Dani López Pinedo, como el buen vino

El portero internacional de waterpolo encara el final de su carrera pensando en llegar a Tokio 2020 con 40 años

Dani López Pinedo, posando este viernes en la playa de la Barceloneta.

Dani López Pinedo, posando este viernes en la playa de la Barceloneta. / periodico

Joan Carles Armengol

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Parece que mejora con el paso del tiempo, como el buen vino. Algunes ven en él al guardián de las esencias del waterpolo español, por su indiscutible veteranía. Otros, sencillamente, recurren a los datos para confirmar que es uno de los mejores porteros de waterpolo, como quedó confirmado en el pasado Europeo de Barcelona 2018, en que fue designado el mejor del torneo en su posición. Y todo ello a los 38 años, cuando enfoca la recta final de su longeva y triunfal carrera deportiva paso a paso, año a año, como si de un 'cholista' se tratara, pero con la ilusionada vista puesta en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, que serían los terceros para él y que le llegarían a los 40 años. Pero Dani López Pinedo ya ha demostrado en muchas ocasiones que nada es imposible.

El hijo de la Pinedo, aquel chico que comenzó en los Maristes de Les Corts y que se quedó con el segundo apellido porque iba con su madre, procedente del secano de Albacete y que se empeñó a aprender a nadar de mayor, ya tiene más trayectoria de la que le queda, pero sigue con la ilusión intacta. "La motivación me la dan sobre todo los compañeros, tanto los de un club que está apostando muy fuerte por el trabajo bien hecho como los de la selección, en la que ahora tenemos muy buen ambiente", explica Dani, que está viviendo sus años más triunfales desde que recaló en el Club Natació Atlètic Barceloneta, el equipo que está tiranizando con puño de hierro el waterpolo español masculino desde hace casi una década. Con este equipo ganó el portero, y sus compañeros, la Copa de Europa del 2014 -"Entonces fue una auténtica sorpresa", recuerda- y con él lleva una trayectoria inmaculada en la Champions de esta temporada, con cuatro victorias en cuatro partidos de la fase de grupos, camino de la final de ocho de Hannóver en primavera.

Champions motivante

"La próxima semana nos jugamos con el Pro Recco de Italia el liderato de grupo en una competición que es la que realmente nos motiva y por la que el club invierte lo que invierte. Para nosotros, ganar la Liga, la Copa y la Supercopa es una obligación, pero en la Champions es donde estamos obligados a darlo absolutamente todo porque es el objetivo que el club tiene marcado en rojo", explica el guardameta y capitán del equipo de la Barceloneta, sobre cuyos 38 años descansa el ascendente de una veteranía muy respetada.

"Siempre hay cachondeo con mi edad, pero tanto en el club como en la selección se respeta mucho la veteranía"

"Siempre hay cachondeo con mi edad porque podría ser el padre de otros jugadores, como Álvaro Granados, que no tiene ni 20 años. Yo le llamo niño y él a mí, abuelo. Pero en general, tanto en el club como en la selección se respeta mucho la veteranía, y es importante que los veteranos intenten ayudar mucho a los jóvenes y que los jóvenes respeten a los mayores para aprender lo más rápidamente posible. Y estos dos grupos son muy buenos en eso".

La medalla que falta

Dani López Pinedo dice que, a su edad, pensar a dos años vista no es posible. Pero en el fondo sabe que si llega en condiciones -todo lleva a pensar que sí- a los Mundiales del próximo verano en Gwangju (Corea del Sur), los Juegos de Tokio 2020 estarán solo a unos meses de distancia. "No te engañaré. Si llego bien al 2019 sí que me plantearé ir a unos últimos Juegos e incluso intentar ganar la medalla que me falta", explica este portero de 1,90 que intimida a los rivales con su envergadura y agilidad.

Sabe lo difícil que es mantenerse entre los mejores, porque en la selección vivió experiencias amargas cuando Gaby Hernández lo dejó fuera del Europeo de Budapest. "Son decisiones que no controlas y lo único que te queda es hacerlo bien en tu club para volver a la selección", se consuela.

Ahora lo tiene mejor, porque curiosamente su entrenador (Chus Martín) y el seleccionador (David Martín) son hermanos. "Deben hablar de waterpolo hasta en la comida de los domingos", bromea Dani, que con la nueva norma de portero-jugador que se implantará podrá pasar en ocasiones de medio campo y recordar sus orígenes, cuando siendo júnior ganó el campeonato de España fuera de la portería, como jugador de campo.