LA CRISIS DE UN HISTÓRICO

El Athletic se asoma al abismo una decáda después

Iñaki Williams revela su deseperación en el último partido liguero liguero en el campo del Levante, donde el Athletic sucumbió por 3-0.

Iñaki Williams revela su deseperación en el último partido liguero liguero en el campo del Levante, donde el Athletic sucumbió por 3-0. / periodico

Igor Santamaría

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El 12 de marzo 2006 el viejo San Mamés era un funeral. Mudo. El Athletic, incapaz de doblegar al Cádiz, se hundía en el descenso sin remisión hasta que un gol de Tiko, de penalti y en el descuento, resucitó al equipo que dirigía Javier Clemente, quien había relevado al destituido José Luis Mendilibar.

El 17 de junio de 2007 dos goles en la segunda parte en la última jornada ante el Levante permitieron a los rojiblancos mantenerse en la élite gracias al trabajo de Mané en la dirección técnica, que tomó el mando tras el cesado Félix Sarriugarte.

Fue el llamado bienio negro, el periodo en que el club bilbaíno coqueteó por vez primera en su historia con el descenso. Después llegarían días de vino y rosas con Joaquín Caparrós, Marcelo Bielsa y Ernesto Valverde al frente del equipo.Una década más tarde los leones vuelven a sentir el miedo en el cuerpo.

Sin ganar desde agosto

Una sola victoria en 14 partidos, en la primera jornada, allá por agosto, frente al Leganés y también en la prolongación ha obligado a perder la confianza en el argentino Eduardo Berizzo, pese a ser muy querido entre la afición y una plantilla estructuralmente envejecida e incapaz de levantarse en cuanto sufre el primer bofetón.

Gaizka Garitano, aquel entrenador que devolvió al Eibar a la élite y que estaba realizando una notable labor en el filial en Lezama, será el encargado de enderezar el rumbo de una entidad metida además este mes en un proceso de elecciones a la presidencia tras el anuncio de Josu Urrutia de no seguir en el cargo.

Una victoria en 14 jornadas acabó condenando a Berizzo, que ha dirigido una plantilla envejecida

Todo intento de arreglar su fútbol se reveló estéril hasta el 3-0 encajado en el campo del Levante y toda llamada a la paciencia a la espera de tiempos mejores se tornó insoportable. “Si me convencen de que otro puede enderezar esto, le dejaré mi sitio”, aseveró Toto BerizzoToto como premonición de su adiós, teniendo la salvación a tres puntos del Villarreal.

24 jugadores utilizados

El proyecto empezó a torcerse pronto: primero con su apuesta de presión alta e intensa, con marcajes individuales puntuales y la consigna de ir a por el triunfo desde que se pisaba el césped. Pero los segundos tiempos devoraban a un grupo que no ha sabido gestionar sus ventajas o recuperar el terreno perdido; luego, Berizzó intentó amurallar el mediocampo, renunciando a su esencia y apostando por el músculo, pero la estrategia no duró más que dos encuentros, y entonces rescató a jugadores a los que había dejado de lado, hasta el extremo de utilizar hasta la fecha a 24 futbolistas y de esbozar, ya con el agua al cuello, un esquema de tres centrales. Nada sirvió.

Es la primera destitución de un entrenador rojiblanco desde aquella etapa para el olvido, aunque ya el curso pasado Urrutia, liderando ahora la Comisión Gestora, despidió a José Ángel Ziganda pero le permitió acabar la temporada con el equipo en tierra de nadie.

Refuerzos que no refuerzan

Los refuerzos en verano –Yuri, Dani García y Capa– no mejoraron un plantel donde se echan en falta los goles del veterano Aduriz, con 37 años, y no son pocas las voces que hablan de echar el lazo en el mercado invernal a aquellos que en su día hicieron las maletas, casos de Ibai, Fernando Llorente o Ander Herrera.

Williams está llamado a ser el relevo de Aduriz, pero lleva dos años sin marcar en casa en la Liga

La defensa hace aguas y en el centro del campo han acabado jugando los clásicos San José y Beñat, mientras que en ataque Iñaki Williams, que parece destinado a sustituir al ariete, tiene unas características muy diferentes. Fuera de La Catedral es más efectivo, pero en casa, donde los rivales aguantan atrás, lleva dos años sin marcar en la Liga, una rémora para cualquier delantero. El colectivo que partió con Europa como objetivo está preso de los nervios, con uno de sus referentes, Muniain, pidiendo perdón a la afición, que parece resignada al sufrimiento.

Una línea continuista

La herencia que deja Urrutia, que en lo económico es notable, lleva la trampa añadida de la situación deportiva. Quien sea el próximo presidente partirá con la espada de Damocles encima de la posibilidad real de que el equipo descienda a Segunda División. Para manejar la situación hay dos candidatos en liza: Alberto Uribe-Echevarria y Aitor Elizegi. El primero se presenta junto a la mayoría de los directivos que acompañaron al exjugador en la presidencia, aunque con la advertencia de que no es un candidato continuista: "Aunque le quiero mucho, yo no soy Josu”.

Urrutia deja una herencia notable en lo económico y se presentan dos candidatos a las elecciones

Uribe-Echevarria, jubilado de la consultora Deloitte, de la que fue socio-fundador, representa el oficialismo. El hombre encargado de las finanzas del Athletic desde 2012 decidió dar el paso a última hora, aunque es posible que lo tuviera todo atado para saltar a la arena junto a nueve de los directivos que le acompañaron en la Junta, entre ellos Genar Andrinua, exjugador rojiblanco, y Javier Aldazabal, al que sondearon para encabezar la candidatura, pero descartó presentarse como número uno.

Solo cuatro de los directivos que han dirigido la nave abandonan el barco. Entre ellos, José Ángel Corres, uno de los nombres que surgió para encabezar la candidatura, pero se negó. También lo deja Juan Arana, hijo de Andrés Arana, quien fuera el principal diseñador de la candidatura de Urrutia, y que falleció en 2013 tras una penosa enfermedad.

El candidato del 'slow food'

El segundo candidato es el cocinero Aitor Elizegi, propietario de varios restaurantes y promotor de la corriente slow food. Su nombre ha aparecido en varios procesos electorales, aunque solo ahora ha decidido dar el paso hacia adelante pese a que el otro precandidato le presentó un panorama muy negro con los avales de más de 19 millones de euros que deberá aportar. Acudió a Ibaigane, acompañado de Juan Carlos Erkoreka, el empresario bilbaíno que fue vicepresidente del Athletic y perdió las elecciones en 2008, en pugna con Fernando García Macua, a solicitar los impresos para las firmas que apoyen su candidatura.

Pero el futuro está en manos de Gaizka Garitano. Su padre, Ondarru, fue ayudante de Mané en aquel año en que se divisó el abismo. Podrá pedirle consejo.