SE EXPORTA TALENTO

El 'boom' de la escuela catalana de entrenadores

Cada temporada se presentan 2.000 candidatos para ser entrenador y en la actualidad casi un centenar dirigen a equipos extranjeros

Israel López, director de la escuela de entrenadores de la federación catalana de fútbol en el aula donde se imparten las clases.

Israel López, director de la escuela de entrenadores de la federación catalana de fútbol en el aula donde se imparten las clases. / periodico

Marcos López / Joan Domènech

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Se han triplicado las licencias en apenas siete años. No se adivina techo a la carrera de aspirantes a entrenadores en Catalunya. Cada temporada se asoman 2.000 candidatos a sentarse en un banquillo. El fútbol ha entrado en una evolución en la que la escuela catalana de técnicos es muy valorada bajo el impacto global que supone la marca Barça, desarrollada al mismo tiempo con un talento propio construido en la sombra.

Hay, como recuerda Israel López, director de la escuela de entrenadores de la Federación Catalana de Fútbol, "una mayor demanda" porque los cuadros técnicos son cada vez más amplios y complejos. Existe una necesidad de especialización máxima que va unida, además, a motivos económicos que conducen a apostar más por la gente de casa. Dieciséis de los 20 técnicos de Primera son españoles y no hay ningún extranjero en los 20 de Segunda A.

No solo eso. Catalunya exporta técnicos. Hay casi un centenar dirigiendo equipos en el extranjero, sea en Estados Unidos (Torrent), Inglaterra (Guardiola), Japón (Carreras), China (Sergi Barjuán y Jordi Vinyals). Y cada vez cuesta menos derribar puertas que antes parecían realmente inalcanzables viniendo exclusivamente desde la base. La intuición ha dejado paso al estudio y al análisis.

Hay partidos, por ejemplo, de equipos alevines que son grabados por ayudantes del técnico para ser analizados luego. Tal que fueran profesionales. "Hace 20 años empezabas en un club y no te ibas... Ahora todo está globalizado. Si lo haces bien en un equipo, al instante lo saben todos. Ya no solo se pican jugadores sino también entrenadores", cuenta Israel. La federación, además, facilita y ayuda que las mujeres tengan acceso a ese poderoso mercado laboral de los entrenadores, coincidiendo con la irrupción y pujanza del fútbol femenino.

1.- Ser una escuela sin adoptar un solo estilo

La enseñanza antigua a los aspirantes a entrenador consistía en transmitir contenidos y conceptos de fútbol; la idea actual se basa en enseñar a los formadores. Antes al jugador se enseñaba desde la ejecución y la repetición, convirtiendo cada entrenamiento en algo rutinario. Ahora, en cambio, se potencian los mecanismos decisionales en el campo. Es un paso más allá: que los futbolistas comprendan el juego. Comprendan y entiendan por qué pasan las cosas. Un planteamiento, por lo tanto, más complejo.

Los conceptos que se inculcan no persiguen un modelo de juego. La pretensión es "ser una escuela sin adoptar un estilo", en palabras de su máximo responsable. No todos los equipos han de jugar como el Barça ni todos los entrenadores han de enseñar el modelo azulgrana. "Al fútbol se juega y se gana de mil maneras", subraya.

"Al fútbol se juega y se gana de mil maneras. Aquí damos las herramientas para que cada entrenador las desarrolle" (Israel López) 

La ideología se basa, únicamente, en la exigencia. Se prioriza la calidad de los contenidos ante la cantidad de alumnos, por lo que la estructura de los cursos es piramidal (arrancan 2.000 candidatos y al nivel profesional solo llegan 35) y aprobar es más caro que en los cursos de otras comunidades autónomas. Y no por el dinero. Pero la catalana sí tiene un tesoro que ha sabido preservar: contenidos de calidad.

"Tenemos muy buenos autores", reconoce Israel, aludiendo a grandes maestros como Paco Seirul.lo, una escuela de preparadores en sí mismo, con sucesores como Lorenzo Buenaventura (preparador físico del City de Guardiola) y Rafel Pol (preparador físico de la España de Luis Enrique) y otras aportaciones distintas como Pep Segura, actual director deportivo del Barça, Àlex Sans o César Frattarola. "Aquí damos las herramientas para que cada entrenador las desarrolle. No hay un modelo a seguir". 

2.- La gestión emocional es fundamental

El entrenador de la libreta y el "¡¡vamos, vamos!!" está quedando postergado ante la nueva hornada de técnicos procedente de otras formaciones. La aportación llamada científica es complementaria a la humanista. La que debe poseer el máximo responsable. "Es fundamental la capacidad de un entrenador para preparar al jugador y para prepararlo emocionalmente. Y cuando más arriba estás, la exigencia emocional se multiplica exponencialmente", sostiene el director de la Escola, especialista en resolución de conflictos.

