TANGO MONUMENTAL

El retorno de Menotti, el gran chamán del fútbol

Argentina apuesta por el octogenario extécnico para enderezar el rumbo de las selecciones

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Abel Gilbert

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Todo puede ocurrir en el fútbol argentino. Siempre sucede algo que va más allá de la capacidad de sorpresa. Lo que nadie podía esperar era el regreso del gran chamán de fútbol, el octogenario César Luis Menotti a la federación (AFA) y como director de selecciones.

Hace 40 años, y gracias a la aparición providencial de Diego Maradona, el 'Flaco' obtenía en Japón su segundo título con la selección celeste y blanca: el mundial juvenil. Fue, quizá, el momento de mayor de un reconocimiento que se había consolidado con la victoria en el Mundial 1978. Luego vino la muy agria polémica con su antagonista Carlos Bilardo, que llegó a considerar como una disputa entre un fútbol de “izquierdas” y de “derecha”. Más tarde, el fracaso en el mundial de España 1982. Desde entonces, tuvo una carrera errática como entrenador. El peso de su palabra, su ejercicio de la seducción, fueron siempre más contundente que los resultados deportivos.

Referentes del presente

Cuatro décadas después, y cuando las antiguas querellas quedaron en el olvido, entre otras razones porque las nuevas generaciones tienen como referentes al Cholo Simeone, Marcelo Bielsa o Marcelo Gallardo, cuando piensan en un míster, Menotti regresa a la AFA por una puerta grande que quizá nunca esperó. Se la ha abierto Claudio 'Chiqui'  Tapia, el hombre que maneja la escandalosa federación. Tapia quiere refundarla desde que llegó a ese cargo con la protección del presidente Mauricio Macri.

Primero lo intentó con Jorge Sampaoli. Ya se sabe qué mal le fue en Rusia 2018 y lo que sucedió con Leo Messi. Ahora es Menotti el encargado de encauzar un fútbol escaso de éxitos y de organización.

Menotti es fiel a si mismo desde siempre. Y por eso no hizo más que repetir lo que ha dicho desde que comenzó a tener protagonismo como entrenador. Cuando, en 1973, ganó la liga local con Huracán en medio del aplauso general por la elegancia del juego, se alzó como defensor de una suerte de esencia pura del fútbol argentino. A partir de 1974, cuando debutó como entrenador del seleccionado, nada menos que ante España, se presentó como el genetista capaz de recuperar el ADN perdido, ese que, dice Menotti, combina la técnica de los brasileños y el carácter aguerrido de los uruguayos.

Hubo un tiempo en que muchos argentinos se cansaron de sus sermones, que siempre venían acompañados de comparaciones con la música o la pintura. Pero pasó tanta agua turbia bajo el puente, cayeron tanto las expectativas y los sueños por el peso de los fracasos, que el viejo decálogo del César volvió a escucharse como novedad y mensaje de esperanza. “El fútbol moderno es la síntesis del fútbol antiguo. Disfruto de los entrenadores que mejoran el fútbol y trabajan para revalorizar la relación de fútbol con la gente. No hay nada más antiguo que esa relación”, dijo.

La ayuda de Aymar, Samuel, Ayala y Placente

El 1 de febrero estará al frente de un equipo que ya tiene como entrenador provisorio a Lionel Scaloni, y un equipo de colaboradores que incluye a Pablo Aimar, Walter Samuel, Fabián Ayala y Diego Placente, todos jugadores de buen pie, como le gusta al Flaco. Ya les envió un mensaje: “Trataremos con estos jóvenes de aprender juntos. Daré mi opinión cuando me lo requieran”. Alfio Basile fue dos veces el míster de equipo argentino y es, además, amigo personal de Menotti, lo que le da una autoridad adicional para hablar de lo que hará el octogenario director de selecciones nacionales.

“El Flaco es muy inteligente, lo va a manejar de alguna forma a Scaloni”. Basile teme, sin embargo, que el exitismo permanente que rodea al fútbol y a los hinchas le impida trabajar con seriedad. “La única verdad en los proyectos en Argentina es ganar. Estamos perdidos”.

Pendientes de Messi

Menotti llevó a Maradona a la selección a los 17 años. Le tocó dejarlo afuera del mundial 78, algo de lo que se arrepintió tardíamente. En su nuevo y sorpresivo cargo, deberá gestionar nada menos que el retorno de un Messi al que la suerte le es esquiva con Argentina. Menotti cree que si se produce el “cambio cultural” que pregona, el mejor jugador del planeta tendrá otra suerte con el seleccionado.

De todas maneras, y antes de comenzar su gestión, el exentrenador de Boca Juniors, River Plate y el Barca, entre otros destinos que no fructificaron, pidió a los argentinos que mantengan un sentido de realidad. Hay muchas cosas que se pueden hacer bien en la federación: recuperar una identidad perdida, reforzar la tarea de los juveniles, mejorar la búsqueda de talentos, respetar a los entrenadores, poner a la selección por encima de todas las contingencias del futbol local. Lo que no será posible, ya advirtió, es “jugar como el Barcelona de Guardiola”.