Dos goles en el tramo final

El Madrid despierta con Modric (2-0)

El equipo de Solari encuentra su mejor versión y, pese a los problemas para hacer gol, consigue ganar y ser tercero en Liga

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Alejandro García

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Los problemas para hacer gol del Madrid casi dejaron en nada el mejor partido de la era de Solari. El día que más difícil parecía, con siete bajas, ante un Sevilla en puestos de Liga de Campeones y todavía con el recuerdo del 3-0 que sufrió en su visita al Pizjuán, el equipo blanco mostró su mejor cara y recupera un digno tercer puesto en La Liga. 

Con una superioridad manifiesta en la segunda parte, el equipo de Solari impuso su juego, guiado por un Modric que parecía el de otras temporadas. Lo intentó Vinicius, errático en la decisión final, lo intentó Carvajal, pero sus incursiones no encontraban aliados dentro del área, lo intentaron todos, pero el gol no llegó hasta el tramo final, con un disparo lejano y opulento de Casemiro, una rara avis para un equipo que no puede sobrevivir de excepciones para concretar en gol sus buenos momentos de juego. 

Buen inicio

El Madrid mostró muy buenas maneras desde el principio: intenso en la presión, veloz en la transición y combinativo en en ataque estático, pero, sobre todo, con la convicción ofensiva de la que venía adoleciendo. 

El dibujo que dispuso Solari, con el trabajo y la polivalencia de Lucas Vázquez, impulsó a Modric y redujo al mínimo la influencia del talentoso centro del campo sevillista, con Banega, Vázquez y Sarabia. Cuando el partido se igualó, su apuesta con Isco y Marcelo en el banquillo echó de menos algo de sagacidad y perspicacia en el último pase. 

El Sevilla estaba desconectado del juego, incómodo con y sin el balón. Ramos despachó sin llegar a ponerse el mono de trabajo los intentos aéreos del Sevilla, que elaboró su primera jugada y cazó su primer contragolpe, la mejor ocasión del primer tiempo, cuando rondaba el minuto 20. 

Se acabaron los lujos

A partir de ahí, se acabaron los excesos y los lujos. El equipo de Machín hizo acto de presencia en el partido, empezó a ganar dominio, empezó a aparecer Franco Vázquez y los pases empezaron a encontrar los desmarques de los delanteros. 

El partido entró en barrena y se igualó, entretenido e intenso, disputado física y futbolísticamente, pero sin situaciones claras de gol. Los intentos bienintencionados de los dos equipos perecían inexorablemente en la parte decisiva del campo, sin la lucidez o el talento necesarios.

La mejor segunda parte del Madrid

Con la segunda parte regresó la ilusión del Madrid, el equipo de Solari encerró al Sevilla en su área con un juego, intenso y ofensivo, inédito en la trayectoria del argentino en el banquillo blanco. Las llegadas eran cada vez más claras, pero el gol parecía una lejana quimera, entre inciertos intentos de Vinicius, disparos desacertados y centros sin rematador.

El Sevilla fue una sombra de sí mismo en la segunda parte, perdió la presencia en el centro del campo y su sufrimiento en defensa iba creciendo peligrosamente, aunque solo Ramos, en sus incursiones ofensivas, aportó un rematador a las jugadas blancas, de nuevo guiadas por Modric, pese a que terminó el primer tiempo sangrando por la ceja tras un choque fortuito con Vázquez.

Las incursiones del Madrid en área sevillista crecían con el paso de los minutos, mientras se empezaba a respirar un ligero ambiente de ansiedad, alimentado por los problemas para terminar las jugadas con peligro.

El golazo de Casemiro

En uno de esos tiros lejanos, Ceballos estuvo cerca (estrelló su disparo en el larguero) y ya en el tramo final, cuando se avecinaba un frustrante empate sin goles y Solari había recurrido a Isco, Casemiro acertó. El brasileño encontró la escuadra de Vaclik con un disparo fuerte y muy bien dirigido desde fuera del área que puso al Madrid por delante de forma merecida después de una gran segunda parte. 

La entrada de Isco le aportó al Madrid un socio más en el centro del campo, donde Ceballos había trabajado sin descanso cubrir tanto espacio como su competidor en el once, ante la baja de Kroos, el uruguayo Fede Valverde.

Partido redondo de Modric

Ya en el descuento, Modric redondeó su excelso partido con el segundo gol, posibilitado solo por un fallo garrafal de Carriço, que perdió el balón en la frontal del área con una candidez impropia, y culminado con una definición repleta de clase en el mano a mano ante Vaclik. 

Solari no perdió su habitual línea de elogios a los jugadores, con modestia en sus méritos, pero su discurso tuvo más peso con el respaldo del buen partido de sus jugadores. “El camino es el que seguimos hoy: insistir. Buscamos el gol desde el inicio, lo merecimos y no cejamos en el empeño hasta que entró”, dijo el técnico henchido de entusiasmo.

Marcelo, otra vez suplente

Además de la habitual suplencia de Isco, de la alineación de Solari se cayó Marcelo, por segunda vez consecutiva en Liga. Su última titularidad en la competición doméstica fue en la derrota ante la Real Sociedad, cuando terminó sustituido y pitado. Jugó Reguilón, pese a no atravesar su mejor momento, y tuvo menos profundidad y presencia que Carvajal por la otra banda.

En su cruzada para mantener al equipo vivo, Solari ha sacrificado a todo el que no está en condición de hacer un esfuerzo físico que el nuevo estatus del equipo exige. En Copa, fuera de la convocatoria en la ida, Marcelo fue titular en Leganés en el extremo, sin obligaciones ofensivas, pero terminó ocupando su habitual puesto en la defensa, una orden que Solari no aclaró si fue suya.

Ficha del partido:

<strong style="font-size: 1.6rem;">MADRID     2</strong>