HISTORIA DE SUPERACIÓN

La lección de vida de Biel

Biel Vargas, de verde, junto a sus compañeros del Peralada.

Biel Vargas, de verde, junto a sus compañeros del Peralada. / periodico

Arnau Segura

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"Ahora tengo 10 años. Pero pronto haré 11", explica Biel Vargas. "Pronto…En octubre", matiza su madre, con una sonrisa que deja intuir que la familia ha vivido momentos muy duros en unos últimos meses en los que el calendario ha avanzado demasiado rápido. Pero ni el bloqueo auriculoventricular, una enfermedad del sistema eléctrico del corazón, que le detectaron hace menos de un año le ha restado ni un gramo de ilusión a este joven futbolista del Peralada.

Todo empezó con la revisión médica de principios de temporada. "El electrocardiograma no salió bien. Mi corazón iba muy lento, y a veces se paraba. Cuando, en enero, me dijeron que me tendrían que operar me cayó el mundo encima. Porque mi pasión es el fútbol, y no sabía si podría volver a jugar", arranca Biel, haciendo gala de una madurez que impresiona. Los nervios, los miedos, la incertidumbre y las pruebas fueron multiplicándose con el paso de los días. "No sabía cómo ayudarlo. Decidimos hacer una sesión con una psicóloga. Pero él le dijo que no quería hablar más sobre el tema porque ya lo había hecho en casa y con sus amigos, y que le daba igual lo que le pasara. Que no se operaría porque no dejaría de jugar al fútbol", añade su madre, maestra de la escuela en la que Biel ha cursado quinto de primaria.

"Mi corazón iba muy lento y cuando me dijeron que me tendría que operar se me cayó el mundo encima porque no sabía si podría volver a jugar a fútbol"

Biel Vargas

— Jugador del alevín del Peralada

"No era el mismo de siempre. Ni en los partidos ni en la escuela. De repente te encuentras con un niño que es capaz de tirarle una piedra en la cabeza a una niña y justificarse diciendo: ‘Si la vida es injusta para mí, que lo sea para todo el mundo'", prosigue. La situación comenzó a cambiar cuando su camino se cruzó con el de Héctor Simón, que, además de ser una de las piezas clave de un Olot que este curso ha hecho historia en Segunda B, está arrancando un servicio de 'coaching' para ayudar a otros deportistas "a vivir y ver las cosas de una forma más sana".

El jugador de Llançà, que a los 21 años, cuando soñaba con hacerse un sitio en el primer equipo del Espanyol, sufrió una grave lesión que hubiera podido costarle la vida, se ha convertido en una de las personas más importantes de la vida de Biel, en un faro para él. "Mi hijo lleva una máquina en el corazón. Pero su marcapasos es Héctor”, asegura la madre.

Biel, el futbolista de 10 años que lleva marcapasos y que quiere seguir jugando a fútbol

Biel jugaba con el alevín A del Perelada y sufre una patología cardíaca que ha requerido la implantación de un marcapasos. / periodico

Convencido de que las dificultades son siempre una oportunidad, consciente de que "su caso es muy parecido al mío porque, más allá de recuperarnos, los dos queríamos volver a jugar y hemos tenido que aprender a canalizar, a reorientar, esta energía, e a ir paso a paso", Héctor empezó a encontrarse con Biel.

"Al principio no era tan fácil como ahora, que ya sabe que podrá volver a jugar y lo que tenemos que hacer es trabajar para que cuando lo haga disfrute y no tenga la ansiedad de querer volver a ser el mejor el primer día. Siempre queremos más, pero hace tres meses no sabía si podría volver a jugar al fútbol. Y esto lo tenemos que valorar. En ese momento estaba más tocado. Pero ha acabado creciendo muchísimo emocionalmente. Primero nos centramos en intentar entender, aceptar y digerir la situación. Más tarde, en intentar encontrar la parte positiva de todo esto", subraya Héctor.

"La muerte de Puerta ha salvado la vida de mi hijo, por eso queremos llevar un ramo de flores al estadio del Sevilla", escribió la madre de Biel en Twitter

Biel acabó pasando por el quirófano el 7 de mayo. "La muerte de Antonio Puerta ha salvado la vida a mi hijo. Por esto queremos llevar un ramo de flores al estadio del Sevilla, donde él cayó fulminado", escribió la madre de Biel en Twitter.

Su estancia en el Vall d’Hebron coincidió con la triste noticia del infarto de Iker Casillas, y el joven atacante de Llançà quiso enviarle un mensaje. "Los dos hemos ganado la Champions de la vida estos días. Jugar al fútbol es importante, pero la salud está por encima de todo", acentuaba Biel. Y ahora, con una entereza que conmueve, añade: "No puedo quejarme por tener una enfermedad. Tengo que decir que si no me hubieran operado podría haberme muerto, que gracias a esto continúo vivo".

La posibilidad de ayudar a otras personas es lo que ha llevado a su madre a explicar la historia de superación de Biel. “Las revisiones se convirtieron en obligatorias con la muerte de Puerta y Dani Jarque. Si no lo fueran, ahora quizás no estaríamos aquí. El objetivo era dar las gracias e ir al Pizjuán, pero ahora va más allá. Queremos ayudar a crear consciencia”, afirma la madre de un Biel que afronta el futuro con una sonrisa inmarcesible. La que nunca ha perdido. Ni siquiera en los días más oscuros. “Ahora está bien. Pero la enfermedad está ahí. Y tenemos que continuar luchando”, matiza la madre, a quien todavía le cuesta coger el sueño porque “por la noche el riesgo es más grande”.

Lejos queda, eso sí, aquel atardecer en el que Biel y sus padres deshicieron el camino entre Barcelona y Llançà inmersos en el más absoluto y doloroso de los silencios. Y hoy, Corazón Valiente, el sobrenombre con el que le bautizaron en el hospital, ya mira hacia adelante; y, con el orgullo de haber saltado la piedra que amenazaba con barrarle el paso, continúa persiguiendo su sueño con la misma ilusión con la que, dentro de unos días, volverá a correr, por fin, detrás de un balón.