DESCENSO AL PUESTO 27

Garbiñe Muguruza rompe con su entrenador Sam Sumyk

La tenista española ha trabajado cuatro años con el técnico francés

Muguruza se despide del público de la Caja Mágica tras caer en primera ronda.

Muguruza se despide del público de la Caja Mágica tras caer en primera ronda. / periodico

Jaume Pujol-Galceran

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Garbiñe Muguruza ha anunciado a través de sus redes sociales este martes el final de su relación profesional con el técnico francés Sam Sumyk. La tenista hispanovenezolana ha puesto fin a una colaboración de cuatro años en los que ganó su primer Grand Slam en Roland Garros en el 2016 y campeona en el 2017, con la colaboración entonces de. Conchita Martínez, además de número 1 mundial durante cuatro semanas  en el mes de septiembre.

Caída al puesto 27

Los malos resultados de Muguruza que culminaron con su eliminación en primera ronda en Wimbledon al perder con la brasileña Beatriz Haddad Maia y su caída al puesto 27 mundial le han llevado a tomar esa decisión drástica. Durante los últimos dos años la española solo había conseguido ganar el torneo de Monterrey (dos veces).

"Unas palabras para anunciar el fin de una Extraordinaria aventura. Dos Grand Slams y número uno Mundial. Más que agradecida por estos 4 años. Gracias Sam", ha dicho Garbiñe.

Muguruza ha tomado la decisión después de unas cortas vacaciones que decidió tomarse para viajar y ver las Pirámides en Egipto. Tras su inesperada derrota en Wimbledon ya avanzó que se tomaría un descanso y volvería a coger la raqueta cuando "tenga ganas", pero evitó hablar de cambios en su equipo. "No quiero hablar de esto".

Antes de la derrota ante Haddad Maia, su entrenador Sam Sumyk se mostraba confiado en el momento de la tenista española. "Creo que estamos en el buen camino", decía pero también dejaba entrveer el momento de Muguruza. "Cada día hay que poner el deseo, el trabajo, la intensidad y la mentalidad en cada partido", con un mensaje final en el que recalcaba su posición. "Si escuchas a todo el mundo, estás muerto".

Broncas constantes

Las desavenecias con Sumyt eran constantes en la última época y patentes, incluso,  por televisión. En las semifinales del torneo de Zuhai, las cámaras captaron al técnico francés diciéndloe a su pupila "que te jodan" y marcharse de la pistapañola delataron desde el principio el contraste de caracteres entre ambos. "Que te jodan", y marcharse después del palco. En el partido anterior Muguruza ante Sevastova le había dicho al técnico "no siento una mierda", cuando trataba de animarla.

"Siempre estás enfadada"

Sumyk intentó calmarla en un descanso en la pista. "Siempre estás enfadada", le dijo el técnico. "No estoy enfadada", contestó Muguruza. "Hay una regla aquí, yo no hablo con personas que están enfadadas. Estoy intentando ayudarte", continuó Sumyk. "Vale, pues ayúdame, ¿qué tengo que hacer?", le preguntó Garbiñe. "Qué te jodan", le soltó entonces Sumyk.

Antes, en febrero de 2016, en cuartos de final de Qatar cuando se le escapaba el set definitivo contra la alemana Andrea Petkovic, la conversación con Sumyk revelaba sus disidencias. "Lo estoy intentando, dime algo que no sepa", dijo Garbiñe a los consejos de Sumyk sobre mejorar un servicio que no funcionaba.

"Parece que lo sepas todo", respondió él, que encontró un "por supuesto" como respuesta. "Yo no me voy a morir por la bola, yo no", decía Garbiñe poco antes de que Sumyk advirtiera que el partido estaba siendo retransmitido en España. "Eso lo dices para que se vea en España", añadió.

Los primeros pasos

Garbiñe empezó desde los seis años en la escuela de Luis Bruguera en Barcelona, entrenando en su etapa cadete y júnior con el vigués Alberto López. En el 2010, cuando estaba 330 en el ránking, comenzó a entrenar con Alejo Mancisidor, con quien ganó su primer título en Hobart (2014) y cuya relación acabó tras perder la final de Wimbledon en el 2015.

En una carta abierta Mancisidor le decía: "el trabajo, no solo necesario para que el talento pueda alcanzar la cima", sino también para mantenerse en ella; la humildad, imprescindible para la superación, y el respeto, como norma básica de educación y convivencia.