El Madrid se da una alegría coyuntural a costa del Villarreal

Sustentado en la fragilidad de un Villarreal timorato y endeble, el Madrid encontró una alegría relativa, coyuntural, que no fue más allá de un juego adecentado, lejos de excentricidades y sustentado en las habilidades rematadoras de Mariano, autor de dos goles, y en la vuelta de Vinicius tras dos meses de lesión.

Como todo en este final de temporada en el Madrid, la alineación, el sibilino apoyo al convaleciente Casillas, incluso el partido, todo es insólito y extravagante. Tanto como para que Brahim le robara un balón a Cazorla en el primer minuto para asistir a Mariano, que hizo el primer gol blanco. Y tanto como para que, a los diez minutos, el Villarreal consiguiera el empate con una jugada calcada, con Casemiro en el papel de víctima del robo y Gerard Moreno como ejecutor.

Partido cómodo

El Madrid vivió muy acomodado en el partido, como una araña que espera a que las presas se queden atrapadas en su telaraña, a fuerza de aprovechar los réditos que le dieron los errores del Villarreal, con Mariano, rematando, y Brahim, regateando, como los únicos recolectores blancos con voracidad para demostrar que quieren seguir en la plantilla.

El equipo de Zidane, con una intensidad digna que no tuvo en los últimos partidos, se fue animando a terminar jugadas y a atacar la frágil defensa de un Villarreal que no tuvo el empaque para aprovechar las opciones a la contra que le permitieron las pretensiones ofensivas blancas.

Goles sin creatividad

Con la creatividad diluida, el Madrid encontró el camino al 2-1 en un balón parado, violentamente mal defendido por el Villarreal, tras el que Vallejo recogió el balón en el área pequeña de Andrés Fernández, en total soledad, para poner el segundo en el marcador.

Recién iniciada la segunda parte se disipó la opción de que el Villarreal mutara su planteamiento hacia una vertiente más dominadora y ofensiva, y el Madrid encontró, con dos desmarques y dos pases, a Mariano solo casi sobre la línea de gol visitante para marcar su segundo gol de la tarde, los mismos que sumaba hasta ahora en la temporada.

Regreso de Vinicius

En el tramo final, la superioridad del Madrid se hizo manifiesta y mayúscula, antes de que el Bernabéu volviera a sonreír con la vuelta de Vinicius, el último en debutar con Zidane, pero el primero en el panteón de las ilusiones del madridismo, compartidas con un Brahim Díaz que se fue al banquillo con la sensación de que ya no está en la lista de prescindibles.

Ya en el descuento, Jaume Costa adecentó el resultado con un disparo imparable a la escuadra de Courtois, aunque propició una última jugada con posibilidades de empate, lo más emocionante del segundo tiempo.