LOS EFECTOS DE LA SÉPTIMA PLAZA BLANQUIAZUL

El verano loco del Espanyol

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Raúl Paniagua

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La inolvidable invasión del estadio de Cornellà cuando finalizó el partido contra la Real Sociedad del pasado sábado reflejó de maravilla el sentimiento de felicidad que invade ahora a todos los pericos. Acostumbrados al sufrimiento y las penas, la séptima plaza supuso un subidón tremendo. Doce años después, el Espanyol vuelve al escaparate europeo. Pero falta completar el proceso. El equipo catalán deberá disputar tres eliminatorias en un mes para acabar de corroborar su presencia en la Europa League. Se avecina un verano movido. 

En la memoria de muchos pericos perduran muchas imágenes europeas. El último recuerdo son las lágrimas por la derrota en aquella noche del 16 de mayo del 2007 en Glasgow. El equipo dirigido por Ernesto Valverde libró una preciosa batalla contra el Sevilla que acabó cayendo del lado andaluz en los malditos penaltis, que también decidieron el duelo con el Leverkusen de 1988. Los blanquiazules tienen ganas de revivir citas continentales y el sábado quedó de manifiesto. 

Comida en Castelldefels

Rubi ha devuelto la ilusión a la afición justo en el inicio de la campaña de abonados. El éxito sellado ante la Real Sociedad lo disfrutó también Chen Yansheng, que siguió el partido en el palco. El dirigente chino comió este lunes con toda la plantilla en Castelldefels antes de volver a su país. El equipo inicia las vacaciones consciente del esfuerzo que supondrá el reto europeo. 

La vuelta al trabajo se podría adelantar al 5 de julio, unos días antes de lo previsto. Poco después, la plantilla se desplazará a Olot para la primera concentración. El 19 de julio se sortearán la primera y la segunda previa europea, por lo que el Espanyol, exento del primer envite, ya conocerá su posible rival en su estreno del 25 de julio. Hasta seis partidos deberá disputar para sellar su presencia en la fase de grupos de la Europa League, que debería producirse el 29 de agosto. En el aire queda el amistoso anunciado en China contra el PSG, previsto para el 30 de julio. 

Rubi, el mejor gestor

La séptima plaza ayuda a mejorar los ingresos televisivos del club y otorga 260.000 euros solo con disputar la previa europea. Llegar a la liguilla supondría más de tres millones. A partir de ahí, los ingresos aumentan por cada triunfo o empate y a medida que se vayan avanzando rondas. Lograr el título puede otorgar un global de 20 millones.

Rubi dirigía al filial perico cuando el Espanyol fue subcampeón en Glasgow. Ahora es el mejor gestor posible para una plantilla que ha acabado la Liga con nueve jornadas sin caer y 36 puntos en casa, el mejor registro desde la inauguración de Cornellà. «El club se debe poner ya manos a la obra. Al máximo. Entramos en otro nivel», proclamó el técnico tras la gesta. 

El ejemplo del Sevilla

Nadie como él sabe lo que ha costado llegar hasta aquí. La idea inicial de Chen es seguir la hoja de ruta prevista sin un esfuerzo económico extra. Lo ideal sería mantener a puntales como Darder, Borja Iglesias, Hermoso y Marc Roca, pero no se descarta alguna venta. «No estamos acostumbrados a luchar por títulos y es la mayor alegría que podíamos tener. Desde el inicio intentamos que fuera una temporada diferente y lo conseguimos. Es el inicio de algo bonito y hay que alargarlo lo máximo posible», dijo este lunes Darder, el jugador que ya vaticinó el éxito europeo a principios de curso. 

"Es el inicio de algo bonito y hay que alargarlo lo máximo posible", dice Darder

No siempre se ha saldado con éxito la previa de la Europa League. El Sevilla, por ejemplo, fue eliminado por el Hannóver en agosto del 2011. El club andaluz sí llegó a la liguilla el verano pasado tras doblegar al Ujpest, Zalgiris y Sigma Olomuc. El 14 de marzo sufrió un batacazo en octavos ante el Slavia de Praga. Un día después, fue despedido un inoperante Machín, que no supo gestionar su amplia plantilla y dejó al Sevilla sexto, a cinco puntos de la zona de Champions.