FASE CLASIFICATORIA

Alemania frustra a Holanda en el último minuto (2-3)

Los germanos se llevaron el triunfo cuando De Ligt y Depay habían equilibrado el 0-2 del descanso

De Ligt marca de cabeza el momentáneo 1-2 del Holanda-Alemania.

De Ligt marca de cabeza el momentáneo 1-2 del Holanda-Alemania. / periodico

Joan Domènech

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Al final resultó un formidable partido de fútbol. Holanda y Alemania honraron la memoria de Johan Cruyff en el estadio que lleva el nombre del mito desaparecido justo a los tres años de su muerte. Pero el resultado aguó la satisfacción local. Sucedió en el último minuto con un doloroso gol de Schulz, frustrando la justa repartición de puntos a las dos mitades de partido que dominaron.

Alemania sometió a Holanda en el primer tiempo. No se dejó impresionar por la pujanza del equipo naranja bajo las órdenes de Ronald Koeman, demostrada en la anterior Copa de las Naciones, y quiso dictar el guion. Joachim Löw se la jugó dejando a tres defensas frente a los tres puntas holandeses porque apostó a imponerse en el centro del campo.

Salen los números

Las matemáticas salían: cinco blancos contra tres naranjas. Los dos puntas visitantes (Sané y Gnabry) no pararon de moverse en todo el frente del ataque, con lo que ninguno de los cuatro defensas pudieron fijarles. Aparecían por todas partes, pero eran indetectables. Ni siquiera cuando Gnabry, al primer minuto, obligó a Cillessen a una gran intervención. El portero del Barça no está nada oxidado por su inactividad.

Alemania se explayó en Amsterdam como si estuviera en casa y el fluido engranaje de sus piezas desmentía su estado de reconstrucción. Schulz se despidió del partido con el gol que premió su esfuerzo y su clarividencia jugando por la banda izquierda, de donde salieron los tres goles; el último lo gestaron Gündogan y Reus, suplentes en el inicio, para que lo rematara Schulz. Irrumpiendo otra vez orpresivamente, en el área sin que ningún defensa le acosara.

La mala pinta

Así había pasado en el 0-1, con el gol de Sané, que se aprovechó de un resbalón de De Ligt, y con el 0-2, cuando entre todos los holandeses toleraron una carrera de Gnabry que no paró hasta que encontró un ángulo más o menos razonable para chutar a portería.

Muy mala pinta tenía el partido para Holanda, pero solo podía mejorar a poco que el entrenador ajustara a sus hombres. Lo peor era el resultado. Neuer desbarató dos remates a bocajarro de Babel, que pagó su mala puntería con la sustitución en el descanso.

Los ajustes de Koeman

Antes de que pudieran observarse las medidas tomadas por Koeman –apretar más al equipo, reduciendo los espacios entre líneas adelantando la defensa para que fuera más presionante- De Ligt se elevó majestuosamente en el área para cabecear un centro. Sí, el hipotético recambio de futuro para Gerard Piqué también marca goles.

De pronto nacía otro partido. Holanda había recobrado la confianza en el campo y la ilusión en el marcador. Alemania ya no salía jugando con tanta facilidad. En realidad, no salía. Se jugó en su terreno, y fruto del acoso naranja llegó el gol de Depay al resolver con ingenio un barullo. El equipo de Löw no perdió la compostura como le había sucedido en algunas fases a su eterno rival en el primer tiempo, y se dedicó a capear el temporal hasta que amainara. Pero al final salió el sol.

Holanda, 2 - Alemania, 3

<strong>Holanda: </strong><span style="font-size: 1.6rem; line-height: 2.6rem;">Cillessen (8); Dumfries (6), De Ligt (8), Van Dijk (7), Blind (6); De Roon (5), F. de Jong (7), Wijnaldum (5); Promes (5), Depay (7); Babel (4).</span>