LAS FINALES DE LA COPA DEL MUNDO DE ESQUÍ

Shiffrin se asegura su tercer globo de cristal de la temporada

A la estadounidense le basta con acabar cuarta en el supergigante ganado por Rebensburg

Mikaela Shiffrin ríe con su globo de cristal de supergigante.

Mikaela Shiffrin ríe con su globo de cristal de supergigante. / periodico

Joan Carles Armengol

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La estadounidense Mikaele Shiffrin ya se ha asegurado su tercer globo de cristal de la temporada. Después de ganar la general de la Copa del Mundo y la modalidad de eslalon en semanas anteriores, la espectacular esquiadora, que cumplio 24 años este miércoles en Andorra, ha quedado cuarta en el último supergigante de la temporada, en las finales que se disputan en Grandvalira (Andorra), y eso le ha bastado para consolidar la ventaja que llevaba de carreras anteriores. Shiffrin ha quedado en la general por delante de la austriaca Nicole Schmidhofer (cuarta este jueves, empatada precisamente con la norteamericana) y de Tina Weirather, de Liechtenstein, que se ha salido de la pista.

La segunda jornada andorrana de las finales ha comenzado con este supergigante femenino, en que el triunfo ha sido para la alemana Viktoria Rebensburg con 1.23.91, por delante de la austriaca Tamara Tippler (1.24.06) y de la italiana Federica Brignone (1.24.25). Rebensburg ya habia subido al podio en el descenso del miércoles (segunda), y al final ha acabado logrando su primera victoria de la temporada 2018-19.

Shiffrin, por su parte, acabará como la gran triunfadora en el año de la retirada de su compatriota Lindsey Vonn, que dijo adiós a los 34 años en el Mundial de Are (Suecia) de este mes de febrero. El domingo, Mika Shiffrin solo necesita tres puntos más que la eslovaca Petra Vlhova para hacerse también con la general en gigante y marcharse de vacaciones con cuatro globos de cristal, algo que ha estado al alcance de muy pocos esquiadores (hombres o mujeres) anteriormente. Entre ellos, la propia Vonn (cuatro globos logró en el 2010 y el 2012) o el suizo Pirmin Zurbriggen, que logró cinco en 1987. A Shiffrin solo se le ha escapado este año la especialidad de descenso.

Sucesora de Vonn

Las dos son estadounidenses, rubias, de sonrisa fácil y supercampeonas. Pero no llegaron a coincidir demasiado, en ningún sentido, a pesar de que Mikaela Shiffrin, la nueva estrella del esquí mundial, comenzó a esquiar muy joven, a los 16 años, y Lindsey Vonn, quien dominó el panorama blanco durante más de una década, se acaba de retirar a los 34. 

Casi once años las separan, y también un enfoque distinto de la profesión. Vonn no tenía problema en publicitar su vida privada y en cultivar otros ámbitos, como el diseño. Shiffrin se ha sabido rodear de un ambiente muy familiar,  además de un equipo muy profesional, y centra su vida únicamente en el esquí. Quizá por ello está llamada a ser la estrella más fulgurante y duradera, ahora que ha copado ya definitivamente todos los focos del circo blanco.

Este pasado miércoles, en Andorra, cumplió 24 años, en una temporada excepcionalmente triunfal para ella. Es el esquiador o esquiadora con más victorias de Copa del Mundo en una sola temporada (15), viene de ganar dos medallas de oro más en los Mundiales de Are (Suecia) –lleva cinco, cuatro de ellas consecutivas en eslalon– y suma ya 58 victorias, situada entre los/las cinco mejores de la historia, por detrás de Ingemar Stenmark (86), Vonn (82), Marcel Hirscher (68) y Annemarie Moser-Proell (62).

Tercera vez en Andorra

En su tercera estancia en Andorra (ya corrió aquí en el 2012 y 2016), Mika Shiffrin está disfrutando de su plenitud deportiva. Este jueves le bastó una cuarta posición en el supergigante ganado por la alemana Viktoria Rebensburg para hacerse con el globo de cristal que la acredita como la mejor del año en la modalidad. Ya tiene también asegurados otros dos –el más grande, el de la general, y el de eslalon– y este domingo perseguirá el cuarto en gigante (solo necesita 4 puntos, ser 15ª). "Irme de aquí con cuatro globos sería espectacular, uno de mis sueños más salvajes", aseguró la esquiadora de Vail (Colorado), a quien no se le aprecian defectos en su forma de esquiar ni en su arrolladora y alegre personalidad. 

Shiffrin se mostró relajada y satisfecha, tanto por su inmejorable temporada como por volver a los Pirineos. "Tengo unos grandes recuerdos de este país, es un lugar extraordinario e interesante para venir", aseguró, antes de insistir en su relajación ante el supergigante (una modalidad que ha comenzado a explotar esta temporada con indiscutible éxito) y expresar su deseo de asegurarse también el gigante del domingo para seguir acercando su palmarés al de Stenmark. "Sería especial acercarme a esas 86 victorias, pero para eso debo seguir como hasta ahora, seguir trabajando con los objetivos claros. Vamos a ver adónde me lleva mi trabajo", explicó.

"Flipando" en Grandvalira

Ya nadie le pregunta por Vonn, a pesar de que uno de sus nuevos objetivos será, la próxima temporada, igualar las cuatro generales de la Copa del Mundo de la esquiadora de Minnesota, que el mes pasado se retiró con una última medalla de bronce mundialista, en descenso, su prueba fetiche.

"Vonn ha tenido una carrera increíble, hay que agradecérselo", dijo hace unos días de su predecesora, con la que compartió unos pocos entrenamientos y algunos roces que Mika siempre se esforzó en minimizar. "Créeme Lindsey, todos sabemos que eres la más grande de todos los tiempos y que yo estoy aún muy lejos", tuiteó Shiffrin en noviembre del 2017, cuando la revista 'Outside' las comparó.

Pero esa a veces tensa rivalidad ha quedado atrás, y Mika mira adelante para ir sumando objetivos, como el de un supergigante que supo gestionar al quedar cuarta empatada con la única rival que la podía superar, la austriaca Nicole Schmidhofer (Tina Weirather se había caido). "El objetivo era acabar y no me importaba la posición, pero me ha tocado ser agresiva en la parte técnica porque he perdido velocidad y ahora mismo estoy flipando con todo lo que ha pasado", explicó.