ARGENTINA - VENEZUELA (1-3)

Argentina pierde y no se acerca al nivel de Messi

Venezuela le saca los colores a la selección de Scaloni, maniatada e impotente para acompañar a un gran Messi

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Alejandro García

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Venezuela consiguió incomodar y desquiciar a todo argentino que se acercó al Metropolitano, a todos salvo a un Messi que brilló en solitario, con destellos de brillantez ante la mediocridad de su equipo, anulado ante el entusiasmo y la intensidad del rival.

El 10 del Barça debió sentirse jugando entre extraños, con compañeros vestidos con sus colores pero que no recepcionaban bien sus pases, no remataban sus centros, no veían líneas de pase hacia él y no le asistían en ataque. Lo hizo una vez Lautaro Martínez

Ante un desangelado estadio, en el que la afición venezolana, más numerosa, se hizo notar más e imprimió a su equipo de un entusiasmo del que careció Argentina. Entró mejor Venezuela al partido, más intensa, más abstraída de lo amistoso del encuentro, claramente reflejado en las carreras contenidas de Messi. Rápidamente, la interesante línea de cuatro centrocampistas ofensivos de la vinotinto, con Machís, Yangel Herrera y Rincón, encontró a un inspirado Salomón Rondón que puso por delante a Venezuela a los cinco minutos.

Cada balón que se acercaba a Messi levantaba los ruidos de expectación de una grada que se fue impacientando ante la inoperante circulación de balón argentina y la presencia menguante del 10 en el juego. Antes de que Argentina hubiera trenzado una jugada peligrosa, Venezuela ya había disfrutado de varios contragolpes peligrosos, bien armada atrás y con las ideas claras a la hora de salir al ataque.

Fracaso en la medular argentina

El doble pivote argentino, con el bético Lo Celso y el fichaje invernal del PSG Leandro Paredes, sufrió mucho para aportar fluidez al juego y contención ante la vertiginosidad del rival. Por delante de ellos, Scaloni dispuso un tridente sin bandas, con Lautaro y Pity Martínez acompañando a Messi; un tridente al que le costó aparecer en el partido, maniatado ante la presión venezolana.

La selección de Dudamel hizo un trabajo ingente para incomodar a todo el ataque rival y desconectar a Messi del juego, cortar los flujos de balón que le pretendía hacer llegar Scaloni.

Con la incorporación de Tagliafico por el carril derecho y el despliegue de Pity, Argentina consiguió abrir el campo y empezar a crear dificultades, aunque fuera con centros que se quedaban en tentativas, mientras las incursiones en ataque de Venezuela iban menguando alarmantemente. El más activo fue Pity, el más resolutivo Lautaro, que se fabricó y casi culmina la única ocasión peligrosa de Argentina en los primeros 30 minutos.

Aparición de Messi

Messi deambuló por los tres cuartos de campo durante media hora, casi siempre por la zona central y casi siempre buscando pasar, trenzar fútbol, aclarar la jugada para crear espacios para sus compañeros. En ese momento controló un balón en el centro del campo, dribló a tres rivales en una conducción vertiginosa y le colocó el balón en la cabeza a Lautaro Martínez para infundir el terror entre la afición venezolana, a la que levantó el guardameta Fariñez con una parada a un disparo de Messi desde fuera del área.

Entre las apariciones de Messi, primero Machís y después Rondón, tuvieron el segundo para una Venezuela lanzada de nuevo, ante una Argentina que se deshacía, sustentada únicamente en la magia de Messi. A la tercera no perdonó Venezuela y Murillo puso patas arriba el planteamiento de Scaloni con un buen disparo cruzado desde la frontal del área que batió a Armani.

Sin descanso para el 10 del Barça

Messi no se quedó en el vestuario al descanso, pese a las molestias, y siguió siendo el único generador de peligro de Argentina. Con el equipo de Scaloni desaparecido en combate, el jugador del Barça volvió a aparecer para guiar un contraataque que terminó, previo paso por la banda, en gol de Lautaro Martínez y una esperanza para la afición argentina.

El empuje del gol impulsó al partido, con Argentina esperanzada en la suficiencia que demostró Messi y una Venezuela que, valiente y ofensiva, lejos de entregar el partido, lo terminó sentenciando con un penalti que transformó Josef Martínez tras una atípica aproximación.

Con el estrepitoso marcador en contra, Messi permaneció en el terreno de juego hasta el final del declive de Argentina, cada vez más desconectada de un partido en el que Messi era el único que retornaba paredes exitosas, desbordaba o buscaba un lanzamiento a portería.

Ficha del partido:

<strong><span style="font-size: 1.6rem;">ARGENTINA         1</span></strong>