Victoria ante el Madrid

La dulce venganza de Tomic

El capitán del Barça se erige en héroe de la final con un mate antológico y la pelea en la última jugada para ganar la Copa

20190217-636860392330380820

20190217-636860392330380820 / periodico

Alejandro García

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

En la que fuera su casa, seis años después de salir por la puerta de atrás, Ante Tomic se erigió en el adalid del barcelonismo para endulzar una venganza deportiva que había esperado durante mucho tiempo.

“Ha sido una victoria loca, no sé cómo explicarlo, ha sido una locura, un partido de locos. No hay nada mejor que esto, reeditar la Copa en Madrid. No se trata de mi, se trata del club”, dijo extenuado tras el partido. Tomic es el corazón de un Barça que remontó de forma visceral, sobreponiéndose a todas las adversidades, a la imagen y semejanza de la carrera del croata, foco habitual de las críticas, con mayor proyección de lo que luego ha resultado. Encontró en la capital el momento de gloria que ya no esperaba con un mate antológico y la canasta decisiva.

Aparición postrera

El 44 del Barça emergió en el último minuto de la prórroga para colocar una ventaja que se antojaba trascendental para decidir la final con un impresionante mate ante la oposición de Gustavo Ayón, puntal defensivo del Madrid y el que era el más claro aspirante a MVP de haber ganado los de Laso. "Este trofeo puede marcar la temporada. Es muy importante ganar contra el Madrid, sobre todo aquí”, dijo el barcelonista. Frente a la estrella blanca, Tomic se hizo tan grande como todo el barcelonismo, que hundió con él ese balón en el aro blanco entre la decepción generalizada en la grada blanca.

A partir de ahí, las decisiones arbitrales casi pintaron de blanco la Copa, pero Tomic, el día de su cumpleaños, no iba a dejar a nadie más reinar en Madrid. Luchó con toda la garra posible una última opción, mientras se agotaban los últimos segundos con el Madrid por delante, buscó y buscó hasta encontrar un hueco por el que levantar el balón. Se encontró con el tapón y entonces llegó el lío. “¿Mi tiro? Yo no he visto lo que ha pasado. Tiré el balón y no vi lo que pasó. Estaba todo el mundo esperando lo que decían los árbitros, han sido los 10 segundos más largos de mi vida”, explicó el héroe entre la polémica.

Los tres besos de Pesic

De espaldas al público, de cara a sus compañeros, Tomic acunó el trofeo de campeón antes de alzarlo, con un grito que aúno a todo el barcelonismo, a las alturas de Madrid. Con la Copa recién levantada, los tres besos que le dio el técnico Pesic con la ternura que un abuelo besa a un nieto, aún con el confeti volando, representan la comunión que llevó al Barça a ganar una final histórica.

“La forma en la que ganamos es muy importante, por el rival y porque tenemos un equipo muy renovado respecto al año pasado. Ganamos pero no jugamos nuestro mejor partido de la temporada, el Madrid tampoco”, analizó Pesic tras el partido, después de despachar la polémica: “Vamos a hablar de baloncesto”, respondió el técnico.

Entre los más exaltados en el banquillo blaugrana, Pierre Oriola abanderó el espíritu de un Barça embriagado de euforia: “Felicitar al Madrid porque ha hecho un grandísimo trabajo y le tenemos máximo respeto. La final era en su casa, queríamos reivindicar el trabajo que hemos hecho durante el año. Vamos en muy buen camino. Siempre hay polémicas, pero muy contentos con el resultado", declaró el pivot.