El Girona se descose en Eibar

El Girona se descosió por completo en Ipurúa. No hubo ni rastro de aquel equipo competitivo que disputa cada partido y que llega con opciones de puntuar en el minuto 90. Faltaba más de media hora y los de Eusebio ya se habían rendido en Eibar. Un gol en el tramo final de la primera parte dejó groguis a los gerundenses, que recibieron el golpe de gracia en una acción inaceptable cuando solo se habían jugado 9 segundos de la segunda mitad.

Con el 3-0 ya no hubo posibilidad de reacción. Se acabó el partido, pero empezó lo que tiene pinta de calvario. Con el equipo inmerso en una espiral muy negativa (4 puntos de los últimos 27), la amenaza de descenso empieza a ser ya una cosa muy seria.

Suplencia de Pedro Porro

Aunque tenía poco donde escoger a causa de las siete bajas (ocho contando a Carles Planas, en el banquillo sin estar al 100%), Eusebio sorprendió con la suplencia de Pedro Porro, que encadenaba 15 titularidades pero también 180 minutos en pocos días ante el Barça y el Real Madrid.

El extremeño, suplente, fue reemplazado en el equipo titular por Valery en el carril derecho. La otra novedad fue Raúl Carnero, el único fichaje de invierno del Girona y que tuvo sus primeros minutos en la liga como rojiblanco en el otro carril, el izquierdo. El técnico también apostó por un trivote con más seda (Àlex Granell y Aleix Garcia) que músculo (Pere Pons) para enlazar con Stuani y Portu.

Césped pesado

El Girona se plantó con un 5-3-2 sobre un césped inicialmente muy rápido pero que se fue haciendo más pesado con el paso de los minutos. El Eibar empezó con un arreón de los típicos en Ipurúa y Orellana ya remató al travesaño en el minuto 4 y Cucurella fuera en el 6.

Los de Eusebio debieron aumentar la intensidad para no verse atropellados por los locales y con el paso de los minutos consiguieron equilibrar el partido. Sin embargo, el Eibar atacó siempre con las ideas más claras (por la izquierda con Cucurella y Cote y por la derecha con Orellana y Rubén Peña) que el Girona, demasiado previsible en el juego directo y poco expeditivo en el futbol de triangulación.

Zurdazo de Rubén Peña

El Eibar encontró la llave de la portería de Bounou cuando la primera mitad estaba consumiéndose y el 0-0 parecía claro. Una combinación entre Orellana y Ruben Peña acabó con un zurdazo de este último imposible para Bounou. El Girona, que encajaba un gol por 15º partido consecutivo, acabó grogui la primera mitad pese a que Juanpe hizo lucir a Dmitrovic con un disparo desde la frontal (m. 44).

Un imperdonable gol a los 9 segundos de la segunda parte hundió al bloque de Eusebio

Si el Girona se conjuró en el vestuario para darle la vuelta al 1-0, la esperanza de remontada duró solo 9 segundos, que fue los que tardó Charles para alojar el balón con una vaselina a las redes. Fue un gol imperdonable que el Girona acusó en extremo. Los de Eusebio no solo no reaccionaron, sino que se autolesionaron todavía más con un penalti de Ramalho sobre Sergi Enrich que Charles transformó en el 3-0.

No dio señales de vida el Girona. Tampoco Eusebio vio como darle la vuelta al partido. Los cambios fueron para preservar a Juanpe de la quinta tarjeta y para dar algo de descanso a Granell y a Aleix. El Girona hizo aguas en defensa (fiel a la media de tres goles encajados en los seis últimos partidos) y no se presentó en ataque. De hecho, Stuani logró alojar el balón en las redes de Dmitrovic, pero en posición antirreglamentaria. Y el sábado llega el colista Huesca a Montilivi. Sin margen ya sobre el descenso, el partido tiene ya pinta de final.