir a buscar un balón al espacio vacío. 

El gol regeneró a los azulgranas más que el descanso. El primero y, sobre todo, el segundo. De la nada se sacó Griezmann de la chistera (como Messi) el tanto de la tranquilidad. El Barça repitió el cuarto de hora del primer tiempo, pero acertando cada vez a portería. Arturo Vidal, que había salido a calentar con el 0-1, entró con el 4-1. Ya no fue el revulsivo, sino un simple recambio para Busquets.

Barcelona, 5 - Betis, 2

<strong>Barcelona: </strong>Ter Stegen (6); Semedo (7), Piqué (6), Lenglet (6), Alba (8); Sergi Roberto (8), Busquets (7), De Jong (6); Carles Pérez (7), Griezmann (8), Rafinha (7).