Un estudio revela que los jugadores que ocupan la franja central del campo son los que sufren mayor estrés por el desgaste en la intervención y la toma de decisiones

Un estudio revela que los jugadores que ocupan la franja central del campo son los que sufren mayor estrés por el desgaste constante de la intervención y la toma de decisiones en el juego. La gestión emocional del grupo es básica para la asimilación de conceptos. La estadística no lo es todo, ni mucho menos. Ni las crisis son consecuencia de los malos resultados. A veces la disrupción se produce en la convivencia interna.

En este sentido, los exjugadores que alcanzaron la élite dominan la gestión humana. Porque ya la han vivido. Solo tienen que trasladarse al centro del vestuario. Aunque las personas sean distintas, las tipologías de futbolistas y los arquetipos se repiten. «Y ellos las reconocen, los asocian a sus experiencias, y saben gestionar esas situaciones», destaca López, valorando la ascendencia que pueden tener exjugadores jóvenes como Guardiola, Luis Enrique, Pochettino, Calleja...

3.- Una era en el que (casi) todo es medible

Las nuevas tecnologías han igualado el fútbol. El único modo de combatir de los equipos teóricamente inferiores contra los presuntamente superiores es neutralizando sus virtudes y aprovechando sus debilidades. Se consigue desde la observación; desde las imágenes, básicamente. Muchos campos empiezan a tener una instalación de cámaras particular. Sirven como medida de seguridad, pero sirven, fundamentalmente, para grabar partidos y entrenamientos. "Hay partidos de infantiles y de cadetes con chavales que van con una cámara y un trípode a grabar". Nada más revelador y clarificador que unas imágenes de vídeo. La información es poder.

"¿Cuánto tiempo interactúa un jugador con el balón en 90 minutos? Si eres Messi, dos, tres o cuatro. Pero hay estudios que nos dicen que hay muchos que solo son entre 25 y 40 segundos"

"Un entrenador que dirige un ejercicio hará correcciones en su área de influencia, en los jugadores que tiene más cerca; si tiene imágenes las podrá mirar una vez por cada jugador y corregirlos, mejorarlos, a todos», expone gráficamente Israel López. Las cámaras, permanentes o portátiles, es solo uno de los avances más común. Los chalecos dotados con GPS miden recorridos, velocidades y esfuerzos de cada futbolistas. Los datos permiten calcular la carga de trabajo de cada uno y poder regularla para ofrecer una preparación especializada. De hecho, parte del entrenamiento tiende a ser cada vez más individualizado.

"Por ejemplo, ¿cuánto tiempo interactúa un jugador con el balón en 90 minutos? Si eres Messi puedes tenerla dos, tres o cuatro minutos", se pregunta Israel. "Pero las estadísticas nos dicen que hay futbolistas que interactúan entre 25 y 40 segundos, incluyendo ahí peleas por balones aéreos", responde. 

4.- Un especialista para cada materia

Una consecuencia del alud de información que se obtiene es que necesita ser interpretada por especialistas. No está tan lejano el tiempo en el que el fútbol se asemejará al fútbol americano, donde existirá la figura del técnico principal y el especialista de ataque, el de defensa, el de jugadas estratégicas, córners, saques de bandas… En los clubs grandes, el personal auxiliar (entre técnicos, analistas, médicos, fisioterapeutas, nutricionista, psicólogo…) configura una plantilla tan amplia como la de los propios jugadores. Los despachos de las ciudades deportivas están llenos de analistas utilizando las plataformas existentes de videoanálisis. Conectadas al instante. Del campo van directamente a la pantalla.

"El estudio científico del fútbol puede parametrizar los automatismos de la salida del balón de un equipo. Por dónde sale, qué jugadores emplea, cómo se mueven, a qué altura lo hacen..." (Israel López)

"El estudio científico del fútbol puede parametrizar los automatismos de la salida del balón de un equipo, por ejemplo: por dónde sale, qué jugadores emplea, cómo se mueven, a qué altura lo hacen...", dice López. Un técnico segmentará las imágenes de todo lo que quiera examinar de su rival y pasará el resumen al entrenador, que decidirá finalmente cuanto tiempo dedica a compartir con sus jugadores el anàlisis. Hay técnicos que, como Valverde, no exceden los 20 minutos en sus charla para condensar y sintetizar lo más trascendente, huyendo así de la sobreinformación.

Los videoanalistas acompañan al equipo, si la economía del club lo permite, a cada partido. En infantiles, juveniles... Así, ese examen de las imágenes es instantáneo y la correción de problemas y adopción de soluciones, inmediatas.