EL TOQUE INGLÉS

El futbolista terrorista y otros despropósitos

El pasado digital visita a los jóvenes futbolistas para volverse en su contra. Debiéramos ser más generosos. La adolescencia no se manifiesta sólo en el acné

Declan Rice, durante un entrenamiento de la selección inglesa.

Declan Rice, durante un entrenamiento de la selección inglesa. / periodico

Josep Martí Blanch

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Las redes sociales son como las migas de pan que el bueno de Pulgarcito dejaba tras de sí, en su caso sin fortuna, para poder desandar el camino sin perderse. Nuestro tiempo nos pone las cosas más fáciles para transitar senderos de vuelta. Hoy puedes viajar al pasado y sorprenderte de lo idiota o ingenuo que fuiste tan solo echando un vistazo a tu colección de excrementos digitales.

Es este un ejercicio poco recomendable en la medida que exige estar dispuesto a flagelarse con el látigo de la vergüenza de lo que uno ha dicho o hecho. Alguno habrá que pase la prueba del algodón y esté en condiciones de enorgullecerse de toda la 'egobasura' que ha ido desparramando con el paso de los años, pero son los menos y no se dejan ver. Si miras atrás no te conviertes en una estatua de sal, como enseñaban antaño en el catecismo, tan solo te pones rojo como un tomate.  'Humanum est peccare'.

"Up the Ra"

Andan crucificando en Inglaterra al joven mediocampista del West Ham, Declan Rice, por un comentario colgado en Facebook hace cuatro años, cuando tenía tan sólo 16. El chaval, nacido en Londres, acaba de incorporarse a la selección inglesa, pero antes había jugado con la irlandesa, tanto en la absoluta como en las categorías inferiores. Disfrutó de esa prerrogativa porque su abuelo paterno era de dicho país y fueron los primeros en llamarle.

Durante sus años vestido de verde, el jovencito Declan fue sentimentalmente un hiberniano más. Y un día tuvo la ocurrencia de animar digitalmente a su antigua selección con la expresión "up the Ra", uno de los latiguillos con los que también se daba ánimos a los terroristas del IRA en el periodo conocido en las islas como The Troubles", los años de plomo del conflicto norirlandés.

El caso de Zárate y Guardiola

El pasado digital que viene a visitarte no es una novedad en el mundo del futbol. Hay múltiples ejemplos. El Lleida echó a Eric Zárate en 2016 por unos tuits de contenido racista, sexista y catalanofóbicos que el jugador había publicado con 14 años. El filial del Barça también despidió a Sergi Guardiola, con la firma del contrato aún secándose, por un "puta Catalunya" vomitado en las redes.

A diferencia de estos dos casos, al bueno de Declan Rice, que ya se ha disculpado del derecho, del revés, por delante y por detrás, le defiende el seleccionador inglés, Gareth Southgate, que atribuye el desliz a la bravuconería propia e inevitable de los adolescentes. Con otras palabras, el mánager de los 'Tres Leones' viene a decir que la alteración hormonal no solo se refleja en el acné, la actitud huraña ante los adultos y por tener el sexo más en la cabeza que en la entrepierna, sino que uno es adolescente en todo aquello que hace, incluido lo que postea en Facebook o Instagram.

Hay sentido común en la actitud de Southgate. Basta con que cada uno recupere el adolescente o joven que fue y se responda con sinceridad si hay algo, aunque sea una sola cosa, que juzgada hoy sin el atenuante del tiempo transcurrido y la edad en la que fue protagonizada no le causaría un problema. Si la respuesta es que no, lo más probable es que usted sea un mentiroso más que un santo. En mi caso, por si las moscas, he dedicado la semana a dejar mi historial de Twitter limpio como una patena. No vaya a ser que reciba una llamada de Don Florentino invitándome a reforzar la banda derecha del Real Madrid y no podamos concretar por algún despropósito digital que yo mismo hubiere protagonizado. He encontrado más de uno y más de dos, por supuesto.