VICTORIA EN EL METROPOLITANO

El Atlético sobrevive al Alavés (3-0)

Griezmann y Rodrigo sentenciaron al final un partido en el que los de Simeone sufrieron mucho con el marcador ya a favor

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Alejandro García

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El Alavés, como revelan sus resultados, sabe a lo que juega, lo tiene claro y lo asume con una conciencia colectiva que les impulsa hacia cotas superiores, y así incomodó al Atlético, el que ha sido el paradigma de un equipo que explota sus recursos y minimiza sus defectos. Pero los de Simeone ya están en otra cosa, en una evolución, aunque sea a pasitos lentos y poco seguros; y aunque por el camino haya perdido la suficiencia con la que cerraba los partidos que iba ganando por un gol. Terminó sufriendo, pero ganando.

El Atlético tenía que sustituir a Costa, recién operado, y, entre Kalinic y Correa, Simeone tapó otro hueco por las bajas en la defensa retrasando la posición de Saúl y le dio cabida a los dos. Pero el socavón en la retaguardia sigue creciendo, lo hizo con la lesión de rodilla de Lucas Hernández a la media hora, por la que tuvo que entrar un recién recuperado Giménez (en medio de una serie de incómodas recaídas). Entre tanto, Thomas y Rodrigo manejaron con cierta suficiencia la pelota y propiciaron apariciones recurrentes de Griezmann. A partir del francés crecieron el resto.

Kalinic y Correa

Kalinic, cuestionado  por el momento, disfrutó del tipo de partido que planteó el Alavés como si estuviera en el paraíso, en su paraíso, en el que hay, sobre todo, pelea, brega, balones largos, desmarques en diagonal y remates constantes, de la forma que sea; no hay taconazos ni frivolidades. Correa, que es una ebullición constante de tentativas e ideas, generó constantes superioridades por su banda, asociado con Griezmann y Arias, en crecimiento constante y exponencial. Así llegó el primero, con un centro excelso del lateral colombiano para que Kalinic empujara el balón a gol con lo que pudo. A partir de ahí, el padecimiento.

El partido ya venía siendo bronco, de mucho contacto, en el que el colegiado fue lidiando, tarjeta en mano, contra los constantes choques y disputas. Aunque Abelardo intentó cambiar la tendencia tras el descanso, con un delantero más y un centrocampista menos, el partido siguió transitando entre ese ritmo intenso que producía poco fútbol y pocas ocasiones, más allá de centros más prometedores que efectivos.

El Alavés, al ataque

Con la vocación ofensiva del Alavés creciendo, Simeone fue probando entre futuribles sustitutos de Costa. No le convenció la apuesta con Vitolo en la mediapunta, Griezmann arriba, Correa a un lado y Lemar al otro; rápido agotó los cambios, conforme crecía el nerviosismo, puso a Saúl en banda y a Correa arriba con Griezmann.

De ninguna manera, el Atlético recuperó la sensación de control sobre el partido y, claramente, perdió la batalla en tramo final. Desgañitado, Simeone volvió a virar y terminó jugando con trivote, con Rodrigo, Saúl y Thomas. Con la carga final del Alavés llegó el gran espacio, un buen pase de Vitolo y un mano a mano que Griezmann resolvió, previo choque con el palo, para aliviar a la parroquia atlética. Casi al final, Rodrigo redondeó el resultado en un barullo en el área y un remate franco tras el rebote del palo, con Pacheco batido.

Ficha del partido:

<span style="font-size: 1.6rem;">ATLÉTICO     3</span>