ENTREVISTA CON 'EL PANDA'

Borja Iglesias: "Me gusta que digan que soy un tío normal. No cambiaré"

El 'pichichi' del Espanyol reflexiona sobre su vida y los entresijos del fútbol en una entrevista con EL PERIÓDICO antes del derbi contra el Barça

rpaniagua46078159 barcelona 29 11 2018 deportes borja iglesias   pichichi del 181207180355

rpaniagua46078159 barcelona 29 11 2018 deportes borja iglesias pichichi del 181207180355 / periodico

Raúl Paniagua

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Hace dos años la canción 'Panda' del rapero neoyorkino Desiigner triunfó tanto en el vestuario del Celta B que varios jugadores se acabaron tatuando el animal, entre ellos un delantero espigado amante del hip-hop que ahora triunfa en el Espanyol. Borja Iglesias (Santiago de Compostela, 25 años) se ha ganado el cariño de todos los pericos, hasta el punto de que el peluche del osito es el producto estrella de la tienda blanquiazul. Humilde, atento y agradable, el Panda reflexiona sobre su vida y los entresijos del fútbol antes de medirse este sábado con el Barça en Cornellà.

-¿Qué tal se ha adaptado a la ciudad de Barcelona? ¿Cómo es un día habitual en la vida del Panda? Estoy genial, muy a gusto desde el principio. Vivo en la zona de Diagonal Mar, como otros compañeros. Tiene buena comunicación para venir a entrenar a Sant Adrià y también para ir al centro. Mi día a día es muy normal. Me levanto, vengo a la ciudad deportiva, desayuno, entreno y a comer. A veces me quedo por aquí, otras voy con mi pareja. Por las tardes, voy variando. Algunos días tengo clases de inglés, otros me dedico a conocer la ciudad. Me encanta la zona del Barrio Gótico. Disfruto paseando por ahí. Es precioso. También le dedico tiempo a los videojuegos y a las series. Ahora he empezado a ver 'Juego de Tronos' con mi chica.

-¿Ha encontrado lo que esperaba en un club singular como el Espanyol? Tenía referencias muy buenas. Hablé con Gerard Moreno, pero también con Manel Royo, Cristian Galas y Eric López, que estuvieron en el filial. Me habían hablado de un club familiar y es justo lo que me he encontrado. La normalidad es lo mejor. Me encuentro de maravilla.

-Su llegada costó 10 millones de euros al club. ¿Vive con normalidad el hecho de ser el fichaje más caro de la historia? Para mí es algo bonito. No me lo tomo como una losa, sino como una forma de incentivarme más hacia el trabajo. Es una inversión fuerte y arriesgada. Eso me motiva. Yo venía de haber jugado solo 12 minutos en Primera y un año en Segunda.

«Piqué es un pedazo de jugador, de los mejores del mundo. Es un tipo peculiar que siempre dice lo que piensa. Eso me gusta. Es un reto apasionante ganar al Barça»

-Cuando marcó en cinco jornadas consecutivas igualó la mejor racha de Tamudo. ¿Le gustan las comparaciones con el excapitán perico? A veces me lo cruzo por aquí y se lo digo en broma: 'Últimamente salgo en muchos titulares a tu lado'. Para mí es una pasada, una barbaridad. Tamudo lo ha sido todo en el Espanyol y ha significado mucho en el fútbol español. Si me comparan con él es que las cosas funcionan bien.

-El vestuario habla maravillas de usted, no solo por su juego sino también por su vertiente humana. ¿Ha asimilado con naturalidad el paso a la élite? Yo he sido siempre como soy ahora. Me gusta que digan que soy un tío normal. No cambiaré, pero reconozco que no es fácil asumir todo lo que se genera alrededor del fútbol. El foco mediático es muy amplio y tiene mucha carga. A veces tendemos a pensar que uno es más o menos borde y quizá es solo una persona más introvertida. Cada persona es especial y asume las cosas de una forma. A veces pasa algo, te etiquetan y es complicado darle la vuelta.

-¿Cuál es su primer recuerdo con un balón? ¿Cómo empieza su camino? Yo comencé a jugar con 5 años en el colegio La Salle. Mi primer recuerdo como futbolista es entrañable porque así conocí a mi mejor amigo, que lo sigue siendo. Se llama Emilio. Con los años te das cuentas de que el fútbol tiene cosas buenas y malas, pero te deja personas. Mi grupo de amigos de siempre sigue manteniéndose. Se juntan para ver mis partidos. Mis padres tienen vídeos de mis primeros encuentros. Es curioso verlos. Me encanta. Es todo menos fútbol. Todos corríamos hacia la pelota, hacia un lado, hacia otro... Lo pasábamos genial. Del colegio pasé al Rosalía de Castro, que después se llamó Santiago de Compostela.

-Con 14 años puso rumbo a Valencia. Iniesta siempre cuenta que se pasó llorando su primera noche en La Masia. ¿Le costó separarse de su familia para marcharse a mil kilómetros? Los primeros meses los llevé bien pero en Navidad volví a casa y no quería retornar a Valencia. Me di cuenta de que mis amigos, mi familia, mi gente, estaban lejos. Lo pasé mal justo cuando cumplí los 15 años en enero, pero luego me rehice y el resto de etapas las superé bien. Fueron tres años en Valencia, en los que coincidí con grandes jugadores como Bernat, Alcácer, Isco, Portu…

«A veces me cruzo con Tamudo y le hago bromas. Es una pasada que me comparen con él, una barbaridad. Lo ha sido todo aquí»

-Allí conoció también a Fernando Morientes, unos de sus ídolos. ¿Qué le transmitió el exdelantero? Fue increíble. Nuestro preparador físico pasó al primer equipo y le dijo a Morientes que había un chaval que lo estaba pasando mal. Era yo. Vino a verme, a animarme. Lo primero que hice fue llamar a mis padres. Esos 15 minutos que pasó conmigo son inolvidables. Se lo comenté a Fernando hace poco y aún se acordaba.

