EL TOQUE INGLÉS

Un estadio para los sintecho

El Crystal Palace ha habilitado un albergue para dar cobijo y alimento a las personas que duermen en la calle cuando los termómetros caigan bajo cero

Vista de uno de los accesos al campo del Crystal Palace

Vista de uno de los accesos al campo del Crystal Palace / periodico

Josep Martí Blanch

Josep Martí Blanch

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Uno está ya plenamente maduro y apunta a viejo cuando de manera casi mecánica llega reiteradamente a la conclusión de que los jóvenes se equivocan. Lucho a brazo partido para no caer en esta trampa de los años, pero aun así me descubro ya algunas veces en tal tesitura. Me muerdo la lengua, pero ahí está el pensamiento: los jóvenes se equivocan. Pensarlo debe ser de medio viejo, la otra mitad debe llegar cuando lo sueltas sin poder evitarlo.

Le doy vueltas a este asunto porque he tratado a demasiados camareros italianos y españoles con su licenciatura cada vez más apolillada por los años que lleva en el bolsillo. Gente de treinta, poco arriba, poco abajo, que se marcharon con la crisis. Pero han pasado los años y la oportunidad que les brinda Londres sigue siendo la de subsistir, no la de construir. Tuvo sentido que se fueran y tendría sentido que volviesen. Si se trata de subsistir, mejor y más fácil en casa.

Quien no va a disfrutar ya de de la oportunidad que a él sí le brindaban los galeses del Cardiff es el malogrado delantero argentino Emiliano Sala. Mientras España se volcaba en retransmitir en directo el rescate del niño de Totalán, en Inglaterra los focos estaban en el canal de la mancha a la búsqueda de la avioneta que se perdió sin dejar ni rastro. Unos buscaban a un zagal y los otros a un futbolista. Fatal desenlace en ambos casos, pero más respeto en los medios británicos a la hora de afrontar la desgracia.

La vida sigue. Y también el invierno, que, aún comportándose, empieza a regalar noches bajo cero. Londres, como todas, es una ciudad dura y a veces no brinda ni tan siquiera la oportunidad de subsistir. Por ello, la iniciativa del Crystal Palace de convertir parte de las instalaciones de su estadio, Selhurst Park, en un albergue para indigentes ilumina al mundo del fútbol. Plato caliente y camastro.

Cobijo para diez personas

Un estadio al auxilio de los que no tienen nada. Es un buen ejemplo entre tanta nadería. Se estrenó el jueves y pasaron la noche ocho personas que habitualmente duermen acurrucadas en cualquier acera. La intención del club es que cuando la previsión meteorológica anuncie termómetros bajo cero el improvisado albergue abra sus puertas para dar cobijo hasta a diez personas.

Es la imagen de la contradicción más extrema. El templo del dinero en el que se han convertido los estadios funcionando de noche para dar calor y alimento a los desahuciados. Pero es una bendita contradicción y merece el reconocimiento a los empleados de los glaziers (cristaleros) que la hacen posible (Eagles -águilas- que es el otro mote de los aficionados del Crystal Palace).

Buena gente la del Crystal Palace. Tanto que hasta juegan desde 1973 vestidos de blaugrana. Uno ve una televisión encendida con el equipo disputando un partido y cree que están retransmitiendo un encuentro de los de Valverde. Pero no siempre ha sido así. En 1964, y durante dos temporadas, jugaron de blanco nuclear inspirados por el Real Madrid. ¿Quieren un mejor ejemplo de lo importante que resulta tener una segunda oportunidad para poder rectificar los errores? Aunque, ciertamente, cada vez es más difícil ni tan siquiera contar con la primera. Ya pienso otra vez en los camareros licenciados.