FÚTBOL EN BUCAREST

La afición del Steaua contra el FCSB

El legado del histórico club rumano se disputa entre un equipo que juega en cuarta división y otro que pelea por ir a Europa entre las incendiarias protestas de su afición

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Alejandro García

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Casi cuatro años después de que la justicia le prohibiera utilizar el nombre Steaua de Bucarest,  el renombrado FCSB se juega este jueves en Chequia mucho más que el acceso a la próxima edición de la Europa League, se juega mantener a flote la única tabla de salvación para un proyecto que vive reducido a un acrónimo, entre protestas masivas contra la propiedad, y en frente del CSA Steaua, refundado por el Ejército, dueño histórico del club, en cuarta división rumana. 

Después de un dramático inicio de Liga, con un triunfo en cinco partidos, y del empate a cero en casa ante el Mlada Boleslav, en la ida de penúltima eliminatoria previa de la Europa League, el rendimiento deportivo ha dejado de sustentar la polémica gestión del controvertido millonario, empresario y político Gica Becali, contra el que protestó la grada ante los checos arrojando billetes al césped con su cara impresa. 

Considerado uno de los personajes más controvertidos de Europa del este, Becali vive instalado en la cúspide de la polémica, con un abrumador historial de controversias homófobas, condenado por corrupción y antiguo pastor, que lanzó su candidatura al Parlamento Europeo desde una celda.

La alternativa es un equipo de cuarta, que ya congrega miles de aficionados cada fin de semana en sus gradas y que cuenta con el componente emocional de que el club vuelve a estar en manos del Ejército, como ha sido toda su historia.

El CSA Steaua y el FCSB están lejos de encontrarse en el terreno de juego, pero pelean por adueñarse de la historia y de una afición que se divide entre apoyar a un equipo en divisiones regionales o a un proyecto tambaleante, con pies de barro y un liderazgo insostenible, entre una inestabilidad endémica. 

Histórico campeón de Europa

Fundado en 1947 por el Ministerio de Defensa rumano, como parte integral del club polideportivo CSA Steaua de Bucarest (que cuenta con casi 20 disciplinas deportivas, al estilo de las sociedades deportivas soviéticas), el equipo de fútbol siempre estuvo bajo el amparo de las fuerzas armadas y ha sido el gran equipo rumano de la historia: campeón de la Copa de Europa en 1986, tras derrotar en la final al FC Barcelona.

Con la caída del régimen comunista y la ejecución de Ceausescu, Defensa perdió el control oficial sobre el club, entonces renombrado como Fútbol Club Steaua de Bucarest, ya establecido como una empresa independiente con accionariado privado. 

Con el siglo XXI entró en la gestión del equipo el problemático Becali y, en 2011, el Ministerio de Defensa rumano denunció al gestor por apropiación indebida en el proceso de privatización del club. 

La justicia le dio la razón al Ejército en diciembre del año 2015 y los dueños históricos del Steaua crearon un equipo nuevo, en cuarta división, que compite bajo los colores y el histórico escudo de la estrella (steaua en rumano). 

A la vez, quedó prohibido para la gran estructura de la máxima categoría utilizar los símbolos del club. La alternativa, tras unos meses esperpénticos entre escudos tapados con cinta negra y la desaparición del nombre Steaua de todo sitio visible, fue elegir como denominación el acrónimo de Fútbol Club Steaua de Bucarest (FCSB).