El Espanyol prolonga su felicidad ante el Alavés

La valiosa victoria del Espanyol en Girona se afianzó este sábado en Cornellà con otro éxito ante el Alavés (2-1). El equipo perico ha olvidado las penas y los temores con una ambición que no ha perdido nunca gracias a su entrenador, un Rubi que no ha dejado de mirar hacia arriba a pesar de las críticas. Puede seguir haciéndolo. Certificada la permanencia, quedan seis partidos por delante para alcanzar un reto difícil pero no imposible.

Los 18.000 pericos que acudieron a Cornellà volvieron a casa con una sonrisa tras el sufrimiento final. El equipo desplegó un buen juego, similar en algunos momentos al del comienzo de curso, cuando el Espanyol se instaló en la zona alta de la tabla antes de sufrir ese bache prolongado que ha arrastrado demasiado tiempo. Ahora el cuadro perico se encuentra cómodamente en la mitad de la tabla, justo donde le corresponde por presupuesto. La próxima cita, en el campo del Levante, volverá a medir las opciones europeas de un equipo al alza.

Subidón de Pedrosa

Rubi, quizá el perico más optimista de todo el ejercicio, volvió a vivir un pulso exitoso. Su principal novedad en el once, la entrada de Pedrosa en el lateral izquierdo, resultó provindencial. El canterano, vilipendiado injustamente tras el derbi por intercambiarse la camiseta con Messi, abrió el camino del triunfo con una carrera sensacional. Adrià batió a Pacheco y celebró con rabia su tanto tocándose el escudo (m. 20). Sufrió mucho el joven en aquellos días y su reconciliación con la afición llegó de la mejor forma posible.

La lesión de Rosales (m. 27) fue el único contratiempo perico en un primer tiempo dominado con solvencia y con Melendo como principal protagonista. El menudo centrocampista se movió de maravilla entre líneas mostrando su talento y clarividencia en todo momento. 

Siete minutos de postre

La segunda mitad se abrió con el mismo guion. Darder buscó pronto el segundo y Laguardia desvió un centro de Borja Iglesias hacia las redes para poner el 2-0 (m. 47). Pero en el Espanyol nunca hay nada sencillo. El sufrimiento está en el ADN perico. Una desconexión defensiva propició el gol de Calleri (m. 56) y el equipo local se tambaleó.

Sin hacer nada del otro mundo, el Alavés creyó en el empate y apretó a un Espanyol con dudas que estuvo cerca de llevarse un revolcón en una chilena de Rolán que se marchó fuera por poco (m. 87). Quedaban aún siete minutos de añadido en los que Sergio García acarició el tercero. Falló el punta de Bon Pastor pero la victoria no se escapó. Por primera vez desde octubre, el Espanyol encadenó dos triunfos seguidos. En el Ciutat de València buscará el tercero.