NUEVE ENTRENADOR DEL SALAMANCA

'Chiquimarco', el árbitro méxicano que no sancionó el mordisco de Suárez a Chiellini

El exárbitro mexicano Marco Antonio Rodríguez 'Chiquimarco', nuevo técnico del Slamanca.

El exárbitro mexicano Marco Antonio Rodríguez 'Chiquimarco', nuevo técnico del Slamanca. / periodico

Emilio Pérez de Rozas

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El fútbol español cuenta en sus filas, desde esta semana, con uno de los personajes más populares, carismáticos y destacados de la historia del balompié. Cierto, hay muchos, casi infinitos, pero no hay duda que el mexicano Marco Antonio Rodríguez, más conocido como “Chiquimarco” (“al principio me apodaban ‘Chiquidrácula’, pero mi hija me cambió el sobrenombre”), de 45 años, nacido en Distrito Federal (México) y de profesión árbitro, entrenador, licenciado en Educación Física, director deportivo, comentarista de TV y pastor evangélico, es uno de ellos.

Rodríguez, que ayer fue presentado como nuevo técnico del Salamanca, en la Segunda División B española, fue el árbitro mexicano más joven en debutar, con 22 años, en la Primera División de su país, y fue, también, el más joven en ser internacional, con 25, retirándose por voluntad propia, “pues quería retirarme en lo más alto, ya que me propusieron seguir hasta el Mundial de Rusia”. ‘Chiquimarco’ cambió de profesión, a los 40 años, tras dirigir en 10 campeonatos del mundo, con tres Copas del Mundo seguidas.

‘Chiquimarco’ nos aseguró la otra noche, en ‘El Partidazo’’ de la COPE, con Juanma Castaño, que si le dan a escoger, él lo que sería es pastor evangélico, pero que prefiere compartir sus conocimientos en todos los campos. “Lo que más me gusta es ser pastor, predicar la esperanza eterna en Jesucristo, porque considero que el lado espiritual, también en el fútbol, es lo más importante de las personas. Dios, Jesucristo, está en el corazón de todos aquellos que lo quieren acoger, que lo invitan. Mi misión, como pastor evangélico, es dar alimento espiritual”.

Dos momentos históricos

Rodríguez, ahí donde lo ven, vivió dos de los grandes momentos de la historia del fútbol como árbitro en el Mundial-2014 de Brasil: la goleada (7-1) de Alemania a Brasil, en Belo Horizonte, y el 0-1 del Italia-Uruguay, donde el azulgrana Luis Suárez mordió al italiano Giorgio Chiellini. En el primer partido, ‘Chiquimarco’ trató de tranquilizar los ánimos de venganza de los brasileños y, a la vez, pedir un poco de serenidad y cautela a los alemanes, que querían seguir mofándose de los campeonísimos amarillos, mientras que, en el escándalo protagonizado por Suárez, no tuvo más remedio que reconocer que ni él ni sus ayudantes habían visto la acción que, al final, le supondría al goleador del Barça cuatro meses de sanción.

“Aquel Brasil-Alemania fue tremendo para mí, tremendo y muy, muy, muy especial”, comenta Rodríguez. “En primer lugar porque, como todos ustedes recordarán, todo el mundo daba por supuesto que la organización quería que ganase Brasil. Mi designación fue, en ese sentido, una manera de dignificar nuestra profesión, un mensaje de neutralidad”.

‘Chiquimarco’ reconoce que la humillación que los alemanes infringieron a los brasileños frente a su hinchada dejó a los jugadores locales fuera de control. “Los brasileños estaban totalmente desesperados, sin respuesta al fútbol alemán, humillados y, en ese sentido, tuve que hacer un papel sin silbato que no se vio, pero que fue vital para que aquello no acabase mal. Me refiero a que tú puedes meterle uno, dos y hasta tres goles a Brasil, pero cuando vas camino de una goleada, el árbitro ha de vigilar porque la desesperación los podía llevar a cometer faltas, entradas, acciones de las que pudiesen arrepentirse de por vida y, por esa razón, fue por lo que les advertí continuamente”.

Rodríguez, que debutará como técnico del Salamanca este fin de semana ante el Arenas de Getxo, critica duramente el comportamiento que, en aquel partido, tuvo el alemán Thomas Müller. “Müller tuvo un comportamiento, bajo mi punto de vista, poco deportivo. Cierto, trabajó en beneficio de su selección, de su país, del triunfo de su equipo, pero no cesó de intentar sacar de sus casillas a los jugadores brasileños y eso, cuando estas ganando por cuatro o cinco goles de ventaja, no tiene demasiado sentido. Müller les arrancó el lado emocional más duro. Fue lo que en México llamamos un ‘latoso’ y las situaciones que él provocó no fueron fáciles de apagar”.

