En Sabadell

El Girona levanta su primer título ante un Barça experimental

El equipo de Eusebio se lleva la Supercopa de Catalunya gracias a un gol de penalti de Stuani (0-1)

El Girona logró su primer título.

El Girona logró su primer título. / periodico

Rafael Tapounet

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Ganó quien más lo quiso. El Girona levantó en la Nova Creu Alta de Sabadell el trofeo de la Supercopa de Catalunya, su primer título desde que milita en la Liga profesional, y lo hizo frente a un FC Barcelona más interesado en administrar el tiempo de juego de sus reservas y en dar oportunidades a los jóvenes del filial que en añadir otra copa a sus pobladas vitrinas. Un gol de penalti transformado por Christian Stuani dio el triunfo al equipo dirigido por Eusebio Sacristán, que no dudó en poner sobre el césped a los hombres más destacados de su plantilla para no dejar pasar esta oportunidad de escribir una página de la historia del club.  

Las alineaciones de ambos equipos ya dejaron claro que sus respectivos entrenadores afrontaban el duelo con ambiciones bien diferentesErnesto Valverde, interesado en dar minutos a los menos habituales con el propósito de reengancharlos a la dinámica del grupo, dispuso un once experimental integrado por seis suplentes, cuatro jugadores del filial y un futbolista, Samuel Umtiti, que acaba de dejar atrás una larga convalecencia (y se nota). La noticia a priori más interesante en el bando azulgrana fue la aparición del joven Jean-Clair Todibo, aunque no en la posición de central como se esperaba sino en la de pivote defensivo. Eusebio Sacristán, por su parte, desveló abiertamente que su prioridad era ir a por el partido al incluir en el equipo inicial a cuatro de los jugadores que fueron titulares en la victoria del pasado viernes frente al Rayo Vallecano.  

Más experiencia, más ocasiones

Y el Girona hizo valer esa mayor experiencia de sus futbolistas en una primera parte en la que, sin hacer precisamente un fútbol de fantasía, sí dispuso de las mejores ocasiones gracias a su proverbial trabajo en la presión y al dinamismo de sus carrileros, con un Patrick Roberts particularmente enchufado en busca de oportunidades en el último tramo de la Liga.

El Barça gobernaba el balón pero no encontraba el ritmo adecuado para hacerlo llegar con peligro al área de Gorka Iraizoz. Solo los destellos de calidad de Riqui Puig y Carles Aleñá y las ganas de un Malcom motivadísimo suponían alguna amenaza real para el cuadro gerundense, pero sus buenas intenciones morían antes de llegar a la portería rival, entre otras razones porque Kevin-Prince Boateng, que celebraba su 32 cumpleaños, parecía estar disputando una pachanga de solteros contra casados (en el papel de divorciado algo fondón que se empeña en jugar en el equipo de los solteros) y porque la banda izquierda, con Miranda y Collado, apenas existía en ataque.

Todibo y Riqui Puig

Todibo, por su parte, causó una grata impresión. Ni su edad, 19 años, ni el tiempo que llevaba alejado de los terrenos de juego (había disputado su último partido oficial el 3 de noviembre) le pesaron al francés, que a su imponente físico le suma un aplomo y un desparpajo impropios de su juventud y que, después de empezar el encuentro como medio centro, acabó jugando de central sin dejar de enviar señales prometedoras. Le queda mucho camino por delante, pero en su presentación demostró ser un proyecto ilusionante. Como Riqui Puig, que ofreció su ya habitual recital de controles orientados, bien para impulsar la jugada hacia adelante con un pase vertical o bien para poner pausa y dejar que el equipo se ordenara.

La igualdad se rompió cuando Eusebio decidió que la Supercopa catalana bien valía un poco de desgaste de su trío más importante e hizo salir al campo a Stuani, Portu y Borja García. No habían pasado ni tres minutos cuando Collado derribó a Valery dentro del área y el goleador uruguayo, infalible desde los 11 metros, puso el 1 en el casillero del Girona. Un resultado que los rojiblancos acabaron defendiendo dentro de su área con el cuchillo entre los dientes. El cuchillo y algo más en el caso de Stuani, que puso la guinda amarga al final del partido con una terrorífica entrada a Riqui Puig, que provocó sudor frío entre la 'culerada'.   

La ficha

0- FC Barcelona: Cillessen (6); Wague (6), Murillo (6), Umtiti (5), Miranda (5); Aleñá (7), Todibo (7), Riqui Puig (7); Malcom (7), Boateng (3), Collado (5).