-De Valencia pasa a Vila-real y después vuelve a su querida tierra. En Vila-real estuve tres años muy a gusto, pero el último no jugué lo que hubiese deseado. El exdirector deportivo del Celta, Toni Otero, me ofreció volver para jugar en el filial y fue un acierto. Metí muchísimos goles en Vigo y formamos un grupo muy bueno. Fue fundamental para lograr el salto que buscaba.

-¿Existe un descubridor o una persona clave en la carrera del Panda? Sí, me gusta esa pregunta. Es Paco Gómez, el ojeador del Valencia que me llevó hasta allí. Somos muy amigos, hablamos mucho, le tengo un cariño inmenso. Es mi padre deportivo. Fue capaz de ver un delantero centro en un tío que estaba en la banda. Me había observado con la selección gallega y con mi equipo. Llamó a Valencia para decir que tenía un delantero buenísimo. Se peleó con mucha gente para defenderme y ahora está orgulloso, pero más lo estoy yo de haberlo conocido. Me ha tratado siempre como a un hijo.

«Con 14 años dejé Galicia y me fui a Valencia. En Navidades volví a casa para estar con mi famiila. Lo pasé mal, mi gente estaba lejos»

-En Zaragoza es un ídolo total. ¿Cómo fue la experiencia en el club maño? Yo tenía una posibilidad en mi contrato en el Celta de que podía irme cedido a otro club si no me quedaba fijo en la primera plantilla. Hablé con Unzue y al final decidí marcharme a Zaragoza. Lo tenía claro desde el momento en que salió la propuesta. No me equivoqué. Es una pena que al final se nos escapara el ascenso después de una gran temporada. Allí crecí muchísimo como jugador pero también como persona. Estaba triunfando en el campo, pero no acababa de estar cómodo conmigo mismo. No me encontraba. En ese momento conocí a mi chica. Teresa me ha abierto los ojos en ese sentido. Ha hecho que me valore y me quiera más. Eso vale muchísimo. Ahora la tengo conmigo en Barcelona, se ve envuelta en un ecosistema que no conocía, pero está muy contenta. No quiero que se vaya de mi lado.

-¿En qué delantero se inspira? Hay muchísimos. Drogba siempre me gustó. Era una bestia. También Morientes y Fernando Torres, de quien tengo muchos autógrafos. Su mujer es gallega, de Santiago de Compostela. Cuando iba a mi tierra lo esperaba en el aeropuerto. Estas cosas siempre se saben. Te acababas enterando cuando venían buenos jugadores. Iba a recibirle con mis amigos. Tengo fotos curiosas con él.  Lewandoswki y Kane también me gustan. Por su forma de juego puedo asemejarme en algo a ellos.

«En Zaragoza conocí a mi chica en un mal momento personal. Teresa me ha abierto los ojos, ha hecho que me valore y me quiera más»

-El Espanyol empezó muy bien, pero ha sufrido un pequeño bache. ¿Existe preocupación por las tres derrotas seguidas en la Liga antes del derbi? Yo creo que el equipo ha sabido entender esas derrotas y aprender de ellas. Queremos volver a ganar. Solo pensamos en eso, en recuperar nuestra mejor versión. En la gente percibes claramente que el derbi es un partido muy especial. Los pericos aún se ven en una buena posición y quieren hacer algo grande. Es un reto apasionante vencer al Barça.

-¿Se imagina marcando el gol del triunfo contra el equipo de Valverde? Es bonito soñar esas cosas. Siempre le das vueltas a la cabeza y te ves en situaciones positivas. Yo sueño con ver ganar al Espanyol cada día. Somos un equipo ambicioso que no tiene miedo a nadie. Tenemos muy clara nuestra idea de juego y podemos competir contra cualquiera. 

-Le espera un intenso duelo con Piqué, que el año pasado la lió en Cornellà. ¿Qué opina del central azulgrana? Piqué es un pedazo de jugador que está entre los mejores del mundo. Es un tipo peculiar que siempre dice lo que piensa. Eso me gusta. Le respeto muchísimo. Tengo ganas de evaluarme contra la defensa del Barça.

"Ahora tengo que aprovechar este momento. Hace dos años ni en mis mejores ideas me planteaba esto. La selección es otra ilusión, no es una obsesión"

-Arriba no faltarán Messi y Luis Suárez. ¿Qué destacaría de ambos? Lo de Messi es una locura. Cada vez que coge la pelota hace algo especial. De lo que he visto es el mejor sin ninguna duda. Ha mantenido un nivel excelente durante toda su carrera. Es un fenómeno. Suárez te saca un gol de cualquier cosa. Siempre puedes aprender algo de él.

-¿Le motiva la posibilidad de llegar a ser internacional con Luis Enrique? Han sido muchas temporadas de trabajo. Ahora tengo que aprovechar este momento. Hace dos años ni en mis mejores ideas me planteaba este momento. Voy dando pasitos, me voy ilusionando, estoy muy a gusto y quiero ir mejorando. La selección es otra ilusión, no es una obsesión ni un objetivo fijo. Si llega lo disfrutaré un montón. Representar a tu país tiene que ser lo máximo.