Barça-Bidasoa, final de la Copa Asobal en Lleida

El portero azulgrana Gonzalo Pérez de Vargas.

El portero azulgrana Gonzalo Pérez de Vargas. / periodico

Agencias

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El Barcelona cumplió con los pronósticos y selló su pase a la final de la Copa Asobal, en la que se medirá con el Bidasoa Irún en el pabellón Barris Nord de Lleida, tras imponerse este sábado por 28-21 al Abanca Ademar de León, en una semifinal que los azulgrana apenas tardaron en encarrilar seis minutos. El Bidasoa, por su parte, eliminó al Fraikin Granollers (30-25) y será el rival del Barça este domingo (19.00 h.). 

El todopoderoso conjunto barcelonista, que busca su octavo título consecutivo de la Copa Asobal, no tardó en adquirir una renta de cuatro goles en el marcador, tras un parcial inicial de 5-1. Resultado que obligó a pedir con urgencia un tiempo muerto al preparador leonés Rafa Guijosa, temeroso de que el partido se acabara antes casi de iniciarse.

"No podemos seguir regalando el partido", se desgañitaba Guijosa, pero de poco o nada sirvieron las advertencias del técnico del Ademar ante la fortaleza defensiva de un Barcelona, dispuesto a acabar el partido por la vía rápida.

Sustentada en la superioridad física de jugadores como el brasileño Thiagus Petrus y en la agresividad del portugués Gilberto Duarte, la defensa barcelonista cerró todos los caminos al gol al equipo leonés.

Y cuando el Ademar encontró alguna vía se topó con la figura del portero Gonzalo Pérez de Vargas, que con sus intervenciones se encargó de acabar con cualquier mínima esperanza que le pudiera quedar al Ademar.

El portero barcelonista, que cerró el primer tiempo con 15 intervenciones, no sólo fue determinante bajo los palos, sino que también se convirtió en el primer eslabón del letal juego de contragolpe de los de Xavi Pascual. Una faceta en la que extrañamente el Barcelona se más impreciso que en anteriores partidos, lo que retrasó la escapada definitiva de los azulgrana en el tanteador.

Pero ni aún así el cuadro catalán renunció al juego de defensa y contragolpe, que ha convertido a los azulgrana en el terror de cualquier rival, no sólo ya en las competiciones nacionales, donde una vez cuenta sus encuentros por victorias, sino también en Europa, donde sólo ha encajado una sola derrota en diez jornadas de la Liga de Campeones.

Contras y más contras que permitieron al Barcelona alcanzar una renta de siete goles (14-7) a seis minutos para la conclusión del primer tiempo, que dejaban prácticamente sentenciado el encuentro. Un guión contra el que tan sólo se atrevió por el cuadro leonés, el portero Nacho Biosca, que con sus paradas evitó el desplome definitivo de los de Rafa Guijosa en el tanteador. De hecho, Biosca fue el único responsable de que el Ademar de León llegase con tan sólo cinco goles de desventaja (15-10) al descanso.

Reacción del Ademar

Una distancia que el equipo leonés logró que no se ampliara en el arranque de la segunda mitad, gracias a las paradas de Biosca y los goles del pivote serbio Zivan Pesic, el único capaz de superar el muro defensivo barcelonista

Pero ni sobresaliente actuación de Biosca, que siguió mejorando sus números en la segunda mitad, ni la efectividad de Pesic y el húngaro Patrick Litgevari, que se destapó en el segundo parcial, pusieron en duda la victoria azulgrana, pese a que por momentos vio reducida su ventaja a tan sólo cuatro tantos (21-17).

Una diferencia que la solidez defensiva del Barcelona y las intervenciones de Gonzalo Pérez de Vargas se encargaron de ampliar nuevamente hasta alcanzar los siete goles que reflejó el 28-21 final.