IMPUNIDAD DE LOS CRACKS

El #MeToo no llega al fútbol

Grandes astros del balompié, como Neymar o Cristiano, driblan cualquier acusación de agresión sexual con el apoyo de los medios y las instituciones

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Andrea López-Tomàs

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En octubre del 2017 se viralizó el hashtag #MeToo para denunciar la agresión y el acoso sexual de forma generalizada por parte de los hombres a mujeres en la industria del cine. Las revelaciones provocaron un efecto dominó y decenas de hombres en posiciones de poder cayeron. El sospechoso más reciente, el tenor Plácido Domingo. La industria del cine dio un paso adelante y los dejó de lado condenando sus actitudes. El efecto Weinstein se propagó por otros ámbitos como la política con repetidas denuncias a los abusos cometidos por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, o incluso el deporte profesional, con las más de 265 gimnastas que denunciaron los abusos del doctor Larry Nassar condenado a entre 40 y 125 años de prisión. Quedó un oasis: el fútbol de élite. 

En medio del clima de empoderamiento de las víctimas de abuso, la exmodelo estadounidense Kathryn Mayorga decidió revivir aquel episodio traumático de su vida y denunciar. Acusó a Cristiano Ronaldo de violarla en un hotel de Las Vegas en el 2009. Intentaron comprar su silencio con 375.000 dólares pero la herida no sanaba y Mayorga quería justicia. Una vez dijo #MeToo, ya no había marcha atrás.

"Cristiano no ha violado a nadie y yo lo creo”, decía un famoso periodista español al enterarse de la denuncia. “¿Cristiano violando a alguien? No le veo yo en ese apretón ni en esa necesidad”. Así, sin ninguna sentencia judicial sobre la mesa, desde los medios se defendía a ultranza a los cracks. “En el fútbol, un ámbito aún altamente masculinizado, se llega a cuestionar toda la versión de las mujeres que denuncian”, explica Blanca Nualart, responsable de Género en el Consell Català de l’Esport. 

De crack a niño

“Las mujeres se ponen a disposición de la sociedad que la acaba denunciando a ella, no a él”, argumenta Nualart. También durante el caso más reciente de acusación de violación a Neymar que incluía pruebas audiovisuales e informes médicos, apenas le rozó la polémica y menos aún las consecuencias. “En Brasil, se le infantilizó tratándole como “un joven chico con éxito profesional y dinero, muy difícil de controlar” como dijo un presentador en vivo mientras entrevistaba al padre del jugador”, analiza Isabela García, periodista brasileña especializada en género. 

"Cristiano no ha violado a nadie y yo lo creo. ¿Cristiano violando a alguien? No le veo yo en ese apretón ni en esa necesidad"

“Con este típico comportamiento patriarcal y machista, se invisibiliza y anula a la mujer y a la gravedad de la denuncia”, constata. “Así se le quitan responsabilidades a los actos de un hombre que a los ojos de la sociedad, pasa de ser un adulto con éxito profesional a tratarle como un niño”, denuncia García. Sin ser responsables no se les castiga y jugadores como Neymar o Cristiano han seguido haciendo su vida normal con total impunidad. 

Pese al momento actual de auge de condenas sociales a este tipo de actitudes, el fútbol profesional mantiene a sus astros sin apenas reproche. “Las campañas que hacemos desde las instituciones para animar a denunciar estas actitudes no sirven de nada si desde la sociedad no condenamos estos comportamientos”, insiste Nualart. “Pero si entras en un campo de fútbol los envalentonan reproduciendo expresiones del macho alfa; los estadios son un nido de cultivo importantísimo”, denuncia. 

"Estamos juntos, Ney"

Tanto el caso de Neymar como el de Cristiano han pasado bastante desapercibidos en los medios sin grandes titulares que hagan saltar las alarmas por este fenómeno global. A su vez, la justicia no ha ido mucho más allá. A finales de julio se conocía la noticia de que los fiscales de Las Vegas decidían abstenerse de enjuiciar a Cristiano Ronaldo por presunta violación. Pese a que la causa penal cayó, el abogado de Mayorga insistió que se siguiera investigando por la vía civil. El pasado 9 de agosto la justicia brasileña anunció que la denuncia por violación contra Neymar de la modelo Najila Trindade se archivaba

El pasado 9 de agosto la justicia brasileña anunció que la denuncia por violación contra Neymar de la modelo Najila Trindade se archivaba

El propio presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, dijo la suya sobre el caso. “Neymar está en un momento difícil, pero creo en él; esta noche estamos juntos", le decía cariñosamente poniendo en duda la versión de Trindade. Isabela García denuncia la intromisión política: “una declaración como la de Bolsonaro solo alimenta a las ideas conservadoras ya que sectores del gobierno optaron por proponer agravar la pena de denuncias de violencia sexual que sean falsas”. 

Solas

Con esta reacción inicial no hay un acompañamiento por parte de los medios, la justicia o las instituciones a la víctima que, en este caso, es la mujer violada, no el presunto violador. La periodista brasileña relata que tras conocerse la denuncia en Brasil, el tema se convirtió en la “broma nacional” con camisetas de la selección con el nombre de la mujer junto al número 171, la ley que condena la obtención de ventajas ilegales mediante el engaño. “Las consecuencias de esta impunidad son mucho más graves: cuando no se castiga a estos líderes de masas, se les está diciendo a sus jóvenes seguidores que los comportamientos de sus ídolos no son malos”, explica Nualart, “y que al final lo único que estas mujeres quieren es arruinar sus vidas profesionales y extorsionarlos”. 

“Así se está alimentando la idea de que la mujer es un objeto que puede ser conquistado por el poder masculino”, concluye García. Entonces surge el miedo a poner la denuncia, a que no te crean. “Es hora de plantar cara y nombrar las cosas como son: hablamos de una posible violación cometida por un hombre, no un niño”, sigue García, “si no la acompañamos a ella que claramente no va tan bien asesorada como el multimillonario futbolista, no habremos avanzado nada”. Y así el oasis solo será un espejismo