BAYERN - LIVERPOOL (1-3)

El Liverpool jubila al Bayern

El equipo de Klopp se impone por empuje ante un Bayern estéril y muy conservador

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Alejandro García

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Tras nueve años seguidos en cuartos de final, el Bayern cayó de la Champions con un partido desesperante, concentrado en evitar un intercambio de golpes en el que era inferior a un Liverpool que, pese al inmovilismo de la eliminatoria, al final se impuso con solvencia.

Como un mal recuerdo del empate a cero de la ida, el Liverpool salió a esperar que aparecieran más espacios que en Anfield y el Bayern le imprimió al partido un ritmo lento y predecible, como si quisiera crear el ambiente ideal para el veterano Ribéry, que fue el más buscado y el menos afortunado de su equipo en el primer tiempo.

Aún sin haberle tomado el pulso al partido, con Klopp desgañitándose en el área técnica, el Liverpool perdió a Henderson por lesión y entró un Fabinho desacertado en el pase que propiciaría las mejores llegadas locales del primer periodo.

El espectáculo se diseminó entre el control que los dos equipos imprimieron a su juego. Ningún equipo arriesgó, ningún técnico explotó sus argumentos a base de protegerse de los del rival, que tampoco los expuso. El Bayern sufrió, coartado en su capacidad de creación por un miedo atroz a las pérdidas ante la presión de un Liverpool que tampoco encontraba la forma de dañar al rival.

Desatascador Mané

El atasco lo rompió Sadio Mané con una genialidad tras un balón largo proveniente de su defensa. El senegalés se quitó de encima a Rafinha con el control y no tuvo más que regatear a Neuer, que había abandonado su portería en una salida precipitada, para adelantar a su equipo y hacer bueno el 0-0 que el Bayern buscó con tanto ahínco en la ida.

Los alemanes afrontaron la obligación de remontar con poco más que la alocada ambición de James como argumento, pero los de Kovac encontraron también el gol gracias a un balón largo desde la retaguardia, calcado al que había propiciado el gol de los de Klopp, que Gnabry hizo bueno con un gran centro que el central Matip empujó al fondo de su portería.

Cada vez más cómodo

El segundo tiempo comenzó con los primeros minutos de auténtica intención ofensiva del Bayern y la primera carrera en masa del Liverpool a la contra.

Después de tres cuartos de eliminatoria midiendo los riesgos, parecía el momento de apostar fuerte y el que más lo hizo fue un Liverpool cada vez más cómodo y con peligro creciente, rondando con asiduidad el área rival.

Entre la desesperación de Lewandowski y la desaparición de Ribéry, solo las excepcionales pinceladas de Gnabry incomodaban de alguna manera al Liverpool. Con la entrada de Coman, Kovac intentó dotar a su equipo de desborde, pero el dominio y el empuje siguió siendo de un Liverpool que cristalizó su superioridad con un cabezazo imperial de Van Dijk que hizo saltar por los aires al Bayern.

El final fue un drama para el equipo de Kovac, descosido ante el empuje de un brillante Liverpool, en el último tramo del choque, y derribado definitivamente con el último gol de Mané, tras un genial pase de Salah.

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