Cuando supo del mordisco

Respecto al incidente entre Suárez y Chiellini, Marco Antonio Rodríguez ‘Chiquimarco’ no puede ser más sincero. “Lo siento, en aquella época aún no había VAR y tuve la mala suerte que ni yo ni ninguno de mis tres ayudantes, incluido el cuarto árbitro, lo vimos”, asegura el nuevo técnico del Salamanca. “De todo lo ocurrido me enteré, nos enteramos, creo que todos, muchos minutos después de acabado el partido. Es más, yo lo supe cuando el observador arbitral, que me había felicitado por el arbitraje que había hecho, entró en nuestro vestuario y me dijo: ‘Dicen que, al parecer, hay una acción, donde Suárez mordió a Chiellini’. ¡Nooooooo!, gritamos los cuatro colegiados en nuestro vestidor. ‘Veis, intuíamos que había ocurrido algo, era cierto’. Y, sí, no lo vimos, no”.

Rodríguez explica que él había preparado muy a conciencia (“bueno, no mejor ni más minuciosamente que otros encuentros”) aquel Italia-Uruguay. “Lo preparé porque pensé que los dos equipos y sus integrantes eran intensos, latinos. Estudie el comportamiento que habían tenido y los momentos de riesgo que se podían producir en el partido. Y, sí, pensé en Luis Suárez, que ya había protagonizado dos percances, uno en la Premier y otro en la Liga holndesa, y también en el cabezazo que Zidane le propinó a Materazzi en el Mundial-2006, así como la acción de Tassotti sobre Luis Enrique en EEUU-94. Pensé cómo Italia o Uruguay podían sacar ventaja del lado emocional de cada futbolista. Es más, a los cuatro minutos de partido, Chiellini, tendido sobre el césped, me pidió la tarjeta roja para Cavani porque, decía, le había agredido”.

Nadie vio nada

Rodríguez recuerda, nunca para justificarse, ni siquiera como excusa porque, desde el primer momento, reconoce que ni él ni sus ayudantes vieron nada sancionable y, por tanto, no podían castigar a Suárez, que “aún a día de hoy no hay una imagen, una grabación, un video donde puedas decir, le mordió”. Sí recuerda, y esa es su defensa, que el balón estaba en el otro lado del campo donde se produjo el choque, el mordisco, del goleador uruguayo al defensa italiano. “Y fue entonces, cuando vi que Suaréz se palpaba los dientes y Chiellini se dolía del hombro izquierdo, cuando pregunté a mi asistente de aquel lado si había visto algo. ‘No, no vi nada’. Recurrí al del otro lado y me dijo ‘amarilla para…’, ‘no me digas’, le comenté, ‘lo que debo hacer, dime qué viste’. Y tampoco había visto nada. Tampoco el cuarto árbitro vio nada. Y, por tanto, no tuve más remedio que reemprender el partido sin sanción alguna”.

‘Chiquimarco’ confiesa que nunca olvidará los minutos siguientes a pitar el final del partido. La selección italiana, sus técnicos, sus jugadores, todo el banquillo estaba indignada, ardiendo, muy caliente. Tanto que le esperaron a pie de campo para acompañarle en su entrenada al vestuario. “Yo esperé en el césped y pensé ‘veremos quién se cansa antes’. Pero, sí, mientras me dirigía al vestidor me dijeron de todo y se acordaron de mi madre, por supuesto”. Luego, vino el comentario del observador arbitral y, a partir de ahí, la historia cambió.

“Intuía, sospechaba, podía imaginar que algo había ocurrido en aquella acción. ‘Algo grave pasó’, era mi comentario en voz baja, en mi mente, mientras consultaba con mis compañeros de banda. Pero no habíamos visto nada, nada, y, por tanto, hubiese sido una injusticia sancionar aquello que ninguno de nosotros vio. Luego, sí, luego tuvo que ampliar el acta y, a partir de ahí, entre de oficio en Comité de Disciplina de la FIFA y Suárez fue sancionado por cuatro meses”.

‘Chiquimarco’, que mientras fue árbitro fue preparándose como entrenador para cambiar de profesión al dejar el silbato, reconoce que, como ejercicio y actividad de su preparación como ‘mister’, tuvo la oportunidad de visitar el fútbol base del Real Madrid, Lezama (Athletic) y, cómo no, La Masia. “Y ahí fue donde vi a Suárez de nuevo…pero él no me vio, pues yo entraba en la Ciudad Deportiva del Barça y Suárez salía de ella manejando su ‘carro’ hacia su casa, supongo”.

Un entrenador intenso

‘Chiquimarco’, que ha llegado a Salamanca gracias a sus compatriotas Manuel Lobato, propietario del club, y Ulises Zurita, presidente, asegura que tratará de que sus experiencias arbitrales le hagan ser un buen entrenador y tener un comportamiento correcto con los árbitros. “Ahora bien, una cosa es el error arbitral, que forma parte del juego, y otra, muy distinta, el ‘horror arbitral’, que es cuando el fallo es clamoroso, cuando dan por bueno un gol metido con la mano o cuando patean a uno de mis jugadores. En esos casos, defenderé a los míos”.

Rodríguez, que dice inspirarse como técnico en el ‘Cholo’ Simeone (“soy intenso como él al ejercer mi profesión”), Jurgen Klopp, Pep Guardiola y Zinedine Zidane, quiere un equipo solidario. “Lo primero que diré es que defender también forma parte del fútbol y del buen juego. Pero, sí, quiero que mis jugadores tengan el balón, que lo muevan, que lo mimen, que lleven el peso del partido, que sean intensos pero limpios, honestos, que quieran ganar y que lleguen a la portería rival con intención de marcar”.