Fútbol argentino

La 'Rossimanía' sacude Argentina

El ex de la Roma, de 36 años, aviva las emociones de la hinchada de Boca que prepara su debut para el 13 de agosto

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Abel Gilbert

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En un fútbol tan devaluado y  escandaloso como el argentino, un italiano de 36 años, Daniele De Rossi, acaba de inyectarle una inesperada dosis de vitalidad y emoción. Campeón del mundo en 2006, De Rossi jugó a fines de mayo con la Roma su último partido, el 616. Cuando el retiro parecía ser el destino natural, Nicolás Burdisso, uno de sus excompañeros y actual dirigente de Boca Juniors, le abrió las puertas del equipo más popular de la Argentina y de mayor prosapia italiana: no por nada le dicen los “xeneizes” (genovés). El volante no dudó.

Su aterrizaje en Buenos Aires fue el de una celebridad internacional. "Miren qué emoción, ese es el famoso 'tano' (como llaman a los italianos en Argentina y Uruguay) que vino a La Boca para ser campeón", corearon unos en el aeropuerto. Quisieron tocarlo. Darle un abrazo. "El que no salta se va a la B", gritaron otros para ponerlo en autos de lo que significa ser rival histórico de River Plate, cuya pérdida de categoría en 2011 se ha convertido en objeto de burla permanente de parte de la hinchada boquense.

¿Por qué vestir la casaca azul?

Una de las primeras cosas que hizo De Rossi en la lluviosa capital argentina fue acercarse a la Bombonera, el estadio que muy pronto vivará su nombre como bandera de guerra. Muchos se han preguntado las razones por las cuales cruzó el Atlántico para vestir la casaca azul y oro. No es el dinero, ha asegurado. "Empecé a ver a Boca cuando era chico por  Maradona y por el estadio. Me enamoré de la cancha y de los hinchas, que son muy pasionales. Me hacen llorar", dijo y para dar prueba de su encandilamiento se tomó una fotografía al lado de la estatua de Diego.

Este domingo, 28 de julio, se le vio en la Bombonera viendo a sus nuevos compañeros frente a Huracán, partido de la Superliga. Boca Juniors confía en que el debut del italiano llegue el 13 de agosto en partido de Copa.

"No te conozco bien, pero tienes que saber que acá puedes estar muy tranquilo respecto a Boca y a mí", le dijo el campeón del mundo 1986. "Para nosotros que vos te pongas la camiseta de Boca es como San Gennaro que licua la sangre. Te mando un besito", añadió Maradona, recordando al patrono de Nápoles. Gabriel Batistuta fue también entusiasta. "Es una gran alegría que participes de nuestro campeonato", le hizo saber el ex Roma y el segundo goleador histórico del seleccionado, destronado por Leo Messi.

Leandro Paredes, el actual jugador del PSG y el seleccionado que quedó en tercer lugar en la Copa América, compartió también vestuarios con De Rossi en la Roma. Cree que será un líder en el equipo que dirige Gustavo Alfaro. "Quiere entrenar y jugar el domingo. Está loco por ponerse la camiseta", contó Paredes. Aunque se encuentra muy bien físicamente, los medios argentinos descartan que esté presente en el partido que da inicio a la Superliga ante Huracán. Se supone que habrá que esperar hasta mediados de agosto. Mientras tanto, la barbada figura del "tano" no hará otra cosa que acrecentarse.

Rudeza, esfuerzo que seducen al hincha

El diario deportivo 'Olé' trató de indagar las razones de la súbita "Rossimanía". Estimó que sus características, la rudeza, el esfuerzo, son muy ponderadas por el hincha. "Y aunque Boca aún añora la magia de (Juan) Riquelme, jugadores del estilo del italiano siempre parecen sintonizar mejor". Boca tiene una obsesión: ganar la Copa Libertadores que perdió en Madrid ante River Plate después de que en Buenos Aires no existieran condiciones de seguridad para garantizar la final.

Ha buscado en el mercado jugadores Eduardo Salvio que militaba en el Benefica. Pero es De Rossi el que ha suscitado mayor expectativa y eso dice mucho del estado del fútbol argentino. "Habrá que ver si sus 36 años recién cumplidos le pesan mucho, poquito o nada. Pero se intuye que habiendo jugado hasta la última temporada en el Calcio, no pasará papelones en la Superliga", señaló Olé. Todo dicho.