Zidane abre las puertas antes de abordar grandes fichajes

Entre los mensajes cifrados de Zidane, lo que se trasluce nítidamente es la intención de acometer cambios, de tomar las decisiones que no se tomaron hace justo un verano, más acertadas o menos, con un objetivo claro: volver a competir. El Madrid estiró todo lo que pudo la generación de las tres Champions seguidas, pero el cambio de paradigma se precipitó en forma de cataclismo deportivo y la temporada ha empezado a cobrarse víctimas dentro del vestuario.

El técnico francés, que llegó en plena catástrofe para ser el diseñador de un cambio de época, empezó la ronda de entrevistas para el próximo curso y el primero en pasar por el despacho fue Bale, seguido de Ceballos y Llorente, para empezar a aligerar a un vestuario que espera una buena tanda de refuerzos.

El primer objetivo es Pogba, con la complicidad del jugador, pero el ogro del cuento es el Manchester United, cansado de invertir en busca de un equipo competitivo que no termina de llegar y que estaría incuestionablemente más lejos si el centrocampista francés abandona el club. Y la primera consecuencia sería un cambio en la intención de juego, en la que tendrían que encajar, o salir, jugadores como Modric o Kroos.

Además, en busca del otro gran déficit de la plantilla, el Madrid rastrea el mercado en busca de un competidor de Jovic para el puesto de acompañante de Benzema, aunque la operación con el serbio, propiedad del Eintracht, se atisba muy avanzada.

El esperado inicio del adiós de Bale

El galés estaba en todas las listas de prescindibles, pero habrá que esperar ofertas atractivas para el club que puedan igualar sus honorarios, por encima de los 16 millones de euros. La relación con Zidane es tan distante como las respuestas del francés en sala de prensa, mucho menos implicado que con otros jugadores: “Habrá que preguntarle a él”, despachó sin escrúpulos una pregunta sobre la implicación del atacante.

El agente de Bale, tantas veces vociferante, ha ido mutando su discurso hasta quedar monopolizado por la idea de que el galés quiere permanecer a toda costa en la renovación de un Madrid en el que él ha sido el gran señalado del fracaso y en una segunda etapa con Zidane, con el que terminó pidiendo salir tras la final de la Champions ante el Liverpool.

Todos los jugadores del primer equipo tienen contrato, incluidos Ceballos y Llorente, y Zidane la misión de encajar las piezas que sagan y las que entren para que el rompecabezas vuelva a quedar decoroso. Entre los bien acogidos, Asensio parece contar con un lugar en los planes de futuro de todos, sobre todo del club, pese al interés de grandes equipos europeos. Las filtraciones apuntan que Zidane iría en la misma dirección, en la de darle otro año de confianza al mallorquín tras completar con pleno de decepción la que, se suponía, iba a ser su temporada de confirmación.

Decisiones de entrenador

Más allá de los movimientos evidentes, con la guía de los silbidos de la grada del Bernabéu, Zidane tiene por delante algunas decisiones más complejas, la primera, solucionar la historia de la portería, a la que el propio técnico le puso ultimátum cuando insistió en que no habrá más debates el próximo año.

La siguiente, el lateral izquierdo, donde, como el caso de Llorente, Reguilón entra dentro de un grupo de jugadores que, aunque la temporada les ha pasado por encima, han demostrado hechuras para poder aportar siendo parte del grueso de la plantilla. Pero la elección de Zidane parece Marcelo, pese a sus inminentes 31 años, incluso algún fichaje que redundaría en el error de reforzar áreas alejadas de las prioridades.

Los lugares preferentes para ejercer de fondo de armario son para Valverde y Brahim; mientras que otros están en el umbral, a la espera de lo que depare el mercado, desde Mariano hasta Vallejo, incluso Lucas Vázquez.